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Cómo es el supercerebro de un emprendedor

La neurología sostiene que el ser humano es capaz de aprenderlo todo. ¿Incluso la capacidad para montar su propio negocio?

El emprendedor Javier Marca dejó el diseño gráfico en 2008 para montar su propia panadería en Madrid (Panic).
El emprendedor Javier Marca dejó el diseño gráfico en 2008 para montar su propia panadería en Madrid (Panic).Luis Rubio

¿Tenemos los españoles madera de emprendedores? A tenor de los resultados que se desprenden del Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2013, la respuesta es no. Según este estudio, solo el 5,2 % de la población se habría decidido en 2013 por la vía del trabajo por cuenta propia para ganarse la vida o, como diría Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y digestiva y autor de El cociente agallas (Espasa), “para sacar la mejor versión de sí mismos”. Y para ello deciden salir de su zona de confort y dar rienda suelta a su entusiasmo, determinación, compromiso, persistencia y paciencia en pos de un único objetivo: vivir de su propia empresa. Meta complicada y arriesgada, como prueba el mencionado porcentaje del GEM 2013. Pero, ¿por qué esta cifra no es mayor? ¿Qué tienen de especial las mentes de ese 5,2 % de emprendedores? Aunque con matices, las respuestas de los expertos convergen en una misma dirección: proactividad, compromiso, motivación, capacidad de sacrificio e ilusión.

La proactividad es lo que, según Sergio Fernández, director del Máster de Emprendedores del Instituto Pensamiento Positivo, tienen en común la mayoría de los emprendedores. Mientras que la ilusión es el factor diferenciador entre emprendedores y no emprendedores que apunta la directora de La Escuela de Emprendedores (LEDE), Leticia Prada. A estas facultades y rasgos psicológicos, Alonso Puig añade el optimismo, “ya que una persona positiva tiende a generar menos emociones negativas como el miedo, la ansiedad o la frustración”. Un matiz: “El miedo, en su justa medida y combinado con la dosis adecuada de ilusión y confianza, hace que la persona busque la oportunidad sin ignorar los peligros”.

Más rápidos e intuitivos

Si quiere emprender, debe…

Sergio Fernández, director del Instituto Pensamiento Positivo

1. Encontrar su pasión

2. Dedicar a su proyecto todas las horas que precise

3. Centrar su energía en aportar valor a las personas

4. Identificar qué problemas puede resolver y, después, solucionarlos

5. Aprender algo nuevo cada día y aplicarlo

En los últimos años, numerosos estudios han demostrado que hay zonas del cerebro que los emprendedores desarrollan más y mejor que las personas que nunca han iniciado una actividad económica por su cuenta. Entre ellos, el liderado por el profesor Maurizio Zollo, del Massachusetts Institute of Technology, revela que los emprendedores toman decisiones con más rapidez, mantienen una visión global más amplia y son capaces de desestimar con mayor facilidad la distorsión del entorno. Otro trabajo (Brain Cortical Organization of Entrepreneurs During Visual Stroop Decision Task) llevado a cabo por el profesor Peter Bryant del IE Business School y los profesores de la Universidad Complutense de Madrid Tomás Ortiz, Agustín Turrero y Juan M. Santos, llega a la conclusión de que un rasgo que caracteriza a los emprendedores en la toma de decisiones es un cierto nivel de impulsividad unido a un rápido análisis cerebral, una respuesta motora más temprana y una lentitud en cerrar el proceso cognitivo. En este sentido, Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), recalca “la rapidez y la seguridad en la toma de decisiones como dos de los rasgos fundamentales” que diferencian una mente emprendedora de una que no lo es. Y eso implica la coordinación de diferentes sectores del cerebro: “En la corteza prefrontal se realiza la toma de decisiones, pero es necesario que esa zona ejecutiva interactúe con las redes sensitivas —localizadas en el lóbulo parietal—, valorando la información del entorno, estableciendo un juicio entre pros y contras y monitorizando el éxito de nuestra decisión”.

