'Lifting' con hilos: cuáles funcionan, cuánto duran y qué efectos tienen
Vuelven unos viejos conocidos de la medicina estética, reformulados, menos invasivos y más eficaces
Llegaron a finales de los 60, se llamaban hilos de oro y estiraban la piel. Se vendieron como alternativa al lifting, pero ni lo eran ni daban buen resultado. Hoy, los hijos de aquellos son los hilos reabsorbibles, que siguen sin sustituir el estiramiento quirúrgico, pero no conllevan riesgo y tratan la laxitud moderada.
"Lo que más preocupa a las personas con el paso de los años, en lo relativo a lo facial, es la flacidez. De hecho, los tratamientos médico-estéticos más demandados tienen como objetivo retensar la piel y rellenar depresiones", afirma Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Una de las técnicas que responde a esa necesidad es la colocación, a nivel subcutáneo, de hilos reabsorbibles. Estos buscan un estiramiento temporal de la piel.
¿Y cuándo son más demandados? Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), las visitas a consultas por motivos estéticos repuntan cada año en España un 40%, entre el final del verano y la Navidad. Justo ahora estamos en temporada alta, después la cosa se calma.
“Es un método preventivo, para descolgamientos incipientes como la pérdida de redefinición de la mandíbula. No es para pacientes candidatos a un lifting”
(Javier de Benito, cirujano plástico)
Los hilos reabsorbibles o lifting biológico, como lo llaman en el sector médico-estético, no es una técnica pionera en el mundo de la medicina estética, aunque ahora nos lo pueda parecer. "Se usan desde hace décadas, pero los primeros no daban buenos resultados. La colocación era compleja y al no estar hechos de material reabsorbible ocasionaban problemas. Eran los llamados hilos de oro, que se vendían como alternativa al lifting", explica el cirujano plástico y estético Javier de Benito. Lo novedoso es la evolución de los materiales y, sobre todo, la forma en que se colocan.
Lo primero que quieren dejar claro desde SEME es que no es una alternativa menos invasiva al clásico 'lifting' (operación quirúrgica que consiste en la disección de colgajos cutáneos de la cara para ganar tersura). El especialista en medicina estética Alberto Morano, vocal de la sociedad, lo explica así: "El efecto tensor de los hilos no tiene nada que ver, ni en cuanto a efectos ni en cuanto a duración. Se trata de un tratamiento moderado con interesantes resultados, pero que no consigue una tensión completa de la piel". Javier de Benito añade: "Es un método más preventivo, para descolgamientos incipientes como la pérdida de redefinición de la mandíbula. No es para pacientes candidatos a un lifting".
Duración: 12 meses
Si usted acude a una consulta de medicina estética para interesarse por este tratamiento se puede encontrar con dos alternativas: hilos PDO (de polidioxanona) o hilos Silhouette Soft (de ácido poliláctico). Ambos están elaborados con material reabsorbible y tienen resultados temporales. Los primeros son del mismo material que los hilos de sutura para cirugía cardíaca, y los hay de dos tipos: lisos o espiculados (presentan pequeñas púas microscópicas que los envuelven).
"Los lisos están indicados para casos de flacidez muy, muy leve. Su efecto tensor se consigue por bioestimulación, pero no ejercen tracción mecánica. Producen una fibrosis (inflamación del tejido subcutáneo) que hace que se revitalice la piel temporalmente, y se introducen con una aguja guía. Los espiculados son más resistentes y sirven para tratar flacidez moderada; estos se introducen con una fina cánula y quedan sujetos gracias a las espículas", explica el doctor Miguel Aragón, director de la clínica Maux (Madrid) y María Auxiliadora (Sevilla y Écija). En ambos casos, la fibrosis que genera el hilo es la que crea el efecto. "Y ambos funcionan creando una malla bajo la piel que estimula la producción de colágeno. Se coloca una cantidad elevada por sesión, de 30 a 50 hilos, para crearla", especifica Morano.
En el caso de los hilos de ácido poliláctico (o hilos Silhouette Soft), el tratamiento consigue una tracción mecánica que, literalmente, tira de la piel hacia arriba. "Se logra porque cada hilo lleva un pequeño cono en el extremo, reabsorbible también, que se queda anclado al tejido. Se colocan con una aguja. El número de hilos depende de la necesidad del paciente, pero, por ejemplo, si se quiere elevar la ceja se pondría uno por ojo; y para la flacidez del cuello se introducen tres o cuatro. Este tipo de hilos trata el descolgamiento moderado y el efecto tensor es mayor que en los de polidioxanona", precisa De Benito.
La duración del tratamiento es similar en los dos casos, según la SEME: alrededor de 12 meses. La absorción del material introducido varía según el procedimiento elegido. Los de polidioxanona tardan seis meses en desaparecer, aunque no sus efectos. Y en cuanto a los de poliláctico, "en 11 meses el 75% del material del cono ya está reabsorbido. En la zona se forma una cápsula fibrosa, una especie de cicatriz interna que sigue proporcionando fijación al tejido", aclara el cirujano.
Cualquiera de estos tipos de hilo se coloca en consulta con anestesia local y, según algunas pacientes, tras la intervención "se nota molestia, pero no dolor". El doctor Morano concluye: "Es un tratamiento eficaz, pero conviene conocer sus resultados y no crear falsas expectativas. Es una técnica sencilla y con pocos efectos secundarios". El precio varía en función del número de hilos, pero a partir de 400 euros ya se puede plantear elevar esas pequeñas derrotas que la cara muestra con el paso de los años, con aguja (y sin dedal).
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