Un vino que nace para no morir

L

AS UVAS de listán blanco esperan la vendimia a la sombra del cordón trenzado. Este modo tradicional de conducción de las cepas viejas (más de 100 años) en forma de trenza y el hecho de que alguna de ellas fuera plantada directamente en el suelo, en pie franco, aporta aromas únicos a Vidonia 2013. Cuando la uva y su cepa se alimentan del suelo, volcánico puro, sin la intermediación de un injerto de madera que les es ajeno, las sensaciones que despierta el vino sorprenden por completo a quien lo bebe: a botella abierta, la estancia se llena de silencio, de tierra pura y de sabores esenciales. Las raíces perforaron la tierra y llegaron al alma del volcán. Y este, con voz grave, nombró a la frescura, al jengibre y al sándalo. Convocó a los hollejos de listán, a la masa madre del pan y a la corteza de limón. Y alentó a las brumas de la mañana para que acompañaran a la pólvora fresca. Esta quemó con la sonrisa del atardecer.