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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Ninots’ más IVA

La inspección de Hacienda a las principales comisiones falleras provoca la protesta de los políticos valencianos

MARCOS BALFAGÓN

No hace falta analizar las estadísticas para saber que las Fallas de Valencia mueven mucho dinero. Su impacto se calcula entre los 750 y los 800 millones de euros, cifras que no se sabe muy bien cómo diantres se calculan, pero que de seguro dejan un rastro benéfico en restaurantes, hoteles, tiendas, músicos y, por supuesto, maestros falleros. Así que tal y como están las cosas, con un ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dispuesto a arañar euros donde haga falta, sus inspectores no han tenido miramiento alguno para con la tradición festiva y poco antes de la Plantà (cuando se colocan las fallas en las calles) han pedido las facturas a las comisiones más importantes. Paralelamente, inspectores de Trabajo han examinado los contratos de los que colaboran en esta festiva y pirómana tradición.

Las autoridades valencianas están que arden. Rita Barberá, la alcaldesa, está indignada porque se ha ignorado su petición de retrasar la inspección y ha acusado al Gobierno de insensibilidad.

El barrido ya está hecho. Se llevó a cabo el jueves, cuando en los casales se hacían los preparativos para exhibir tanto arte efímero. Y la reacción ha sido, esta vez, casi unánime, lo que en la enconada política valenciana es noticia. Porque no solo a la popular Barberá esta inspección le ha parecido una afrenta. También los socialistas y los de Esquerra Unida han protestado por la inoportunidad de la operación. Es un verdadero logro que los tres grandes partidos de la zona se unan como piña; un efecto que, seguramente, Montoro ni buscaba ni esperaba.

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La situación es grave. Los afectados se quejan de que esta inspección masiva llega después de haber sufrido la subida del IVA, del 8% al 21%, que ya ha dejado tiritando a los falleros. Pero el mensaje es inequívoco: cualquier actividad comercial por muy festiva que sea debe ajustar sus cuentas con Hacienda y con la Seguridad Social. Y quizá el momento sea el peor, pero también es el que otorga mayor plazo para que el propio Montoro se vea retratado en las Fallas de 2014 con toda esa plasticidad humorística que solo Valencia sabe ejercer con tanta maestría.

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