El boom económico no frena la pobreza
Vendedor en Kibera, Nairobi (Kenia). Fotografía de Lola Huete Machado. Recomendamos consultar otros posts recientes sobre este tema Los díez países más pobres del mundo están en África. ¿Es verdad que África despega? "Si gritas, te mato"
Hace unos meses el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, sacaba pecho porque en los 19 años de democracia la economía ha crecido un 83% pero no se refirió a que los pobres son cada vez más pobres. No es comportamiento exclusivo de este país sino del continente africano que, a pesar de acumular una década de crecimiento económico del 4,8%, no ha sido capaz de que su población se beneficie de este boom.
Es una de las conclusiones a que llega el último Afrobarómetro, publicado este mismo mes, elaborado por asociaciones independientes y presentado en Johannesburgo. En él se pone en evidencia la “desconexión” entre la riqueza creada por los Estados y la “persistencia” de la pobreza de una ciudadanía que tiene serios problemas para garantizar sus necesidades más básicas.
Precisamente, la agencia contra el hambre de la ONU, la FAO, ha asegurado que África subsahariana sigue siendo la región del mundo con más prevalencia de malnutrición y hambruna, con una quinta parte de la población afectada. En las dos últimas décadas el número de personas que pasan hambre ha pasado del 32,7% al 24,7% actual. Sin embargo, en todo el planeta se ha reducido el número de hambrientos pero aún una de cada ocho personas tiene carencias alimentarias graves.
Por lo que respeta a África, el Afrobarómetro sólo dispone de un historial de una década de una docena de países. Así, Senegal es el país en el que más ha aumentado la pobreza, seguido de Tanzania, Mali y los estados más estables como la mencionada Sudáfrica y Botsuana. En el lado opuesto, los tímidos avances en el recorte de la pobreza colocan a Ghana en el lugar privilegiado tras reducir en un 69% el número de pobres, por delante de Malaui, con un 9% menos, y de los menos espectaculares de Cabo Verde, Zambia y el Zimbabue del tirano Robert Mugabe.
Sorprende este último país, denunciado por falta de libertades y corrupción gubernamental porque según el Afrobarómetro, es el que ha reducido más sus índices de pobreza gracias, argumenta, a la estabilidad política que en 2008 aportó el Gobierno de concentración y que se rompió con la victoria de Mugabe en las elecciones del pasado mes de julio. El nivel de pobreza de Zimbabue se sitúa en 2012 en 1,71, en una escala en la que cero es la ausencia y cuatro, la miseria total, mientras que en 2008 se alzaba al 2,02. No obstante, sigue estando por encima del promedio africano del 1,26.
La pobreza se mide en este barómetro según el grado de acceso a agua potable, electricidad, alimentos y medicinas. Atendiendo a estos parámetros, la mitad de los africanos admite haber tenido en el último año alguna vez problemas para conseguir estos servicios, mientras que para una quinta parte tienen escasez “muchas veces o siempre”. La situación se agrava porque el 44% no dispone de ingresos regulares y tres cuartas partes confesaban que en los últimos 12 meses en ocasiones no contaban con dinero en efectivo para hacer frente a lo más básico.
Togo, Burundi, Nigeria, Guinea, Senegal y Lesoto son, por este orden, los países con un más elevado índice de pobreza. Mauricio, Argelia, Ghana, Marruecos, Túnez y Sudáfrica, en cambio, se sitúan a pesar de todo en las posiciones más privilegiadas.
A la vista de los resultados de la encuesta, el Afrobarómetro reclama a los Gobiernos africanos un esfuerzo en las inversiones en educación y en infraestructuras, como el mejor antídoto para la pobreza.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.