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LA CIENCIA DE LA SEMANA

Las partículas que no son

El neutrino que no aparece para explicar la materia oscura y el super-bosón de Higgs que desaparece de Ginebra confirman la importancia vital de los resultados negativos

Javier Sampedro
El laboratorio de detección de neutrinos IceCube, en la Antártida.
El laboratorio de detección de neutrinos IceCube, en la Antártida. IAN REES, ICECUBE - NSF

Hace 10 años o 12, un profesor de física e historia de la ciencia explicaba a la audiencia el (todavía no hallado) bosón de Higgs cuando un alumno le preguntó:

–Oiga, pero si encontraran el bosón de Higgs…

–¡No, no no ­–le interrumpió el profesor–, si yo estoy seguro de que van a encontrarlo!

Todos los presentes reímos, pero aquello no era solo un chiste, sino que ocultaba una desavenencia profunda entre los físicos de partículas (el profesor había sido uno de ellos) y el resto de los físicos (el profesor se había convertido en uno de ellos). El profesor estaba seguro de que el bosón de Higgs aparecería en el LHC (gran colisionador de hadrones de Ginebra), y de que también aparecería otro centenar de partículas que no habíamos predicho, y que no sabríamos interpretar.

Los resultados negativos son esenciales para la ciencia, y para nuestra comprensión del mundo

A mediados del siglo XX, hallar una nueva partícula era un descubrimiento tan cotidiano que Robert Oppenheimer, jefe del proyecto Manhattan que creó la bomba atómica, recomendó dar el premio Nobel al primer físico que no encontrara una nueva partícula ese año. Son solo bromas. De otro modo, los físicos de partículas habrían ganado esta semana dos premios Nobel, como puedes leer en Materia (1 y 2). El primero por el neutrino que podría explicar la materia oscura, que no ha aparecido en la Antártida, y el segundo por el super-bosón de Higgs que ha desaparecido en Ginebra.

Los resultados negativos son el paradigma de la no-noticia, pensará cualquier director de periódico del mundo. Peor aún: un resultado negativo ni siquiera consigue un trato justo en las publicaciones profesionales, las revistas científicas revisadas por pares en las que se apoya el avance de la ciencia, y de la carrera de un científico. Dos errores crasos, cometidos por dos tipos de editores muy distintos. Porque los resultados negativos son esenciales para la ciencia, y para nuestra comprensión del mundo. Cuando el experimento está bien diseñado y bien hecho, su resultado negativo nos ofrece el mensaje más importante que nos pueda dar el mundo: la verdad no está aquí, mira para otro lado.

Somos muchos los que pensamos que los resultados negativos deberían ganar protagonismo. Ya lo tienen en Materia. Léelos.

*LA CIENCIA DE LA SEMANA es un nuevo espacio en el que Javier Sampedro analiza la actualidad científica. Suscríbete a la newsletter deMateriay lo recibirás cada sábado en tu correo, junto con una selección de nuestras mejores noticias de la semana.

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