Bailan con la incertidumbre

“En esto de emprender la genética tiene poco que decir”, opina Mercedes Alfonso, presidenta de ASECAM (Asociación de Emprendedores de la Comunidad de Madrid) y empresaria desde hace más de 20 años. En su opinión, “un ambiente propicio en la familia, en la escuela y en los centros de formación, sin duda fomentarían una actitud emprendedora. Pero en España todavía hay mucho por hacer en estos ámbitos”. Asimismo, tanto Alonso Puig como el coach Sergio Fernández se muestran convencidos de que no es necesario nacer emprendedores, ya que todas las personas somos capaces de aprenderlo todo, incluyendo las aptitudes y actitudes para sacar adelante un proyecto propio. ¿Se puede concluir entonces que con el entrenamiento adecuado cualquiera podría dar el salto y convertirse en un emprendedor de éxito? Lo cierto es que la respuesta no es fácil. Alonso Puig advierte de que esta capacidad no significa que podamos convertirnos en lo que queramos, si no en la mejor versión de lo que ya somos. “Del mismo modo que la semilla de un manzano nace para convertirse en árbol, nosotros estamos llamados a desplegar todo nuestro potencial y a convertirnos en quienes estamos llamados a ser. Haga lo que haga, no me convertiré en un olivo...”, concluye. En esta misma línea, Leticia Prada reconoce la capacidad del ser humano para adquirir y desarrollar habilidades empresariales, pero la experta limita la posibilidad de ser emprendedor a aquellas personas que poseen unos rasgos de personalidad específicos. Y recalca: "Para que tenga éxito no solo debe tener las aptitudes para sacar adelante su idea de negocio, también tiene que saber bailar con la incertidumbre, ya que será su compañera de viaje, al menos en las etapas iniciales. Y esto no se aprende”.

Cerebros de plástico

La mayoría de los especialistas en neurología corroboran lo que ya apuntaba Mario Alonso Puig: con el entrenamiento adecuado todo ser humano puede desarrollar a voluntad las áreas del cerebro donde se ubican las habilidades que favorecen la actividad emprendedora. “La distribución de la densidad de neuronas en cada zona del cerebro depende de factores genéticos y de desarrollo, pero no se trata solamente de agrupar neuronas, sino también de conectarlas, y esas conexiones se pueden fomentar con estímulo, es decir, se pueden aprender. Esto lo hemos podido comprobar en la rehabilitación de personas que han sufrido daños en esas zonas”, apunta el neurólogo Carlos Tejero. Este aprendizaje es posible gracias a que el cerebro es un órgano plástico, abierto a mejorar constantemente mediante la neurogénesis o proceso de formación de nuevas neuronas a partir de células madre. Un proceso clave “en la memoria, el aprendizaje, la gestión del estrés y el control del miedo”, explica Alonso Puig. Además, en su opinión, podemos favorecer el proceso de la neuroplasticidad (propiedad del sistema nervioso a la que debemos esta capacidad de aprendizaje infinito), manteniendo ciertos hábitos como la práctica regular de ejercicio físico: “Las personas que se mueven más generan cambios positivos en sus cerebros. También aquellas que buscan lo positivo, aprenden a reconocer y a descubrir más rápidamente las oportunidades. Por último, las que tienen expectativas favorables sobre sí mismas y sus posibilidades, regulan sus emociones de una manera muy diferente de como lo hacen las que siempre esperan lo peor”.

Conexiones de felicidad

Es frecuente relacionar una carrera profesional brillante con el triunfo en la vida o la felicidad. Sin embargo, Alonso Puig supedita el éxito profesional al personal, ya que, “es incompatible a tener que renunciar a tu salud, a tu familia o a tus valores”. En cualquier caso, el camino hacia la consecución de nuestro sueño empresarial podría identificarse con el viaje a la felicidad personal de cada uno, o al menos así lo cree este médico y conferenciante: “Al salir de la zona de confort el cerebro comienza a generar más conexiones entre sus neuronas, empieza a progresar. Y como la felicidad está muy conectada con la percepción de crecimiento, las personas emprendedoras viven la vida con más intensidad en lugar de verla pasar”

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