No estar a nada
Nos estamos yendo al garete y, sin embargo, la vicepresidenta de la catástrofe confirma cada viernes que todo sigue en su sitio
Dices “estamos a viernes”, por ejemplo, y parece que la realidad se ordena, que los días siguen girando alrededor del domingo como los planetas alrededor del Sol. Pero se trata de un delirio. Dicho de otro modo: nos vamos a la mierda. Y mientras nos vamos a la mierda, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta de la catástrofe, con el gesto de convicción habitual en ella, declara sin género de dudas que estamos a viernes y que por lo tanto las cosas siguen en su sitio. Y luego eso sale en los telediarios y al día siguiente escribimos razonados artículos sobre la noticia y los invitados de Ana Griso y de Susana Rosa debaten con espíritu crítico sobre el tema. Pero hay gente que no está a viernes ni a lunes ni a domingo, hay gente que no está a nada, y no estar a nada es muy jodido, sobre todo cuando ves que hay gente que sigue a todo y para la que los planetas continúan en su sitio. Sus días suceden a sus noches, su otoño a su invierno, su digestión a su ingestión, y sus días festivos a sus laborables. Estará a viernes usted, señora vicepresidenta de la catástrofe, porque tras la privatización de la semana, estar a viernes sale por un ojo de la cara y la mayoría de los ciudadanos ya se han arrancado los dos para hacer frente a la hipoteca basura, a la sanidad desregulada, a la educación desmantelada y ahora también a las tasas de la Gallardón, que ha decidido convertir la Justicia en un chiringuito de Marbella, solo para forasteros con recursos o para narcotraficantes ricos, valga la redundancia. Los días laborables, decíamos, valen un hígado y los festivos son un pudridero estatal del tipo de la beneficencia. Sabemos de gente que ha comenzado a empeñar los martes y los miércoles que había logrado rescatar a la privatización de la semana como el que empeña las joyas de la abuela.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.