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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Te crees mejor porque eres blanco (y eres peor porque eres racista)

No es fácil saberse equivalente al prójimo. Es más difícil de lo que parece no creerse una persona mejor, o el sexo superior o el pueblo elegido

Protesta del pasado 8 de octubre en Salt Lake City (Estados Unidos) para pedir justicia por la muerte de Patrick Harmon, que fue disparado por un policía el 13 de agosto pasado.
Protesta del pasado 8 de octubre en Salt Lake City (Estados Unidos) para pedir justicia por la muerte de Patrick Harmon, que fue disparado por un policía el 13 de agosto pasado. Francisco Kjolseth (AP)
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Hace años visité Chicago. Me sorprendió que casi la totalidad de los mendigos que pululaban por la ciudad fueran afrodescendientes. Eso evidencia que los afrodescendientes tienen mayor probabilidad de caer en la exclusión. Pero no evidencia forzosamente que estos sufran racismo en Estados Unidos. Sin embargo, las manifestaciones ultraderechistas organizadas en la ciudad de Charlottesville (Virginia) por supremacistas blancos en agosto de este año, sí que evidenciarían el racismo en ese país.

Recordé que en los últimos años en Estados Unidos se han concedido, entre otros, dos importantes premios literarios a dos libros que tocan el tema del racismo: el premio Pulitzer 2017 para The Underground Railroad y el National Book Award 2015 para Entre el mundo y yo.

El escritor Colson Whitehead, en The Underground Railroad, habla del pasado de los afrodescendientes en Estados Unidos. Concretamente, de la primera mitad del siglo XIX. No solo describe las atrocidades cometidas allí donde aún había esclavitud, también habla de hechos mucho menos conocidos por el gran público: cómo, aquellos que lograban escapar de esa esclavitud, seguían sufriendo abusos debido a su aún frágil situación —tráfico de sus cadáveres por parte de reputadas universidades, sometimiento a operaciones de fertilización a mujeres...—.

Por otro lado, Ta-Nehesi Coates con Entre el mundo y yo habla del presente de los afrodescendientes en Estados Unidos. Para ello analiza el racismo en un momento de repetidos episodios de violencia policial contra ellos en Norteamérica. Me parecen dos libros necesarios: el primero para recordar al gran público la deuda histórica existente frente a ese pueblo: el segundo, para recordar que, el del racismo, es un problema que dista mucho de estar allí superado.

Estas no han sido las únicas distinciones literarias a obras que tocan, de una manera u otra, el tema. Andrea Aguilar publicó un artículo titulado La literatura ‘afro’ triunfa en los premios National Book de EE. UU. Allí se explica cómo estos galardones distinguieron, en noviembre del 2016, autores (y temáticas) afroamericanos (as) en tres de sus cuatro categorías. Además de la ya comentada The Underground Railroad se premió, por un lado, La marcha, una novela gráfica sobre el movimiento de los derechos civiles. Por otro, se galardonó a Marcados desde el principio, un libro que recorre la historia del ideario racista en Estados Unidos.

Estos premios contribuyen a que el lector obtenga un conocimiento mucho más profundo y detallado de la problemática del racismo. Su lectura nos abre el abanico y nos muestra matices sobre él, hasta ahora desconocidos. Pero lo que realmente ha llamado mi atención es su concesión en un momento en el que este conflicto parece a punto de estallar. Creo que no se puede luchar contra un problema determinado si no se es consciente de tenerlo. Y, puesto que Norteamérica parece padecer de racismo, pienso que es bueno que se le dé visibilidad. Es acertado crear un debate social al respecto. Conceder premios literarios a estos libros, sin duda, contribuye a ello.

Me alegra comprobar cómo el mundo de las letras estadounidense contribuye a luchar contra el racismo

Un inciso: siempre pensé que el criterio para entregar galardones literarios ha de ser exclusivamente la calidad literaria de la obra premiada. Si se quiere premiar una novela por su contribución a la humanidad se le debe conceder un premio de contribución a la humanidad y no uno literario. De otra forma se confunde al lector y se puede cometer una injusticia ante el escritor. Por ello, felicitando la concesión de estos premios, soy consciente de ser, en cierto sentido, contradictorio: lo asumo. A mi favor añadiré que, desde mi humilde opinión de lector, tanto Entre el mundo y yo como The Underground Railroad son libros muy bien escritos, amenos y muy instructivos (no leí aún ni La marcha ni Marcados desde el principio).

Me alegra comprobar cómo el mundo de las letras estadounidense contribuye a luchar contra el racismo, dándole visibilidad y haciendo a la población tomar conciencia del problema.

Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisión de la Unión Europea. Este artículo refleja la opinión del autor y no necesariamente el punto de vista de la institución citada. El propósito de este artículo no compromete la responsabilidad de esta institución.

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