7 fotosEl tesoro de un pueblo mitológicoLa localidad que produce el licor más famoso de México fue invisible durante años. Hoy es un enclave abierto al turismo donde los métodos de recolección del fruto siguen haciéndose a mano.Ana Nance30 oct 2015 - 00:00CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUna piña de la planta tras ser desprendida de las pencas con un machete.Las piñas pasan 36 horas cociéndose en unos hornos industriales y después se dejan reposar durante ocho horas más. Unos molinos prensan ese agave, extrayendo el jugo. El aguamiel resultante hay que fermentarlo en tanques de acero inoxidable añadiéndole levadura. El líquido hierve y los vapores se acumulan en un alambique para producir el tequila blanco.En Tequila, que el año pasado recibió a 294.000 visitantes, se está levantando un hotel de lujo y proliferan las atracciones. Puede visitarse la fábrica de la empresa José Cuervo.Algunos de los campesinos empezaron a los cuatro años. Agradecen la atención mediática que se presta al pueblo. Su trabajo continúa haciéndose a mano.El campo del que emana el oro. Los cultivos de plantas de agave que rodean el pueblo de Tequila fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Hace un tiempo, varios científicos japoneses inventaron una máquina que pretendía automatizar el proceso de recolección, muy duro para los campesinos, según cuenta uno de ellos. Pero el invento no calculaba bien: cercenaba en exceso por un lado y demasiado poco por otro. Es común que a los agricultores les falte algún dedo de la mano o del pie por utilizar un machete. Pueden llegar a repetir la operación de cortar la planta unas 3.000 veces al día.Costumbrismo. Una mujer con traje tradicional y un hombre vestido de mariachi pasean por Tequila (Jalisco). Autobuses de turistas desembocan a diario en el pueblo.Botellas de tequila en el restaurante La Tequila, en Guadalajara (México).