Trump muerde el polvo
El presidente extremista ha debido corregir varios de sus planes y bravatas antieuropeos, y no insistir en otros
Cuando Donald Trump ganó, algunas almas de cántaro profetizaron que el tiempo jugaría a su favor, que Europa no le plantaría cara, que su extremismo se impondría.
Esta semana se cumplirá el primer semestre de su mandato. Y el resultado (provisional) es que el presidente extremista ha mordido el polvo. Ha debido corregir varios de sus planes y bravatas antieuropeos, y no insistir en otros.
La renuncia al renuncio más sonoro versa sobre la OTAN. Dijo el 15 de enero a The Times que era “una organización obsoleta”, para rectificar el 13 de abril en presencia de su jefe, Jans Stoltenberg: “Ya no es obsoleta”.
Se negó en la cumbre de la Alianza de final de mayo a ratificar su compromiso con el artículo 5 del Tratado de Washington (la trascendental ayuda militar mutua: uno para todos, todos para uno), obviándolo pese a que lo llevaba escrito en su discurso. Y no tuvo otra que mojarse camino del G-20 de Hamburgo, el 6 de julio: “Estamos firmes en el apoyo al artículo 5”.
Algo parecido sucedió con su inquina al libre comercio internacional. Lo denunció mil veces como “injusto” para EE UU, ¡su principal beneficiario! E impidió que la cumbre del G-7 de Sicilia, a final de mayo, reprodujera la habitual frase en favor del mismo.
Pero no pudo evitarlo en el G-20. Suscribió el 8 de julio en Hamburgo: “Mantendremos los mercados abiertos teniendo en cuenta la importancia de la ventaja mutua y recíproca del libre comercio y la inversión”.
También ha retranqueado sus críticas a la Unión Europea. Las desaforó cuando el referéndum del Brexit, hace un año, cuyo resultado calificó de “algo realmente fantástico”. Auguró que “otros se irán también” [de la UE], por lo que “mantenerla unida no será tan fácil”.
Perspicaz pronóstico: sus amigos ultras y separatistas, de Le Pen a Farage, han perdido, desde entonces, toda elección: en Austria (presidenciales), en Holanda (legislativas), en Holanda (generales), en Alemania (en tres länder), en Francia (presidenciales)... y en Reino Unido, el 8-J, esa victoria pírrica que derrotó al Brexit.
Lidie Trump flanqueando a ese hijo tan cómplice del Kremlin, contra los 20 millones de sus conciudadanos a quienes pretende hurtar la asistencia médica... Acabará yéndole como con Europa.
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