Proteja usted sus dedos
Lo llaman “quita”, pero es un robo en toda regla y legal. Así que al acercarse a un cajero, ¡cuidado! Sus fondos pueden estar en proceso de trasvase.


He aquí un par de cajeros chipriotas, aunque podrían ser de cualquier parte, todos son iguales. Lo de las 24 horas de funcionamiento resulta irónico si se tiene en cuenta que la fotografía fue tomada durante los días del corralito, que abrían cero horas. Este invento, que nació para dar, ha devenido en un artefacto para quitar, de modo que cuando te acerques a él, aquí o en China, has de llevar cuidado, al aproximar la tarjeta, con no exponer demasiado los de dedos, pues podría arrancártelos. Es lo que en términos técnicos recibe el nombre de “quita”. Significa que el banco ha de quitarte algo, es lo que está escrito por la troika, que, como la Santísima Trinidad, son tres pero es uno, o es uno pero son tres, no sabemos. Hay toda una teología sobre este organismo tripartito que actúa como un solo hombre. Pero usted déjese de teologías, lo que ahora le importa saber es que a lo largo de los próximos años se va a producir un trasvase de fondos desde las cuentas corrientes de los depositantes hacia el corazón de la banca. Aunque lo llaman “quita”, se trata de un robo en toda regla, un robo legal, bendecido por el Gobierno de turno, por el Parlamento de turno y por las instituciones judiciales de turno. Viene a ser algo así como si la nevera en la que guarda los alimentos, en vez de conservarlos, se los comiera. Su banco de usted ya está preparando las cosas para tragarse parte de sus depósitos. No sabemos cómo ni cuándo comenzará el atraco, quizá ha comenzado ya. Por eso decimos que al acercar la mano a la boca abierta del cajero, proteja usted sus dedos.
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