Si le duele la espalda será porque usted quiere
Las molestias son el peaje de la bipedestación. Pautas para paliar el lumbago que recuperamos en el Día de la Columna Vertebral (16 de octubre)
Suena el despertador, reunión importante en la oficina, se despereza entre las sábanas, a un lado, a otro y… ¿arriba? Oh, desastre, no puede ponerse en pie: el lumbago ataca de nuevo. “Cariño, ¿me traes el café a la cama?”. A ver quién se lo cuenta al jefe…
El dolor de espalda no se trata tanto de una maldición como del peaje que hemos de pagar por habernos puesto en pie: si hubiéramos seguido caminando ‘a cuatro patas’ no nos dolería. El paso a la bipedestación, ese salto evolutivo que tantas ventajas nos proporcionó como especie, también propició que fuéramos cargando sobre nuestra región lumbar todo el peso de cervicales, cráneo, tórax y brazos. Y ahí estamos, con la espalda hecha unos zorros.
Pero no culpemos solo a la evolución: aunque la postura erecta nos otorgue esa predisposición, cada uno de nosotros somos responsables del ‘mantenimiento’ de la columna y de los músculos que la sustentan. Se estima que entre el 80 y el 90 % de las personas tendrá dolor de espalda en algún momento de su vida. Pues bien, la inmensa mayoría de ellas tienen un tipo de dolor banal, ocasionado por falta de ejercicio, posturas incorrectas, poca formación muscular, envejecimiento…
Cuándo ir al médico
El neurocirujano Pablo Clavel, fundador del Instituto Clavel de la Columna, aconseja consultar con un especialista "si el dolor se ha producido tras un esfuerzo brusco durante el ejercicio y ha aparecido de forma aguda". También son motivo de consulta médica "el dolor intenso tras el ejercicio o el dolor que irradia a una de las dos extremidades y que no es un dolor lumbar aislado". En cualquier caso, la solución a los problemas de la columna para por acudir a un especialista que sepa realizar el diagnóstico correcto. El principal criterio para reconocerlos, según Clavel, es que estén formados en traumatología o neurocirugía, "porque la cirugía de esta zona cambia continuamente y la que hacemos hoy no se parece a la de hace 20 años".
El ejercicio físico –o, más bien, su ausencia–, suele estar detrás de los problemas de lumbago. “SI nos duele la espalda es porque no se nos ha aplicado el tratamiento adecuado. Pero si el dolor va y viene, es porque somos vagos y no hacemos la actividad física necesaria, que realizada de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia”, asegura el doctor Francisco Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencia de la Espalda, cuya máxima favorita es “no hay excusas para vagos”.
Desde su experiencia, el doctor Kovacs señala también que “conviene conocer las normas de higiene postural, pero eso no debe cuestionar el hecho de que lo realmente importante, en todos los casos, es mantenerse físicamente activo y hacer el ejercicio necesario para tener una musculatura tan potente, resistente, coordinada y entrenada como sea posible”. El neurocirujano Pablo Clavel, fundador del Instituto Clavel de la Columna, considera también que el sedentarismo es el principal enemigo de la espalda porque "conlleva debilidad muscular, ligamentosa y esquelética", aunque también son muy perjudiciales "los esfuerzos realizados sin precaución, sobre todo, a edades superiores a 40 años que es cuando se inicia la degeneración de los tejidos". Además, recuerda que es necesario calentar y estirar previamente de la actividad deportiva; e indica algunas actividades deportivas peligrosas para la columna, "como el levantamiento de cargas en posturas forzadas: la halterofilia es el ejemplo característico".
Evite estas conductas para paliar el dolor de espalda:
- Reposar. Salvo en momentos de dolor agudo, el reposo –más aún si es en la cama– ha quedado desterrado, porque prolonga innecesariamente la duración del dolor y facilita que repita más adelante.
- Dar la espalda al deporte. Hay que procurar mantener el mayor grado de actividad que el dolor permita, porque el movimiento mejora el riego a la musculatura y tejidos de la columna, lo que acorta el tiempo de recuperación.
- Dejar la bicicleta en casa. Un error habitual es pensar que el dolor de espalda se va al caminar, y no es así. Para fortalecer la musculatura de la columna es mucho mejor la bicicleta estática y la natación.
- Tomar relajantes musculares. Según las pruebas de que se dispone, son más eficaces los antiinflamatorios y los analgésicos.
- Dormir en un colchón muy duro… o muy blando. Contrariamente a la creencia popular, no es cierto que se aconseje un colchón muy duro para el dolor de espalda. Uno de firmeza media mejora la intensidad del dolor y el grado de incapacidad física. Debe ser también firme y recto, pero suficientemente mullido como para adaptarse a las curvas de la columna. Está contraindicado un colchón demasiado blando, pues en él la columna flota sin sujeción.
La higiene postural y la ergonomía enseñan a hacer todo tipo de actividades del modo más seguro y liviano para la espalda. En la web de la espalda se explican normas aplicables al trabajo, las actividades domésticas y los distintos tipos de deportes.
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