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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Nos van a colar los campos de Libia

Para la UE no importa que se mueran los inmigrantes mientras lo hagan fuera de Europa

Migrantes de camino a Libia.
Migrantes de camino a Libia. PABLO TOSCO OXFAM INTERMON

Ya lo advertí la semana pasada, el verano no va a poder conmigo. En porCausa, fundación que dirijo, estamos a tope estos días porque con el caloret y las vacaciones llegan las acciones políticas sorpresa que pasan desapercibidas porque todos estamos a otra cosa. También con el buen tiempo se incrementan los movimientos de personas en la ruta mediterránea y los cruces en pateras. La suma de ambos elementos es un cóctel explosivo.

Hace unos días el presidente de Francia, Macron, anunciaba que, siendo intolerable la situación en Libia con relación a los derechos humanos, y para evitar más muertes, su país iba a montar de forma unilateral unos hotspots solo para refugiados. La pregunta del millón es: ¿Cómo va usted a montar nada en un país que no tiene gobierno y que, como todo el mundo sabe, está controlado por las mafias? De hecho, si Libia fuera un país democrático y estable, seguramente los inmigrantes y los refugiados se quedarían ahí, como sucede en Líbano y Jordania.

Los refugiados tampoco tienen un interés especial en venir a Europa. Se han visto forzados a huir de su país, a dejar sus casas, a las que quieren volver, a perder su entorno y sus seres queridos, a los que echan de menos. En esa huida forzosa a vida o muerte prefieren, como nos pasaría a nosotros, quedarse en un sitio donde la cultura y el idioma es similar al suyo. Como los españoles preferimos irnos a México que irnos a Canadá. Lo que busca cualquier ser humano es ser tratado con respeto por la comunidad en la que vive y poder desarrollarse personal, profesional y familiarmente. Los colaboradores de porCausa que tenemos en el terreno, en Grecia e Italia, nos relatan situaciones de horror en los campos, con gente desesperada que no quiere estar ahí y se está dejando morir, como conté hace poco en el artículo 'Cuando la gente se muere de pena'.

El otro día me decía un joven empresario social que quería montar un sistema de microcréditos para que la gente de los campos de refugiados pudiera montarse un negocio dentro del campo. Tenemos que entender que los campos de refugiados son espacios sin ley, sin recursos, sin vida en los que, en muchos casos, existe una privación de la libertad. De verdad que no se puede normalizar lo que es inaceptable. Por favor, un poco de empatía, que con limitarse a ponerse en el lugar del otro se ve claramente cómo todo esto de los campos viola los fundamentos de los derechos humanos.

En este marco de confusión de la opinión pública, Macron soltó un discurso que debió calar bastante bien ya que anteayer el primer ministro italiano llegó con una propuesta que subía la apuesta del francés. Nada de hotspots, más campos de refugiados en Libia, pero eso sí, campos de los buenos, de los que respetan los derechos humanos. ¿Estamos locos o qué? Que yo sepa, la libertad es un derecho básico. Y esto solo para empezar a hablar, porque ya me explicarán cómo pretenden controlar lo que pasa en esos sitios en un país que es un estado fallido.

El caso es que nos la llevan metiendo doblada con este tema muchos años. España es líder en control migratorio a través de sus acuerdos inaceptables con Marruecos, que son la aplicación desmedida del “ojos que no ven”. La guerra de Siria activó el paso por la ruta del mediterráneo y dio lugar a una reacción de cierre de fronteras inaudita. Y vaya por dios, se empezó a ver de nuevo a la gente ahogarse o llegando a Europa para tener que vivir en condiciones inaceptables. Pero nuestros gobernantes saben que el problema es que nuestros ojos ven. Que se mueran los refugiados o los inmigrantes no es un problema si lo hacen en África. Así que, aplicando el modelo que se llama “a la española”, Italia y Francia ya tienen un eje de trabajo común: que los maten en Libia mejor que que se ahoguen en nuestras costas europeas.

Y me dirán ¿qué puedo hacer yo? Pues para empezar informarse, luego quejarse y después exigir. De verdad que la acción ciudadana funciona, se lo digo yo que he trabajado para la administración pública.

En porCausa tenemos varias peticiones relativas a la inmigración, yo les aconsejo que las firmen todas.

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