Progresos y riesgos en España

Hace 18 meses que el Gobierno de Rajoy aprobó su reforma laboral, lo que se anunció en Madrid y en algunos medios europeos como el mayor logro en España para salir del marasmo económico. Ojalá esos logros fuesen tan positivos como se decía desde Madrid. Un informe del Ministerio de Empleo español afirma que el crecimiento anual del número de desempleados bajó a un 5% en el segundo trimestre de 2013 frente a un 18% del año anterior. Ese informe destaca que en 2012, el 27% de las grandes empresas usaron las nuevas medidas para modificar los salarios, jornadas y contratos para evitar despidos, mientras alerta de que los empresarios se están adaptando a esas nuevas normas “gradualmente” (…).

Madrid parece reconocer que la única solución es otra reforma laboral. (…) El sistema legal español está perpetuamente bloqueado por los procedimientos de ERE (…).

Incluso, el FMI, que no se ha distinguido por sus predicciones realistas durante la crisis de la eurozona, avisa en su último informe que España no verá una tasa de desempleo por debajo del 25% hasta 2018. Es una predicción impactante (…). La desilusionada gente joven continúa abandonando el país de manera masiva.

El principal desafío de España, desde la explosión de su burbuja inmobiliaria, ha sido reajustar una economía que en 2007 empleaba a casi la quinta parte de los trabajadores de la construcción europeos. Es un proceso que no será fácil ni indoloro, pero se hace más complicado con leyes laborales que son más adecuadas para proteger a aquellos que tienen trabajo que para ayudar a aquellos que lo buscan.

Nueva York, 12 de agosto