7 cosas que todos tenemos en casa y podrían proceder del trabajo infantil
Más de 250 millones de niños en el mundo deberían estar jugando y no lo hacen. Es el equivalente a la mitad de la población de la UE
Cada día, desde que suena el despertador hasta que se acuesta, su vida está repleta de objetos que compra, usa, gasta, desperdicia, aprovecha, recicla o elimina. Nos referimos al café o al té del desayuno, a la ropa con la que viste o al teléfono móvil con el que habla. Objetos cotidianos, a priori inocentes, sobre los que pocas veces, por no decir ninguna, se habrá preguntado qué manos lo han fabricado o en qué condiciones lo han hecho.
Hoy, Día Mundial contra el Trabajo Infantil, le invitamos reflexionar acerca del origen de esas piezas que, despreocupadamente, salpican la cotidianidad del mundo desarrollado. No hay una razón para ello, sino 264 millones: el mismo número de niños, de entre 5 y 17 años, que trabajan en el globo, según la Organización Internacional del Trabajo. De todos ellos, 85 millones lo hacen en las peores formas: situaciones de esclavitud, explotación sexual, reclutamiento para conflictos armados, tráfico de menores y trabajos peligrosos. Y 168 millones se emplean en otras actividades laborales que interfieren con la escuela, "con muchas horas de trabajo, sin remunerar o mal remunerados, separados de sus familias y con episodios de violencia y abusos", según la misma organización. Objetos cotidianos no libres de sospechas articulan nuestra rutina.
1. El móvil: son las 7 y suena el despertador
La batería de su móvil, tableta o portátil está hecha de cobalto. Más de la mitad de este mineral que se utiliza en el mundo, según la organización Amnistía Internacional, proviene de la República Democrática del Congo. Hasta ahí, ningún problema. El estupor viene al saber que en su extracción participan más de 40.000 niños y niñas de entre 7 y 15 años. Los menores cargan sacos de 40 Kg en jornadas que a veces llegan a las 24 horas.
2. El café: su primera bebida de la mañana
La cafeína no es lo único que va a subirle la tensión arterial. La Organización Mundial del Trabajo advierte de que la incorporación prematura de los niños, niñas y adolescentes a las plantaciones de café afecta tanto a su salud física como mental, con consecuencias como el envejecimiento prematuro, accidentes y enfermedades como la ansiedad y la depresión. Por ejemplo, en Costa Rica, según el Estudio de Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo Infantil en la Agricultura, la participación de menores en la cosecha y recolección del café representa al menos el 50% de la población trabajadora.
3. ¿O es de los que toma té?
Cada día, a la misma hora, calienta agua y la mezcla con unos gramitos de té cuyo origen probablemente se sitúe al sur de nuestras fronteras. Pero, ¿qué hay detrás de esos minutos de relax? Según la Organización Internacional del Trabajo, alrededor de 40.000 niños trabajan en las plantaciones de té en Tooro, Uganda Occidental, cifra que asciende hasta 50 millones en toda África.
4. Ropa: elige modelito y se viste
La próxima vez que vaya de compras quizá tenga en cuenta algo más que el color de la camisa que está a punto de llevarse a casa. Recuerde que la organización Human Right Watch ha documentado casos de niños y niñas de menos de 15 años que trabajan en fábricas textiles y que son escondidos cuando llegan "visitantes". Lun Lea es una de ellas: "Me dijeron que me escondiera debajo de la mesa y nos pusieron una pila de ropa encima. Me senté ahí mucho rato. Nos daba risa tener la ropa encima y también estábamos asustados de que pudieran despedirnos. Así que intentamos estar muy quietos cuando los visitantes [inspectores] vinieron". Es el escalofriante testimonio que recoge la ONG que investiga y defiende los derechos humanos.
5. Sombra de ojos: se maquilla frente al espejo
El brillo de la sombra de ojos, el colorete o el pintalabios se debe a la mica, un mineral que le aporta esta cualidad. El problema es que, según la organización Made in a Free World, la mayor parte de ese mineral lo extraen niños indios que bajan a las minas durante 12 horas por 4 dólares.
6. Joyas de oro: adorna sus dedos, orejas o cuello
Aunque el oro de sus alhajas brilla, no lo hace tanto como para ocultar la realidad que denuncia Human Rights Watch en su informe de agosto de 2013, en el que constata cómo niños con apenas 8 años trabajan en minas de oro de pequeña escala en Tanzania, lo que supone un grave riesgo para su salud e incluso para sus vidas.
7. Vegetales: llena la despensa al llegar a casa
Cada día hace la lista de la compra y trae del mercado frutas, verduras y hortalizas. Sin embargo, eso solo es parte de una realidad que se completa con los datos que aporta la Organización Internacional del Trabajo. Según la OIT, el 60% de todos los niños trabajadores de entre 5 y 17 años se emplean en la agricultura, lo que representa más de 98 millones de menores en el globo.
Por desgracia, es difícil que algún sello garantice que un producto está 100% libre del trabajo de los niños. Lo afirman desde Fairtrade Comercio Justo, cuyos estándares, sin embargo, sí aseguran que vetan y vigilan a las empresas que hacen uso de mano de obra infantil, "apoyando a las comunidades que lo padecen a solucionar el problema". La lucha contra la pobreza, en todas sus formas, es un modo de combatir esta lacra. Hay marcas de cosméticos que exigen a sus proveedores de mica un compromiso en contra de la explotación de niños y adultos, otras de ropa que emplean un sello específico contra la mano de obra infantil (Child Labor Free) y pequeños negocios de proximidad cuyas condiciones observamos desde la primera fila. Tomar conciencia como consumidor de la necesidad de informarse acerca a esos millones de niños a sus juguetes arrebatados.
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