Miñato da Raña 2015, el bienestar del trago sincero
En la Ribeira Sacra, la gente siente el compromiso con la tierra. Solo así se puede encarar el trabajo en bancales graníticos de mínima amplitud que caen sobre el río Miño en pendientes del 60%. Conocer estos parajes es vivir el vértigo con la víscera de la emoción. Trabajarlos pasa por declararles cada día el amor desde la ceguera del adolescente. Beberlos, como Alberto Nanclares, Silvia Prieto y Roberto Regal (vitivinicultores) nos permiten, es un privilegio que hay que agradecer con sinceridad. Hay rusticidad, amabilidad y frescura. Hay sombras y motas de color rojo y verde. Domina el trago largo, fácil, sápido y placentero. Un cubo de madera vieja con ciruelas ácidas reposa en el rincón. Es un vino que se entrega con pasión y sin dobleces. La envoltura del granito, la belleza del verde salvaje, la sonrisa de las flores en los bancales se abalanzan sobre los sentidos, ávidos de las novedades tintas del campo.
Nanclares y Prieto Viticultores, Miñato da Raña, Tinto Rústico, 2015.
Ficha técnica. Producto de España, 12,5%. La uva procede de la finca A Raña (en ecológico), junto al Miño (Belesar, Lugo), donde se mezclan mencía y garnacha tintorera (90%) con mínimas merenzao, brancellao, godello, treixadura… Siempre con madera usada de 500 o 600 litros, se pisa con raspón, pasa un mes con los hollejos y nueve con sus lías finas. Precio: 28 euros aproximadamente.
Sensaciones. Sobre sensaciones que no se extinguen habla este tinto rústico, lleno de musgo y líquenes, rosas silvestres, orégano en flor y arándano negro.
A través del cristal. Pedestal y juego de cubiertos de madera de Jaime Beriestain. Copa Universal en cristal soplado a mano de la serie Denk’Art de Zalto.
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