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Golpe a la temporalidad en las universidades: 25.000 profesores asociados serán indefinidos a tiempo parcial

El colectivo cree que “la música suena bien” pero teme que “el redactado de la norma sea traicionero”. La inestabilidad laboral bajará en los campus del 40% al 8% si se aprueba la ley

Protesta de los profesores asociados de la UB contra sus condiciones laborales, en 2019.
Protesta de los profesores asociados de la UB contra sus condiciones laborales, en 2019.CARLES RIBAS
Elisa Silió

Cuando Manuel Castells tomó el mando del Ministerio de Universidades sentenció en el Congreso: “Hay profesores asociados con salarios de miseria”. Y no solo porque muchos ganen entre 300 y 400 euros sin complementos posibles, sino que sus condiciones son muy desfavorables, pues una gran parte no tiene otra ocupación principal, cuando supuestamente es el requisito para ejercer de profesor asociado. Por eso ahora, el ministro Joan Subirats quiere incluir en su anteproyecto de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) medidas que palien su inestabilidad, aunque los afectados creen que no termina con su precariedad. La disposición más relevante es la que convierte a 25.000 asociados, que cuentan con contratos temporales, en indefinidos con dedicación parcial. Esta estabilización, adelantada por la Cadena SER, otorga a los trabajadores derechos de antigüedad o de optar a complementos salariales como premio a su labor docente. No se incluyen los sexenios de investigación.

De esta forma, dice el ministerio, la temporalidad del sistema universitario se reducirá del 40% en las plantillas al 8%. Se estabiliza la plaza, no la persona, por lo que el docente tendrá que presentarse a un concurso de méritos al que pueden concurrir otras personas. Administración Pública calcula que en otras áreas el 20% de los trabajadores no logra la plaza.

La medida no afecta a los 9.000 docentes asociados de ciencias de la salud, “siguen con contratos temporales porque sus plazas están vinculadas a instituciones sanitarias”, se afirma desde el Ministerio de Universidades. En el primer anteproyecto de Subirats se estipulaba que el profesorado con contrato laboral temporal no podría superar el 20% y que no se computaría a tal efecto al profesorado asociado de ciencias de la salud y el profesorado ayudante doctor.

En algunos concursos a ayudante doctor ―el primer escalón laboral (no formativo) de la carrera académica― se incluirá como mérito preferente la experiencia docente del profesorado temporal. Además, se va a equiparar los méritos de investigación y docencia en todos los concursos. Los asociados siempre se quejan de que la docencia ―en muchas ocasiones imparten más horas de clase que la plantilla fija― les deja poco tiempo para investigar y eso les penaliza a la hora de competir por un puesto, pues los logros científicos tienen mucho valor.

Un portavoz del ministerio concreta que computará como mérito haber tenido cinco años contrato de docencia de los siete últimos si el peso ha sido relevante. Universidad no detalla cuál será el peso: “Esto deben decidirlo las universidades, en el marco de su autonomía para convocar los concursos. La LOSU establece que la experiencia como asociado debe tenerse en cuenta y que no puede ser un criterio marginal, sino que debe tener un peso relevante”.

120 horas de clase por curso

El sindicato Comisiones Obreras, mayoritario en la Universidad, ha sacado un comunicado en el que lamenta no saber “cómo se incorporarán de forma definitiva estos cambios en el anteproyecto”. Denuncia también que “no hay referencias a la financiación de los procesos de estabilización” ni sobre la memoria económica de la LOSU. A CCOO le preocupa asimismo“cómo se va a, realizar el seguimiento de estos procesos para asegurar su cumplimiento”. Las universidades tendrán hasta el 31 de diciembre de 2024.

“La música suena bien, pero queremos oír de viva voz del ministro la letra de esta”, ha precisado Isabel de la Cruz, presidenta de la Asociación Estatal de Profesorado Asociado de las Universidades Públicas, que cree que Bruselas ha obligado a España a tomar esta medida. Pero el colectivo pide al ministro Subirats aclaraciones sobre determinados aspectos de la LOSU cuyo redactado, a su entender, es “bastante confuso y hasta puede resultar traicionero”. De la Cruz sostiene que ser indefinido “no acaba con la temporalidad real ni con la precariedad”. Si se aprueba la LOSU, para estabilizar a los que son doctores y llevan tiempo impartiendo clases en una facultad, muchas plazas saldrán a concurso de méritos y la asociación teme que esta circunstancia ponga en la calle a muchos de ellos tras años de ejercicio. El resto de docentes a tiempo parcial no podrá dar más de 120 horas por curso.

9.000 de los 25.000 profesores asociados (un 36%) tienen la tesis, son doctores. El ministerio insta en el proyecto de LOSU a las universidades a que fomenten que los interesados puedan dar el salto a la carrera solo académica con un contrato predoctoral. Los salarios son bajos en esa categoría formativa, por lo que es difícil que el docente dé el paso si tiene un trabajo principal, por ejemplo, si es abogado, ingeniero o arquitecto.

En la actualidad hay 4.800 profesores más en las universidades españolas que en el curso 2011-12 ―de 103.907 docentes a 108.700 en 2020―, pero a costa de precarizar las plantillas hasta el extremo. El número de profesores funcionarios ha menguado considerablemente, después de años de reposición al 10% de las jubilaciones (2012-2014) o al 50% (2015-2016), y desde 2017 al 100%: de 49.000 han pasado a ser 41.700 en 2020. Este año por cada 10 profesores que se retiren podrán entrar en plantilla 12. Nunca antes había habido una reposición tan alta, del 120%.

En los próximos ocho años se va a jubilar el 53% de las plantillas, que están muy envejecidas, por lo que será un buen momento para que este profesorado en situación precaria pase a ser estable.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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