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La larga y extraña historia de las dietas de moda para adelgazar

Las dietas adelgazantes que se ponen de moda son por lo general soluciones a corto plazo

Un plato de verduras y frutos secos.Vídeo: GETTY IMAGES

“De todos los parásitos que afectan a la humanidad, no conozco ni me imagino ninguno más angustioso que el de la obesidad”.

Así comenzaba la Carta sobre la corpulencia escrita por William Banting, probablemente el primer libro de dieta para adelgazar jamás publicado. Banting, director de funeraria con sobrepeso, publicó el libro en 1864 para compartir su éxito, que suponía sustituir una ingesta excesiva de pan, azúcar y patatas por carne, pescado y hortalizas principalmente.

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Desde entonces han aparecido dietas de moda en múltiples formatos. ¿Hasta dónde están las personas dispuestas a llegar para alcanzar la figura deseada? Como profesora de nutrición y comportamientos alimentarios, tengo la sensación de que la historia de las dietas de adelgazamiento demuestra que la vanidad supera al sentido común.

Dietas de líquidos

Retrocedamos hasta 1028, el año en que nació Guillermo el Conquistador. Sano la mayor parte de su vida, el rey acabó tan obeso en sus últimos años que se sometió a una dieta líquida compuesta casi exclusivamente de bebidas alcohólicas. Perdió suficiente peso como para poder volver a montar su amado caballo, pero un accidente ecuestre le causó finalmente una muerte prematura.

Conocemos un caso en el que supuestamente consumir más alcohol que comida aumentó la longevidad. En 1558, el aristócrata italiano Luigi Cornaro restringió su alimentación a 340 gramos de comida y 397 mililitros de vino al día. Se rumorea que vivió hasta los 102 años, lo cual le valió a su método el calificativo de Dieta de la Inmortalidad.

En la década de 1960 se introdujo otro plan centrado en el alcohol, la dieta del bebedor. Incluía comidas “masculinas” como carne y pescado, junto con todo el alcohol que su seguidor deseara.

El poeta Lord Byron atribuía su aspecto delgado y pálido al vinagre con agua. Esa práctica reapareció en la década de 1950 en forma de popular dieta del vinagre de manzana, que recomienda beber una mezcla a partes iguales de miel y vinagre de sidra. La versión más reciente, aunque carece de respaldo científico, afirma que tres cucharaditas de vinagre de manzana antes de comer disminuyen el hambre y reducen la grasa.

Limpiezas

Las dietas líquidas “más limpias” y depurativas están diseñadas supuestamente para limpiar el cuerpo de toxinas, a pesar de nuestra capacidad natural para hacerlo. En 1941, el entusiasta de la salud alternativa Stanley Burroughs creó la madre de todas las purgas, la Master Cleanse, o dieta de la limonada, para eliminar el ansia de comida basura, alcohol, tabaco y drogas. Todo lo que había que hacer era tomar una mezcla de zumo de limón o lima, jarabe de arce, agua y guindilla molida seis veces al día durante al menos diez días. Beyoncé volvió a popularizarla en 2006, afirmando haber perdido 10 kilos en dos semanas.

El médico televisivo Dr. Oz y otros han promovido desde entonces sus propias versiones, que varían en duración y en los alimentos permitidos. La mayoría incluye un laxante diario y copiosas cantidades de agua.

La dieta de la última oportunidad, publicada en 1976, consistía en beber un líquido con muy pocas calorías unas cuantas veces al día. El principal ingrediente era una mezcla de subproductos animales preparados con piel, cuernos y tendones. Este “batido de carne” se retiró del mercado porque murieron varios seguidores de la dieta.

Más recientemente, se hizo popular el plan del zumo verde. Muchos se sintieron cautivados por la promesa de una profunda depuración y una rápida pérdida de peso, mientras que a otros les parecía una forma fácil de consumir más frutas y hortalizas. Una de las recetas originales proponía manzana, apio, pepino, col rizada, limón y jengibre.

Dietas de famosos

Andy Warhol usaba un método distinto para mantener su físico. Se dice que cuando iba a los restaurantes pedía platos que no le gustaban, y luego los metía en una caja para llevar. Después se la regalaba a algún indigente.

Dormir era otra posibilidad. Se rumoreaba que Elvis Presley era defensor de la dieta de la bella durmiente. Se decía que las largas jornadas de sueño conseguidas mediante somníferos le impedían comer.

