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La agricultura, problema y solución

27 países africanos se unen para adaptar la producción agrícola al cambio climático

Cosecha de arroz en Moagang, a las afueras de Shanghái (China).
Cosecha de arroz en Moagang, a las afueras de Shanghái (China).JOHANNES EISELE (AFP)
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En lo que a cambio climático se refiere, la agricultura es sin duda parte del problema (produce cerca de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero). Pero, sobre todo, es parte de la solución y clave para mitigar los efectos del cambio climático. Eso defiende la FAO, la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura —así lo señalaba en un estudio reciente— y así lo ha recordado su director general, José Graziano da Silva, en sus intervenciones en la llamada cumbre del clima que se celebra estos días en Marrakech (Marruecos). 

En el día de la conferencia dedicado precisamente a la agricultura y a la seguridad alimentaria (en definitiva, a la lucha contra el hambre), Graziano ha recordado que adaptar las prácticas agrícolas es una necesidad para reducir las emisiones, pero también para garantizar la alimentación, sobre todo en aquellas zonas y comunidades —principalmente los pobres de las áreas rurales— más afectadas por los efectos que el cambio climático ya empieza a producir (sequías, inundaciones...).

Más del 90% de los países presentes en Marrakech estos días señalan la importancia de la agricultura en sus planes para enfrentarse a los nuevos patrones climáticos, y Graziano ha saludado el proyecto del país anfitrión, Marruecos, conocido como "la iniciativa triple A". A ese plan para la Adaptación de la Agricultura Africana ya se han sumado 27 países.

La idea, muy presente en esta cumbre, se basa en cuatro áreas de acción. En primer lugar, una gestión sostenible de los suelos agrícolas. La falta de lluvias, las sequías, la sobreexplotación de determinadas tierras o el uso inadecuado de fertilizantes han debilitado o incluso agotado muchos terrenos en el continente africano. Y sin embargo, el 65% de las tierras arables sin explotar están allí. Planes ya existentes para recuperar suelos, como la Gran Muralla Verde contra la desertificación, se deben sumar a técnicas innovadoras para la mejora de los suelos.

El segundo foco es el control de los riesgos climáticos. Dos de cada tres países africanos carecen de medios para prever y controlar desastres y tendencias. Hacen falta buenos sistemas meteorológicos, formación para prevención y crear seguros que protejan las cosechas ante el clima desfavorable.

Solo el 2% de los fondos destinados al clima van a parar al sector de la agricultura

La tercera pata del programa es el manejo del agua agrícola. El 66% de las tierras africanas está en zonas áridas o semiáridas. Y, sin agua, no hay producción agrícola que valga.  creación de capacidades y obtención de fondos; y manejo del agua agrícola. Hace falta invertir en infraestructuras y extender los sistemas de regadío (solo el 5% de la tierra arable africana cuenta con ellos) para garantizar la producción de alimentos con independencia de los vaivenes climáticos. La escasez de agua "es uno de los principales retos de la agricultura", en palabras de Graziano, quien también ha presentado una iniciativa de la FAO para lidiar con esa escasez en el marco del cambio climático.

Por último, la "triple A" requerirá, obviamente, conseguir financiación. Para invertir en infraestructuras y, sobre todo, en formación de los agricultores y las personas involucradas en Adaptar la Agricultura Africana. Un estudio del Banco de Desarrollo Africano cifra entre 20.000 y 30.000 millones de dólares el coste de esa adaptación. Por ahora, la cantidad es más que insuficiente. Y además, los fondos públicos destinados a la lucha contra el cambio climático en el continente se dirigen principalmente (un 80%) a mitigar sus efectos —poner la venda— y solo el 20% a evitar futuras heridas. La iniciativa liderada por Marruecos aspira a equilibrar esos porcentajes. Pero en cualquier caso, hacen falta más fondos.

Porque, pese a que los países teóricamente reconocen la importancia de adaptar la agricultura, Graziano ha destacado que solamente el 2% de los fondos para el clima van a parar a este sector. "Es extremadamente bajo, y queda muy por debajo de nuestras necesidades", ha sentenciado.

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