El cambio climático triplicará los asilados en Europa
Las solicitudes de asilo crecen con el aumento de las temperaturas en los países de origen
El aumento de las temperaturas por el calentamiento global está aumentando las solicitudes de asilo en Europa. Un estudio muestra además que el cambio climático hará que los números de asilados no dejen de subir a lo largo del siglo. Aunque las cifras de los que piden asilo son una pequeña parte del flujo migratorio, muestran como el fenómeno de los refugiados climáticos será un multiplicador de amenazas.
Dos investigadores europeos de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE UU) han estudiado las conexiones de factores climáticos con el número de personas que solicitan asilo en la Unión Europea (UE). Hasta ahora, científicos y organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) habían alertado de la conexión entre calentamiento y migración. Pero el asilado no huye simplemente del calor, escapa del conflicto, de la revuelta o la guerra. Mostrar una conexión entre asilados y cambio climático es conectar calentamiento con guerras y conflictos.
La primera parte del estudio, que incluye los datos de 103 países de origen, se inicia en el año 2000 y se detiene en 2014, justo antes del estallido de la crisis de los refugiados en 2015. Un aluvión que habría distorsionado sus datos. Publicado en la revista Science, ha encontrado una correlación entre la temperatura en el país de origen en un año dado y el aumento (o reducción) de las solicitudes de asilo al año siguiente.
Cuanto más cerca de los 20º de media en los meses de la cosecha, menor número de solicitudes de asilo
"La temperatura óptima ronda los 20º", dice el investigador de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de Columbia, el alemán Wolfram Schlenker. Cuanto más cerca de esos grados, menor número de solicitudes de asilo. El valor se refiere a la temperatura media en los meses de cultivo de la cosecha y no es caprichoso. Viene marcado por el promedio ideal para el cultivo y maduración de los principales granos del planeta, maíz, trigo o arroz. Los tres son cultivos que medran en los meses de más luz solar y calor. Los investigadores se basaron en las fluctuaciones que afectaron al maíz.
Sin embargo, aquellos años en los que la temperatura media más se alejaba de esos 20º, el número de solicitantes de asilo aumentó. La conexión entre asilados y temperatura se refuerza al comprobar una asimetría entre los países normalmente fríos y los normalmente cálidos. Las regiones de clima cálido aumentaban las cifras de asilados durante las olas de calor en mayor proporción que las regiones más templadas. Mientras las primeras ya están al borde del estrés climático, a las segundas casi les viene bien algo más de calor.
De media, en el periodo estudiado, pidieron asilo en Europa unas 378.000 personas cada año. De ellas, apenas el 11,4% vio reconocido su estatus como refugiado. Pero, en un dato que puede parecer paradójico, el porcentaje de solicitudes procedentes de zonas con mayores anomalías climáticas que fueron aprobadas se triplicó. Las normas para la concesión de asilo son las mismas todos los años y casi iguales en todos los países europeos, así que este fenómeno solo puede indicar que, de nuevo, el calentamiento aparece como el desencadenante de otros problemas que son los que acaban por obligar a las personas a huir de sus países.
Los solicitantes de asilo aumentarán hasta en un 188% en el peor de los escenarios climáticos
Las cifras de los países de procedencia no hacen más que confirmar esta conexión. De los 140.000 asilados anuales procedentes de Asia, la mitad venían de Siria, Afganistán e Irak. Otros 100.000 proceden de África, en su mayoría del centro del continente. Solo 7.500 llegaron de América, la mitad de Colombia y Haití. El dato más llamativo son los casi 100.000 solicitantes de asilo procedentes de la Europa no comunitaria. El 60% son originarios de Serbia y Rusia. Sin embargo, el flujo desde el este se ha reducido casi en un 20% durante el periodo estudiado, quizá relacionado con el aumento de la temperatura.
Sobre la base de estos primeros 15 años del siglo, los investigadores proyectaron las peticiones de asilo a lo largo del siglo. Alimentaron el modelo con dos escenarios. Por un lado, el más optimista, el aprobado en París y que promete reducir las emisiones a partir de 2030 para mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2º. Por el otro, el escenario cada vez más realista y que antes era el de los pesimistas: un mantenimiento de las emisiones (o una reducción no significativa) y la elevación de las temperaturas medias entre los 2,6º y los 4,8º en 2100.
Pase lo que pase con las emisiones de CO2, el número de personas que buscarán refugio en Europa no dejará de aumentar. Pero, si se limita el aumento de la temperatura a no más de 1,8º, el incremento será de algo menos de un tercio, es decir, alrededor de 100.000 solicitudes de asilo extra al año. En cambio, si se cumplen los peores pronósticos, las peticiones de asilo subirán podrían subir un 188%, es decir unas 660.000 más. Eso significa que, para final de siglo, más de un millón de personas dejarán sus países buscando asilo en Europa.
"Nuestro estudio muestra que la temperatura es un factor importante en la migración que busca asilo", dice la investigadora francesa de la Universidad de Columbia y coautora del estudio, Anouch Missirian."Sin embargo, es evidente que no es lo único que afecta a estos flujos migratorios. Los actores políticos pueden mejorar o empeorar la situación castigando a poblaciones ya castigadas por el clima o poniendo en marcha mecanismos para su recuperación. Los factores climáticos no pueden excusar un mal gobierno", aclara.
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