Un guardia blanco inventa que un afroamericano le disparó para justificar un accidente con su propia arma

Brent Ahlers, un blanco de 25 años, patrullaba por la Universidad St. Catherine, en Minnesota, como todas las noches, cuando su pistola disparó una bala a su hombro. El guarda de seguridad, ensangrentado por la herida, dijo a la policía local que un hombre negro con el pelo “afro” y con un jersey azul le había atacado. Era mentira.

Todo apunta a que fue un accidente. Pero Ahlers, por miedo a perder su puesto de trabajo, que no le permitía portar un arma, se inventó la identidad de un supuesto agresor. Ocurrió a las 9:30 de la noche del miércoles. Tras alertar a las autoridades del municipio de St. Paul, la policía cerró el complejo universitario y rastreó el perímetro con 55 agentes, unidades caninas e incluso helicópteros. Mientras, Ahler se recuperaba en un hospital cercano. Esa misma noche recibió el alta.

Decenas de vecinos y los 1.800 estudiantes aguardaban en sus casas mientras continuaba la investigación de los hechos. Se buscaba a un supuesto afroamericano. A la mañana siguiente, un tuit de la policía anunció que no había ninguna amenaza. Ahler había confesado.

“Estaba nervioso por perder su trabajo tras haber llevado su pistola consigo así que se inventó la historia para ocultar lo que había ocurrido”, explicó Mike Ernster, un portavoz de la policía. Arrestaron a Ahler e ingresó en la cárcel por haberse inventado un delito. Según el periódico local Star Tribune, el joven fue puesto en libertad el jueves y comparecerá ante un juez el 31 de octubre. Ernster añadió que desde un primer momento los agentes dudaron de la fiabilidad del testimonio de Ahlers.

La acusación falsa ha generado polémica entre líderes de la comunidad negra. “Es una cosa enfermiza. Puso en riesgo la vida de jóvenes negros con su mentira”, dijo Tyrone Terrill, el presidente del Consejo Afroamericano de St. Paul. La presidenta de la oficina de la Asociación Nacional de Afroamericanos (NAACP, siglas en inglés) afirmó que la invención de Ahlers es un reflejo directo del racismo que se perpetúa en Estados Unidos desde hace cientos de años. “Así es como vive la gente negra. Nos han linchado, nos han metido en cárceles para que más tarde se descubra que no hemos hecho nada. Eso es lo triste”, dijo.

La presidenta de la Universidad anunció el despido de Ahlers y condenó lo sucedido, diciendo que la institución rechaza los estereotipos y la discriminación racial.