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Por qué si pone punto final en los mensajes de WhatsApp parece borde y poco sincero

Y, ¿los puntos suspensivos o las vocales repetidas?

The Conversation

Cuando se trata de enviar mensajes de WhatsApp, el punto recibe mucha atención. Poco a poco empezamos a identificar [y a aplicar] pequeños cambios en la forma en que se usa esta puntuación. Hay quienes consideran que está pasado de moda y quienes creen que el punto está enfadado

Lo cierto es que el lenguaje escrito se está volviendo más flexible, y los mensajes de texto poseen su propio conjunto de normas estilísticas (a veces informalmente llamado textspeak o textese; en español, textismos). El punto es solo un ejemplo de este cambio que ha abierto nuevas posibilidades para comunicarse con el lenguaje escrito, y que está lleno de códigos nuevos. Así como tenemos diferentes estilos de hablar para distintas situaciones, también existen giros en la escritura que dependen del contexto.

Leer entre puntos

Aunque los puntos todavía pueden indicar el final de una oración en un mensaje de texto, muchos usuarios los omiten (especialmente si el mensaje tiene una sola oración). Una tendencia que influye sutilmente en cómo los interpretamos.

Debido a que los mensajes de texto son una conversación que involucran un montón de idas y vueltas, las personas añaden relleno como una forma de imitar el lenguaje hablado. Vemos esto en el creciente uso de los puntos suspensivos más allá de la elipsis (omisión de una o más palabras en una construcción), que puede invitan al destinatario a continuar la conversación.

El punto es lo opuesto a eso: una parada definitiva que, según explica el profesor de lingüística Mark Liberman, viene a decir: "Este es el final de la discusión". Para algunos, de hecho, su uso puede indicar que la otra persona está enfadada o se muestra distante.

La psicóloga Danielle Gunraj indagó a principios de 2017 en cómo se perciben los mensajes de texto qe contienen una sola frase y que se cierran con un punto al final de la oración. Los participantes en la prueba interpretaban que estos mensajes eran menos sinceros que aquellos que no llevaban punto. Pero cuando los investigadores probaron los mismos mensajes en notas escritas a mano, descubrieron que el uso del punto no influía en cómo se percibían los mensajes.

En un otra investigación, de 2007, realizada por los lingüistas Naomi Baron y Rich Ling, se observó que los mensajes de texto con múltiples oraciones a menudo tenían signos de puntuación para indicar dónde terminaban las oraciones, pero solo el 29% de estos textos tenían signos de puntuación al final del mensaje. La razón, explican Baron y Ling, es que "el acto de enviar un mensaje se percibe como el punto final de la oración".

Escribir como si se hablara en el bar

Pero de todas las cosas que se pueden interpretar al ver un punto al final de un mensaje de texto, ¿por qué una de ellas es la falta de sinceridad?

La respuesta podría tener algo que ver con un término usado por el lingüista John J. Gumperz: "Cambio de código situacional", que es cuando cambiamos la forma en que hablamos dependiendo de dónde estamos, con quién estamos o cómo nos estamos comunicado.

Un ejemplo común es la forma en que hablamos en una entrevista de trabajo versus en un bar con amigos. Por lo general, una persona utilizará un lenguaje mucho más formal en una entrevista que cuando se relaciona con sus compañeros. Si hablase con sus amigos de la misma forma en que habla durante una entrevista de trabajo, probablemente transmitiría distancia.

Los académicos originalmente investigaron el cambio de código situacional en el lenguaje hablado porque se usaba tanto en entornos casuales como formales. En el pasado, el lenguaje escrito casi siempre estaba teñido de formalidad porque estaba asociado con la permanencia en libros y documentos escritos. Sin embargo, ahora que los mensajes de texto, WhatsApp y las redes sociales han dado a sus usuarios una salida para el lenguaje escrito informal, se pueden ver diferencias entre los estilos de escritura.

El uso del punto es un ejemplo de cambio de código situacional: cuando se usa uno en un mensaje de texto, se percibe como demasiado formal. Por lo tanto, cuando finaliza el texto con un punto, puede parecer poco sincero o raro, al igual que el uso del lenguaje formal hablado en un entorno informal como un bar.

