_
_
_
_
tormentas perfectas
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Europa al revés

No hay integración europea que pueda hacerse a espaldas de los ciudadanos

Lluís Bassets

No es Europa lo que nos falta. Tenemos Europa. Mucha. Nunca habíamos tenido tanta en nuestra historia. Pensamos como europeos, sobre todo fuera de Europa, y nuestras identidades regionales o nacionales no niegan la identidad europea, ni se niegan entre ellas, sino que se refuerzan. Europa es un éxito descomunal, insólito en nuestra historia violenta. La idea de que nunca más habrá guerra entre nosotros está anclada profundamente en nuestras sociedades. También es un éxito económico, a pesar de las amarguras de esta crisis, sobre todo para los países mediterráneos. Pero es un éxito porque hay que fijar bien el punto comparativo de partida, que no es la burbuja de falsa prosperidad de finales de los noventa y principios del siglo XXI, sino el campo de ruinas y muerte de donde salió el proyecto europeo.

Los valores compartidos por los europeos, la paz y la libertad, la democracia y el Estado de derecho, la igualdad y la solidaridad, los derechos humanos y la tolerancia, han creado el espacio para la república europea. Es un espacio donde se penaliza a los fanáticos y a los ideólogos que enfrentan a pueblos y países unos contra otros. No hay nación europea alguna, vieja o nueva, ninguno de los 27 Estados que puedan vivir y crecer sin el consentimiento de sus ciudadanos. Y no hay integración europea que pueda hacerse a espaldas de los ciudadanos, es decir, sin su consentimiento.

No hay que echar a nadie de esa Europa en construcción. Necesitamos a los británicos. Su tradición parlamentaria, su pragmatismo, su coraje militar. Más Europa no es una Europa sin Reino Unido. Más Europa no es una Europa alemana o sometida al diktat de los alemanes. Más Europa es una Alemania plenamente europea en la que nadie provoque o humille a los otros socios.

Así habló hace muy escasos días un político alemán, el presidente de la República, Joachim Gauck. Su discurso pronunciado en Berlín el 22 de febrero, a un año de su elección, es la otra cara de la mala luna europea, la respuesta a los silencios y a la sequedad europeístas de la canciller Angela Merkel. El presidente casi no tiene poder, excepto el poder formidable de la palabra.

No todo lo que dijo Gauck, predicador de profesión, halagó los oídos de su audiencia. También habló de la crisis de confianza, los desequilibrios entre quienes dan y quienes reciben o entre derechos y deberes, el hastío ante la burocracia y la regulación o el sentimiento de que Europa se construye a espaldas de la gente y sin escuchar su voz. Y tuvo la osadía de decir, en alemán, que el inglés deberá ser la lengua europea para el espacio público compartido en un continente donde todos deberemos hablar al menos dos lenguas. Ideas discutibles y para la discusión europea, pero profundamente comprometidas con Europa. Si queremos más y mejor Europa, necesitamos más Gaucks.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_