Mary Katrantzou: La revolución de los estampados
En 2008 presentó su prirmera colección, con raras impresiones digitales Ahora, todos los alumnos de la escuela londinense donde estudió, imitan su estilo Hoy día, esta creadora griega tiene su propia marca y diseña para TopShop o Longchamp
Los tejidos estampados de colores vivos, la tecnología avanzada y el diseño digital han convertido a Mary Katrantzou (Atenas, 1983) en la diseñadora más importante de una nueva generación de creadores emergentes londinenses. Desde los inicios, su carrera artística se vio marcada por tejidos sumamente adornados, lo que ha devenido en su transformación como abanderada de la impresión digital. Sus vestidos esconden figuras tan sorprendentes como frascos de perfume, fotografías de inspiración japonesa, sellos o decorados de interiores del siglo XVIII, manipulados digitalmente con Photoshop. Son delicados y surrealistas a la vez.
Al contrario que otros creadores contemporáneos, Katrantzou sonríe durante la entrevista con El País Semanal en un restaurante londinense, y desprende energía positiva. Viste de negro de la cabeza a los pies. Su pelo negro, largo y sedoso, complementa un aspecto que difiere completamente de sus ornamentales creaciones femeninas. Más tarde reconoce que prefiere que los diseños impresos formen parte solamente de su trabajo, para no confundirse y no permitir que la ropa que lleva pueda influenciarla.
Durante los cinco años que han pasado desde que terminó sus estudios en la escuela de arte y diseño Central Saint Martins de Londres, su famosa marca ha ido cosechando un éxito tras otro.
Además de dar empleo a treinta y seis personas en su taller, colabora con algunas de las firmas de moda más prestigiosas. En consecuencia, sus creaciones no se limitan a los diseños más codiciados de los desfiles. Más de doscientos distribuidores en todo el mundo venden sus prendas, desde Colette en París hasta Matches en Londres, pasando por el establecimiento digital Net-a-Porter. No termina ahí su aventura. Katrantzou firma también una línea de ropa con precios asequibles para TopShop, diseña bolsos para la marca francesa Longchamp y se encarga de una colección de pantalones vaqueros junto a Current Elliot. “Siempre he pensado que estas colaboraciones funcionan porque ofrecemos una clase de productos con una gran implementación en el futuro”, explica Katrantzou. “Si lo que uno quiere es aprender más sobre este proceso, hay que hacerlo con quien ya tiene la experiencia necesaria”.
"Es verdad que hay mujeres con gustos muy diferentes. Por eso me doy cuenta de que mis diseños traspasan fronteras, en el sentido de que gustan a una gran variedad de clientas”.
Está claro que aún tiene espacio para crecer diseñando otro tipo de complementos. Entre sus proyectos también está la ropa masculina. Al parecer, hay un número sorprendente de hombres que ya se han decantado por las camisetas y las prendas a medida de Katrantzou.
Alexander Fury, hasta hace poco director de la revista de moda Love, y en la actualidad director de moda del diario británico The Independent, es uno de ellos. “Mary tiene unas tablas increíbles como empresaria. Eso es de lo que aún mucha gente no se ha dado cuenta”, afirma.
Su carrera artística ha tenido muchos apoyos, tanto comerciales como de la crítica especializada. La diseñadora ganó en 2011 el galardón al mejor talento emergente de los premios británicos de la moda, y también se llevó el prestigioso Swiss Textile Award en 2010 por sus técnicas innovadoras. No le ha faltado la colaboración de rostros famosos: la actriz Keira Knightley, las cantantes Rihanna y Beyoncé o la arquitecta Zaha Hadid son algunas de las que llevan sus diseños de alfombra roja en alfombra roja.
¿Cómo puede explicar su gran éxito? La empresaria conoce a su público. “Influye el hecho de que hago mis propias ventas”, dice. “Y viajar. Encontrarme con numerosas mujeres que llevan mi ropa. He llegado a entender por qué eligen alguna de mis prendas para cada ocasión. En qué trabajan o qué tipo de personas son. Es verdad que hay mujeres con gustos muy diferentes. Por eso me doy cuenta de que mis diseños traspasan fronteras, en el sentido de que gustan a una gran variedad de clientas”.
A pesar de haber nacido y crecido en Atenas, Katrantzou reside en Londres. “A veces me pregunto por qué vivo en esta ciudad desde hace once años. Uno empieza a mirar las cosas de forma diferente. Lo que consideraba de mal gusto cuando estudiaba, ahora lo veo vanguardista. Sin embargo, me parece que han sido mi sentido del equilibrio y de la simetría y mi forma de apreciar el diseño los que definitivamente me han influido para formarme como diseñadora”.
