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La batalla política en Brasil se traslada a la ropa

La tensión obliga a pensarse dos veces qué colores vestir para salir a la calle

Raquel Seco

Hace poco, una amiga se puso una camiseta roja para ir a trabajar. No lo hizo a propósito: esa mañana cogió lo primero que tenía a mano. Por la tarde, cuando tuvo que volver a casa, acabó tapándose con una americana negra prestada. Porque el rojo es el color de la enseña del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y ese día, en São Paulo, había protestas contra el Gobierno.

Las marchas a favor de la destitución de la presidenta son absolutamente verdes y amarillas, los colores de la bandera de Brasil. Hay banderas, vuvuzelas, caras pintadas, camisetas de la selección de fútbol de Brasil. El día 13, cuando se celebraron las protestas más multitudinarias de la democracia, algunos participantes mandaban el siguiente consejo por WhatsApp: “No use ropa roja o negra. Si usa ropa negra, que tenga cualquier señal de los colores de Brasil. El color rojo recuerda al PT, y el negro, a los Black Blocs [manifestantes de izquierda que cometen actos vandálicos como protesta]”. Por si no fuera suficientemente complicado, los contrarios al Gobierno adoptaron durante unos días el color negro como señal de luto por el nombramiento del expresidente Lula da Silva como ministro.

Con este ambiente, vestirse estos días en Brasil es una decisión más política que nunca. Muchos brasileños han empezado a evitar algunos colores, especialmente si hay manifestaciones. La polarización provoca situaciones surrealistas: los padres de un niño brasileño de 8 años denunciaron la semana pasada que su hijo fue insultado y amenazado por usar una camiseta con la bandera (roja) de Suiza. “Deberían darte una paliza”, le dijeron otros niños.

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Y la polarización se ha trasladado a las redes sociales. Este mes, los simpatizantes de Rousseff compartían para denunciar a sus rivales un gráfico con toda la gama de colores, partido en dos. De un lado (donde está el amarillo, el azul y el verde) pone “ciudadanos de bien”. Del otro (todos los tonos de rojo, rosa, violeta, naranja): “comunista, maricón, feminazi…”.

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Sobre la firma

Raquel Seco
Periodista en EL PAÍS desde 2011, trabaja en la sección sobre derechos humanos y desarrollo sostenible Planeta Futuro. Antes editó en el suplemento IDEAS, coordinó el equipo de redes sociales del diario y la redacción 'online' de Brasil y trabajó en la redacción de México.

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