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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El CSIC al rescate

El buque oceanográfico del organismo científico recoge a 194 refugiados sirios que llevaban seis días a la deriva

Soledad Calés

Se rozó la tragedia y hubiera podido ser como la que en octubre de 2013 llenó de cadáveres el puerto de la isla de Lampedusa. Esta vez, sin embargo, los ocupantes de una enorme barcaza que vagaba a la deriva tuvieron suerte: fueron localizados por una patrullera de la Guardia Costera de Islandia y un barco científico español, el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa del CSIC, en cuyo timón se encontraba la capitán María Ángeles Campos.

A bordo de la enorme barcaza viajaban más de 400 refugiados sirios, entre los que había decenas de niños. Huían de la guerra y habían emprendido la travesía clandestina hacia un futuro tan incierto como el propio viaje. Hacía 10 días que habían partido rumbo a Italia tras pagar a los traficantes 6.000 euros por persona. Cuando se encontraban entre Sicilia y Grecia, la barcaza se quedó sin combustible. Y estuvo seis días a la deriva. El buque oceanográfico del CSIC regresaba de una misión científica en el mar Negro y se dirigía a la base de Vigo cuando fue avisado por la patrullera islandesa, que se encuentra en el Mediterráneo en misión de rescate de emigrantes. Entre las 194 personas que subieron a bordo del Sarmiento de Gamboa había 61 niños, un dato que muestra hasta qué punto están cambiando los flujos migratorios.

El Mediterráneo se ha convertido en un mar de tráficos ilegales por el que viajan desplazados por motivos económicos, pero también, y cada vez más, personas que, como los sirios rescatados el martes, huyen de conflictos y guerras. El movimiento de desplazados está alcanzado un volumen muy preocupante.

Solo el programa Mare Nostrum, habilitado por Italia para rescatar náufragos, ha recogido desde la tragedia de Lampedusa a 150.000 personas. Otras 3.419 se han ahogado en lo que va de año. El dispositivo costaba nueve millones de euros al mes, que asumía Italia mientras la UE se hacía la remolona ante la exigencia de que se involucrara en la gestión del problema. Finalmente lo ha hecho, pero solo a medias. El programa Tritón de la UE está dotado con menos de 3 millones mensuales y los barcos asignados no tienen la envergadura suficiente para salvamentos masivos como el del martes. En estas condiciones, ¿cuánto tardará en producirse una nueva tragedia?

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