Fue precisamente en la escuela Central Saint Martins donde Katrantzou aprendió a orientar su trabajo, y, en gran medida, la ayuda vino de la mano de su profesora Louise Wilson, responsable del posgrado de diseño de moda del centro. “Es una persona muy rigurosa”, dice la aprendiz de la maestra. “Algo que me parece muy positivo, porque al final uno confía más en sí mismo y se siente capaz de defender sus argumentos en lo que al diseño se refiere. Yo era muy tímida e introvertida. Ahora siento que puedo hablar de mi trabajo. Al principio no sabía realmente lo que quería. No me sentía segura de lo que intentaba transmitir”. Así que Katrantzou se involucró en su particular enfoque del diseño “eligiendo temas sencillos y dedicando toda una temporada a examinarlos en profundidad. Es un proceso muy largo”.
“Primero se empieza visualizando un concepto y después se trata de crear un collage, ya sea a partir de imágenes que se diseñan desde cero o con una fotografía. Después se procesa digitalmente, formando un diseño que sirve ya para la colección. A continuación, ese diseño se transforma en una imagen en dos dimensiones y se revisa para asegurarse de que la escala corresponde literalmente con la de una figura humana, viendo dónde se coloca. Es una guía para pintar a partir de cero, casi como si el ratón del ordenador fuera un pincel”.
El interés de Katrantzou por la innovación tecnológica es anterior a su afición por la moda. Primero estudió arquitectura en Estados Unidos, en Rhode Island School of Design, y posteriormente realizó un máster de diseño textil en la escuela Central Saint Martins. “Es probable que mi madre, que es diseñadora de interiores, influyera en cierto modo en mi inclinación artística”, afirma.
Aunque parezca mentira, Katrantzou aprendió ella misma a realizar el enfoque que quería en sus diseños. “Cuando estaba en Saint Martins, no teníamos ningún tipo de impresión digital”, dice. “Me acuerdo de que me sacaba de quicio ver a mis propios compañeros hacer cosas preciosas en los tejidos sin ningún tipo de serigrafía. Pero en realidad esas no eran las imágenes que a mí me interesaban. No me sentía a gusto haciendo ese tipo de trabajo porque cualquier cosa que intentaba hacer con esa técnica parecía muy simple. Así que entonces me puse a aprender Photoshop. Intentaba imaginar alguna forma de estampado que pareciera un diseño muy sencillo, pero que al mismo tiempo se viera como algo deseable”.
Katrantzou ha evolucionado en cada colección y no quiere ser catalogada como la diseñadora de los estampados creados por ordenador
Así pues, para su primera colección en 2008 elaboró unos sencillos vestidos de falda lápiz con dibujos de frascos de perfume impresos digitalmente en ellos. Tanto el apoyo de la prensa especializada como de los profesores de su escuela le dieron la confianza para empezar su propia marca. Los métodos de estampado que puso en práctica fue algo totalmente innovador en la industria. “Dos años después de conseguir mi título volví a Saint Martins”, dice. “¡Había un montón de impresoras digitales! ¡Un montón! Durante el año que estuve allí, solo las utilizábamos otra persona más y yo”.
Pero Katrantzou no quiere ser catalogada como la diseñadora de los estampados creados por ordenador. Ha evolucionado en cada colección, adornando sus creaciones con ricos bordados y reinterpretándolas con prendas de punto y otros tejidos. En lo que se refiere a las estructuras, se ha distanciado de los vestidos ajustados, con los que inició su andadura, para crear otro tipo de prendas con una técnica de elaboración extremadamente conseguida. Su actual colección (otoño-invierno 2013) se considera, por la sombría paleta de colores, como un nuevo capítulo de su carrera. Natalie Kingham, jefa de compra internacional de la tienda Matches de Londres, confirma que sus diseños estampados siguen vendiéndose (“les encanta la pasión, la sensibilidad, los tejidos, la forma y la técnica que Katrantzou pone y utiliza en sus diseños”, apunta), pero también esperan las nuevas propuestas.
“Como diseñadora”, explica Katrantzou, "mi deseo es evolucionar, y por eso quise empezar haciendo piezas que no se ajustaran al cuerpo femenino. Quería crear. Me apetecía alejarme del típico vestido sin forma y ampliar mi gama de diseños”.
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