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Tribuna
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Dudas sobre el déficit público

El ahorro familiar ha bajado en seis puntos de PIB por el aumento de la fiscalidad

Las cuentas no financieras de los dos primeros trimestres de 2012 muestran una evolución muy preocupante de las principales magnitudes y saldos de las administraciones públicas. El ahorro público continúa decreciendo en la primera parte de 2012 y también la inversión pública pero no lo hace el déficit público. La persistente disminución del ahorro público se ha constituido en uno de los principales caracteres de la economía española durante la actual crisis. Desde el máximo histórico del 6,8% del PIB, que alcanzó el ahorro público en 2007, se ha reducido 12,5 puntos del PIB hasta situarse en el -5,7% en el segundo trimestre de 2012. Y, como consecuencia, el fuerte incremento del ahorro del sector privado, que ha aumentado 9,2 puntos desde el inicio de la crisis, no ha sido suficiente para evitar la caída del ahorro nacional en 3,4 puntos del PIB. El ahorro era dual al inicio de la crisis, ahorro público en máximos y ahorro privado en mínimos, y continúa siéndolo ahora pero a la inversa.

Esta caída del ahorro público pone de manifiesto hechos muy relevantes. Primero, sólo en tres trimestres, de los 18 transcurridos desde finales de 2007, ha aumentado el ahorro público. Fue después del ajuste fiscal de mayo de 2010. El ahorro público aumentó un punto, pasando del -5,6% del primer trimestre al -4,6% del PIB del cuarto trimestre de 2010. Ahora la situación se ha revertido y el ahorro público se sitúa en el -5,7% del PIB en el segundo trimestre de 2012, 0,5 puntos menos que en diciembre de 2011 y peor que la que condujo al ajuste fiscal de 2010. Segundo, la caída del ahorro público proporciona una señal inequívoca: el gasto corriente se ha reducido 12,5 puntos del PIB menos que los ingresos públicos. En estas condiciones, no es de extrañar que los efectos negativos del ajuste fiscal sobre la actividad y el empleo se magnifiquen, como ha puesto de manifiesto la subestimación de los multiplicadores del ajuste fiscal que reconocen las principales instituciones, muy recientemente el Fondo Monetario Internacional. Tercero, el ahorro privado también se ha hecho dual. Mientras las empresas y familias experimentaban, en el inicio de la recesión, tasas de ahorro mínimas y similares, ahora las empresas ahorran el 17,0% del PIB pero las familias sólo el 6,3%. Han vuelto a los niveles mínimos históricos del segundo y tercer trimestres de 2006. Aunque las familias incrementaron rápidamente su ahorro en las primeras fases de la crisis, hasta el 12,3% del PIB en diciembre de 2009, desde entonces lo han disminuido continuada y crecientemente, hasta el preocupante 6,3% actual. Sin duda, la fiscalidad sobre el ahorro ha sido un factor determinante: 12 puntos de subida en la tributación del ahorro en el IRPF, la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio y la anunciada vuelta al pasado en la tributación de los incrementos patrimoniales son explicaciones plausibles de este comportamiento del ahorro de las familias. La gravedad es que mientras que el incremento desproporcionado de la fiscalidad sobre el ahorro ha inducido a las familias a reducirlo en 6 puntos del PIB desde el final de 2009, el sector público no sólo no lo ha aumentado desde el -5,3% de diciembre de 2009, sino que incluso lo ha disminuido en medio punto del PIB.

El déficit no mejora. En junio, el acumulado se situó en el 9,2% del PIB frente al 9% que alcanzó en 2011
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También la tasa de inversión pública continúa disminuyendo. Desde el 4,5% del PIB de 2009 se ha reducido continuadamente hasta el 2,9% en 2011 y el 2,4% en el segundo trimestre de 2012. Esta disminución del esfuerzo inversor es la contrapartida al insuficiente ajuste del gasto corriente, con los consiguientes efectos negativos sobre la actividad y el empleo.

Pero lo más sorprendente es que a pesar de la reducción de la inversión en 0,5 puntos del PIB en la primera parte de 2012, el comportamiento señalado del ahorro público impide que el déficit público mejore. De hecho, en junio el déficit acumulado se situó en el 9,2% del PIB frente al 9,0% que alcanzó en 2011. Estas cifras están corregidas de las ayudas a las instituciones financieras que supusieron 5.136 millones de euros en 2011 y 5.418 millones de euros en el segundo trimestre de 2012. Lo más preocupante es que, incluso sin considerar estas ayudas, el déficit público haya aumentado 0,2 puntos desde diciembre. La subida del IVA desde septiembre y el resto de medidas de ajuste tomadas el pasado 13 de julio mejorarán significativamente la evolución de las cuentas públicas en la segunda parte del año, pero no es posible descartar que, en ausencia de medidas adicionales, se incumpla el objetivo de déficit en 2012. La evolución previsible es cerrar el ejercicio en el 7,3%, un punto por encima del objetivo acordado con las autoridades europeas.

David Taguas es director del Instituto de Macroeconomía y Finanzas, Universidad Camilo José Cela

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