A un reciente esfuerzo por imitar a famosos, la increíble dieta de 48 horas de Hollywood le siguieron la milagrosa dieta de un día de Hollywood, la increíble dieta de Hollywood que sustituye la comida por una mezcla de bebidas, y diversos complementos alimenticios.

Adelgazar con rapidez

A comienzos del siglo XX, el empresario con sobrepeso Horace Fletcher adelgazó y convirtió las dietas de adelgazamiento en un fenómeno de cultura popular con su dieta de la masticación. Recomendaba masticar la comida hasta que se volvía líquida, para evitar comer en exceso.

Otro método que se rumorea que se hizo popular en la primera década del siglo XX fue la dieta de la solitaria. En teoría, la persona ingería una tenia o píldoras de tenia. La lombriz viviría en el estómago y consumiría parte de la comida. Aunque se han encontrado anuncios publicitarios de la época, no hay pruebas de que se vendiesen de hecho tenias.

Para conseguir una pérdida sostenida de peso y mantenerse es necesario reducir la ingesta de calorías y aumentar los niveles de actividad, con o sin pomelo y repollo

A lo largo de los años, otras dietas han atraído admiradores con la promesa de bajar fácilmente de peso gracias a un alimento milagroso. Está la dieta del pomelo, que recomienda medio pomelo en cada comida; la dieta de la mantequilla de cacahuete y la dieta del helado, que prometen que se puede comer la cantidad que uno desee de estos dos manjares, a diario; y la dieta Shangri-La, de 2006, que afirmaba que era posible reducir el hambre bebiendo aceite de oliva una hora antes de cada comida.

Un ejemplo que destaca es la dieta de la sopa de repollo, popularizada por famosos en la década de 1950. Suponía no comer más que sopa durante siete días. La receta original proponía una mezcla de repollo, hortalizas, agua y cebolla deshidratada, pero otras versiones añadían ingredientes como fruta, leche desnatada y carne de vacuno. Volvió a ponerse de moda aproximadamente una vez cada diez años, e Internet está ayudando a difundirla.

Ideas alternativas

Algunas dietas y las teorías que las respaldaban iban más allá de la comida.

En 1727, el escritor Thomas Short observó que las personas con sobrepeso vivían cerca de pantanos. Su dieta de evitar pantanos recomendaba mudarse para alejarse de ellos.

En lugar de alejarse de los pantanos, el aerivorismo recomienda no comer. Algunos seguidores afirmaban, en una entrevista realizada en 2017, que la comida y el agua no eran necesarias, y que subsistían a base de espiritualidad y sol. El ayuno prolongado conduciría finalmente a inanición, pero se ha visto a devotos de la dieta comiendo y bebiendo.

En 2013 apareció algo más peligroso, la dieta de la bola de algodón. Sus seguidores declaraban consumir hasta cinco bolas de algodón de una vez, afirmando que se saciaban y perdían peso. Debido a su desgraciado efecto de causar obstrucción intestinal, la dieta pronto perdió popularidad.

Pero no todas las ideas inusuales son malas. La dieta de colores de los siete días, publicada en 2003, sugería comer cada día alimentos de un solo color. Por ejemplo, el día rojo incluía tomates, manzanas y arándanos. Esta propuesta hace de hecho hincapié en alimentos sanos, no en preparados o restricciones absurdos.

Aunque llamativas, las dietas adelgazantes que se ponen de moda son por lo general soluciones a corto plazo. Quizá produzcan al principio una pérdida rápida de peso, pero es más probable que se deba a que quienes las sigue reducen las calorías respecto a su dieta habitual, y a menudo consisten en pérdida de agua.

Más bien deberíamos plantearnos que no existe ningún secreto sencillo para adelgazar. Para conseguir una pérdida sostenida de peso y mantenerse es necesario reducir la ingesta de calorías y aumentar los niveles de actividad, con o sin pomelo y repollo.

Melissa Wdowik es profesora adjunta de Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana en la Universidad Estatal de Colorado

Cláusula de divulgación: Melissa Wdowik no trabaja para ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, ni las asesora, posee acciones en ellas o recibe financiación. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte del cargo académico mencionado.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web The Conversation.

Traducción de News Clips.

The Conversation

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