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Ciudadano perro

Pintor, fotógrafo y cineasta, William Wegman es sobre todo famoso por este tipo de retratos. La fructífera relación entre el artista y sus modelos queda reflejada en una obra sorprendente, divertida y en ocasiones surrealista que abarca más de cuatro décadas. Este es un viaje por sus estampas perrunas.

TODO EMPEZÓ con Man Ray, su primer perro de raza weimaraner. Quizá tener el mismo nombre que un artista surrealista predispuso al animal a ser elegido, años más tarde, el Hombre del Año por la revista Village Voice. “Era imposible. Excepto cuando se ponía enfrente de la cámara; entonces era otro”, escribe Wegman en Being Human, un monográfico publicado por Thames & Hudson que recoge 300 de las imágenes que Man Ray y su descendencia inspiraron a su dueño. Los perros sirven al fotógrafo de disculpa para reflexionar sobre la identidad, trastocando con ironía el género del retrato. Y hacer que el espectador se cuestione si la obra trata sobre perros o humanos. “¿Por qué es solo Wegman quien firma las fotografías?”, se pregunta William Edwing en la introducción del libro. “¿No resulta un poco injusto dado el esfuerzo del equipo?”. 

Texto de Gloria Crespo

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