Una forma diferente de sinceridad

Otro ejemplo de cambio de lenguaje en las formas escritas casuales es la repetición de letras. La especialista en comunicación Erika Darics ha documentado que la repetición de letras o signos de puntuación agrega intensidad a los mensajes ("stopppp!!!"). En su opinión esto crea "una muestra de informalidad mediante el uso de un estilo de escritura relajado".

La lingüista Deborah Tannen describió un fenómeno similar, señalando que los signos de exclamación repetidos en un mensaje pueden transmitir un tono sincero, como en el siguiente mensaje de texto:

"JACKIE LO SIENTO TANTO TANTO TANTO! ¡Pensé que estabas detrás de nosotros en el taxi y luego vi que no! Me siento taaaaaaaan mal! Coge otro taxi y lo pagaré por tiiiiii"

Este mensaje no contiene un punto final [tampoco la coma del acusativo ni las pausas entre los diversos "tanto" ni las exclamaciones de apertura], de llevarlo podría transmitir una falta de sinceridad que podría contradecir la disculpa presentada. En cambio, el emisor usa las vocales largas no estándar, así como cinco signos de exclamación al final de una oración. En comparación, una versión estandarizada del mensaje de texto:

"Jackie, lo siento mucho. Pensé que estabas detrás de nosotros en el taxi y luego vi que no. ¡Me siento tan mal! Coge otro taxi y yo lo pagaré por ti".

Esta versión más formal, de acuerdo con los argumentos de Tannen y Darics, se parece más a un correo electrónico de trabajo que a un disculpa sincera y ferviente enviada a un amigo. Es un poco contradictorio, pero el uso de un lenguaje formal puede socavar la sinceridad de la disculpa; para transmitir el mensaje correcto, es importante conocer los protocolos adecuados. Esto puede explicar por qué los mensajes de texto de algunas personas resultan incómodos: están acostumbrados a escribir con un estilo formal que no se traduce al medio informal.

¿Escribimos peor por culpa de los mensajes?

En los medios, ha habido un gran debate sobre si el envío de mensajes de texto —o el uso de un lenguaje excesivamente informal— puede acabar con la capacidad de escritura de los usuarios. Los ejemplos incluyen LA Times, BBC y The Daily Mail, por nombrar algunos [en el ámbito anglosajón, en España incluso se lanzó un diccionario de los SMS; el debate nunca ha dejado de estar en la opinicón pública: recientemente un estudio observaba que en realidad escribir mal en los mensajes de texto no influía en el conocimiento ortográfico de las personas].

Sin embargo, investigaciones sobre el cambio de código situacional en el lenguaje hablado han demostrado que la capacidad de una persona para cambiar de código puede ser un signo de competencia social, puede afirmar el sentido de identidad en una comunidad y ser un indicador de alta capacidad intelectual en los niños.

Estudios como el reciente trabajo de los psicólogos Gene Ouellette y Melissa Michaud han demostrado que el uso de mensajes de texto tiene poca relación con la puntuación de alguien en las pruebas de ortografía, lectura y vocabulario. Mientras, un estudio de la Universidad Estatal de California descubrió que los textismos se usan poco en las tareas de escritura de cartas formales completadas por los estudiantes.

Esta observación respalda el trabajo de la psicóloga Beverly Plester y sus colegas, que descubrieron que un mayor uso de textismos se correlacionaba incluso con puntuaciones más altas en las pruebas de capacidad de razonamiento verbal. Las conclusiones sugirieron que los preadolescentes analizados en su estudio podían "cambiar de un registro del lenguaje a otro según lo considerasen apropiado".

Esto muestra que las personas que usan de forma frecuente y fluida el lenguaje escrito informal a menudo pueden cambiar de código: saben poner ese punto al final de cada oración en una tarea formal de escritura. Algunos educadores incluso están comenzando a incorporar clases sobre escritura formal e informal en sus aulas, lo que puede ayudar a los estudiantes a identificar aquellas situaciones que requieren el uso de diferentes estilos.

En lugar de ignorar o burlarse de la variación en el lenguaje escrito, abrazar el cambio en ese lenguaje —y la capacidad de los hablantes y escritores para cambiar de registro— puede conducir a mejores habilidades de comunicación en todos los contextos. Saber cuándo un punto puede indicar falta de sinceridad es solo uno de ellos.

*Autora: Lauren Collister, bibliotecaria de Comunicaciones Académicas, Universidad de Pittsburgh. Este artículo es una publicación original de The Conversation. Lea aquí el artículo en inglés.

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