Una mirada hacia la enfermedad mental en prisión
El fotógrafo Omar Ayyashi retrata a los 'fuera de lugar' de las cárceles españolas. Una exposición en el Matadero de Madrid muestra el resultado de un proyecto que pretende sensibilizar al ámbito judicial y a la sociedad sobre el alto número de personas con trastorno mental que se encuentran en centros penitenciarios y proponer alternativas al ingreso en prisión.
"Los enfermos mentales son invisibles; y si son presos, más invisibles todavía". Lo dice un especialista en el documental Fuera de lugar, dirigido por el actor Fernando Guillén Cuervo, denunciando una realidad que sin embargo afecta a un 10% de los 70.000 internos en los centros penitenciarios españoles. Con la intención de tornar visible esa invisibilidad, Fernando Guillén Cuervo entrevistó durante los últimos meses a personas con enfermedad mental grave que han sido condenadas a penas de cárcel. Como Alberto, diagnosticado con esquizofrenia paranoide. "He estado en prisión muchos años... No lo pasé bien. En el juicio no se tuvo en cuenta mi problema de salud mental".
En su último año en la cárcel, Alberto entró en un programa para enfermos mentales. Y a través de la Fundación Manantial, entre cuyos fines desarrolla la tutela de personas con trastornos mentales graves en centros de rehabilitación, contó con la compañía de trabajadores sociales durante sus salidas terapéuticas. "Ahora, ya en libertad, tengo mucho apoyo del centro de salud mental de mi barrio", dice Alberto en el documental dirigido por Fernando Guillén Cuervo. El fotógrafo Omar Ayyashi, colaborador de El País Semanal, se sumó a la campaña Fuera de lugar, promovida por la Fundación Manantial y Obra Social Caja Madrid, dispuesto a retratar a los protagonistas de este documental que se presenta el 5 de febrero en la Sala Azcona del Matadero de Madrid. Y encontró en ellos "una realidad de la que hasta entonces no era consciente".
He estado en prisión muchos años... No lo pasé bien. En el juicio no se tuvo en cuenta mi problema de salud mental"
Durante los últimos meses, Ayyashi ha conocido en compañía de Guillén Cuervo la complicada vida de Alberto. "Alguien que nos insistía en su necesidad de ser uno más, de pasar inadvertido", explica el fotógrafo mientras se ultiman los detalles de la exposición que puede verse ahora, y hasta el próximo 10 de febrero, en el Matadero de Madrid como resultado de su mirada hacia la enfermedad mental en prisión. Una muestra que recoge los retratos de Ayyashi sobre los fuera de lugar de las cárceles españolas. Imágenes crudas, frontales, en blanco y negro y plano americano, que enfrentan al espectador sin artificios ante esta implacable realidad. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que ha sido Alberto: un fuera de lugar. Algo que ahora intenta evitar a toda costa Ángel, esforzándose por realizar trabajos en beneficio de la comunidad. "Son mi posibilidad de no ir a la cárcel", explica. "El juzgado ha aceptado sustituir la prisión por medidas alternativas con el seguimiento del psiquiatra y de mi trabajador social". También Elisa es protagonista del objetivo de Ayyashi. Y asegura: "No tuvieron en cuenta mi enfermedad en el juicio, ingresé en prisión hace muchos años. Ahora estoy en tercer grado. No me dan la libertad condicional porque no tengo donde residir". Y también están Antonio, Israel, Guarionex, Iván...
El testimonio y la foto fija de todos ellos, junto a las imágenes que Ayyashi tomó en la enfermería de la cárcel de Aranjuez, quiere incitar a la reflexión sobre el alto número de personas con trastorno mental que cumplen condena en centros penitenciarios españoles y sensibilizar a jueces, abogados, fiscales y a toda la sociedad en torno a las soluciones alternativas al ingreso en prisión. "Mientras que el 10% de la población reclusa padece algún trastorno mental grave, en España solo hay 398 plazas específicas para estas personas en los dós únicos centros psiquiátricos penitenciarios de Sevilla y Alicante", explica Helena de Carlos desde la Fundación Manantial, que lleva casi dos decenios lidiando con esta situación y promoviendo medidas alternativas al ingreso en prisión. "Cuando la enajenación mental pasa inadvertida en los procesos penales se condena en muchos casos a personas inimputables a penas de cárcel, llenando nuestras prisiones de gente extremadamente vulnerable. Un proyecto como este pretende llamar la atención y poner de relieve que estamos hablando de un problema de salud, donde debería primar el tratamiento médico en lugar del castigo a alguien que no comprende lo que le ha ocurrido".
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