Blaugrana 1-rojiblanco 0

En la nueva edición que acaba de salir a la venta, el Diccionario de la lengua española ha incorporado 5.000 nuevas palabras y ha sacado 1.300; un trasiego que no es un simple capricho de los miembros de las 22 Academias que han colaborado en su elaboración. Para dar de alta una palabra o jubilar a otra del repertorio, los académicos observan su proyección y asentamiento cuando escuchan cómo se habla en la calle. Voces anteriores al siglo XVI, ya en desuso, se han caído de un volumen que incluye más de 93.000 artículos y casi 200.000 acepciones. La 23ª edición, la que ahora ve la luz, ha añadido un buen número de americanismos (palabras documentadas en al menos tres países) y algún que otro guineanismo. También hay españolismos, como es el caso de mileurista, que tuvo su origen en una carta al director enviada por una lectora de EL PAÍS.

Para que una voz entre en el Diccionario tiene que venir avalada por el uso. Y nadie puede negar que, por el efecto de la crisis, los mileuristas se han multiplicado.

Puesto que quienes utilizan la lengua son soberanos, los académicos han dado su bendición a términos del mundo económico (euríbor, prima de riesgo) o tecnológico (tuit, nube, wifi). Además del uso de las palabras, el Diccionario tiene en cuenta la implantación. Los hinchas del Barça estarán contentos porque se ha dado entrada a blaugrana y puede que algún día la afición del Atlético de Madrid sea reconocida como rojiblanca. De momento han de conformarse con ser colchoneros, que además de ser las personas que tienen por oficio hacer o vender colchones, son los jugadores o seguidores del Atlético, de igual manera que los del Real Madrid son merengues (sexta acepción).

Hay palabras que se extienden con extraordinaria rapidez, y otras que parecen evolucionar a cámara lenta. Todas tienen vida propia y nadie puede evitar su expansión. Ahí está fútbol, que se ha impuesto a balompié (salvo en el Real Betis). En esta edición, selfie no ha encontrado acomodo en el Diccionario, que apuesta por autofoto, y también espera su momento finde, opción que podría cerrarle el paso a weekend. Todo se verá, porque en asuntos de léxico manda la voz de la calle.