Nuevos pobres
Amanece el viernes amenazando tormenta. Rafael, que tiene a todos los miembros de su casa en paro, arranca su viejo coche y se dispone a echar gasolina para ir a una entrevista de trabajo. En la gasolinera le dicen que no le renuevan la tarjeta descuento por no consumir como cuando trabajaba. Antes de entrar a la entrevista, le intentan hacer socio de una ONG en la que ya colabora desde hace años. El trabajo que le ofrecen es de “falso autónomo”, que tendrá que rechazar ante la imposibilidad de cumplir los objetivos que le exigen.
Regresa a su casa tras hacer más de 100 kilómetros; por la tarde, continuará su incesante búsqueda de empleo. Con más de 50 años, sabe que cada vez tiene menos puertas a las que llamar; es parado de larga duración y, antes de “ingresar” en el paro, ya se temía que envejecería siendo pobre como sus padres.— José Solano Martínez. Cartagena (Murcia).
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