Con la venia de Bruselas

Comienza una semana muy interesante desde el punto de vista político en España, pero nada de lo que ocurra tendrá importancia si mañana lunes llegara a producirse un accidente en la negociación de la Unión Europea con Grecia. Según el ministro Varoufakis, el estado mental de algunos de los líderes europeos está peligrosamente cerca de ese segundo en el que se acepta la catástrofe. Y la historia está llena de ejemplos de virtuosos dirigentes europeos tan aferrados a la ortodoxia del momento, tan orgullosos de su rocoso compromiso moral con la idea del castigo, que han despeñado a sus países en un pestañeo. El famoso libro Los cuatro hombres que hicieron quebrar al mundo demuestra que las peores crisis no están provocadas por misteriosas fuerzas a las que los Gobiernos no se pueden resistir, sino por grupos de personas que, en posesión de la verdad absoluta, se disponen a mirar heroicamente el futuro y a dar una lección al díscolo insolente.

La ocasión merece una observación, anecdótica pero reveladora. Una aclaración para quienes se preguntan por qué Grecia no recorta sus gastos de Defensa. Primero, lo ha hecho, y la nueva propuesta incluye un nuevo tijeretazo de 200 millones de euros. Segundo, los estatutos del Fondo Monetario Internacional prohíben que este organismo exija recortes en gastos de Defensa. Ni una palabra sobre el tema en sus planes de rescate para países en problemas.

En el supuesto de que los líderes europeos no defiendan heroicamente el palo mayor de la ortodoxia y todos nosotros podamos dedicarnos a otra cosa que no sea la misma contemplación estupefacta que deben experimentar los árboles que sienten venir el incendio (imagen de la polaca Szymborska), podríamos hablar de nuestros pequeños asuntos.

Por ejemplo, hablar de que esta semana se constituirán los nuevos Gobiernos autonómicos y de que el PSOE podrá empezar a respirar. En la formación de los Ayuntamientos, los socialistas quedaron desdibujados por las alianzas, pero esas mismas alianzas les han permitido mantener Andalucía y Asturias y les permitirán recobrar protagonismo en las otras comunidades: Valencia, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares… La mayoría de los nuevos presidentes son políticos que no necesitan rodaje y rápidamente se podrá ver que el PSOE ha recuperado poder y, sobre todo, capacidad de iniciativa política, algo fundamental cara a las elecciones generales.

El PSOE ha recuperado poder y capacidad de iniciativa, fundamental de cara a las elecciones generales

Todo esto explicaría el duro ataque contra el PSOE que lanzó esta semana Mariano Rajoy en su esperada comparecencia para anunciar cambios en el PP. Lo más llamativo fue la convocatoria de una conferencia política con poco más de 15 días de antelación. Muy poco tiempo parece para estudiar alguna iniciativa mínimamente innovadora, menos aún cuando los cinco nuevos vicesecretarios, jóvenes que no han trabajado nunca en Génova, van a estar, literalmente, de mudanza (uno de ellos, además, se casa esta misma semana).

No es extraño que dirigentes del PP tengan pocas expectativas sobre esa conferencia. Más interés ha provocado el anuncio de la implicación directa de Rajoy en la campaña y el nombramiento de Jorge Moragas como jefe de operaciones (y durante ese periodo, verdadero secretario general del partido, con permiso de Javier Arenas). A Rajoy siempre le ha gustado dirigir las campañas: lo hizo en los comicios de 1996 y en los de 2000, a cuenta de José María Aznar, y seguramente está convencido de que tuvo buena parte de responsabilidad en aquellos éxitos.