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Fusionar de nuevo los ministerios de Universidades y Ciencia: la petición diaria de rectores y científicos

En los últimos tres años los académicos han reprochado una división que ha provocado algunos quebraderos de cabeza. El PP pretendía volver a juntar todas las etapas educativas con Cultura

Los ministros Joan Subirats y Diana Morant, en enero de 2021, durante un acto en Barcelona.
Los ministros Joan Subirats y Diana Morant, en enero de 2021, durante un acto en Barcelona.Gianluca Battista
Elisa Silió

Los ministerios de Universidades y Ciencia e Innovación vuelven a fusionarse casi tres años después de su división en dos en enero de 2020 cuando, al arrancar el primer gobierno de coalición de la democracia (PSOE y Unidas Podemos), Manuel Castells y Pedro Duque se pusieron al frente de sendos departamentos. Esta integración estaba casi cantada, pues durante todo este tiempo, la conferencia de rectores (CRUE) y la de asociaciones científicas (COSCE) ha reclamado su unificación. Como ya habían pronosticado, la separación ha supuesto un quebradero de cabeza en más de una ocasión, en especial en época de Castells y Duque. La relación mejoró con sus sucesores, el común Joan Subirats y la socialista Diana Morant, que mantenían mayor sintonía personal y cuyos equipos pasaron a reunirse con más asiduidad. Esta última se queda con la cartera.

“Al principio, hubo un choque porque se desgajó una secretaría de Estado del Ministerio de Ciencia [Universidades] que fluía y eso lleva su tiempo. Evidentemente, los científicos protestamos”, recuerda Perla Wahnón, presidenta de la COSCE, que agrupa a 40.000 investigadores. “La división fue una decisión política de un pacto de gobierno, pero no se tuvieron en cuenta criterios científicos o universitarios”. Hasta Castells, recién nombrado ministro, se mostró de acuerdo en su toma de posesión: “La Universidad tiene una relación intrínseca y fundamental con Ciencia e Innovación y ha habido una serie de críticas en los medios internacionales por la existencia de los dos ministerios. Hablando muy claro: yo personalmente no estoy de acuerdo”. Tampoco lo estaban los consejos sociales de las universidades públicas, el puente entre la sociedad y los campus, que lo han expresado a través de su conferencia.

Wahnón, catedrática de química física en la Politécnica de Madrid, remarca que la COSCE ha “solicitado en todos nuestros informes la fusión de ambos ministerios. La ciencia no se puede partir en dos. Entre el 60% y el 70% de los investigadores están en las universidades. De acuerdo que no todos los profesores universitarios hacen investigación, pero cada vez son más por las exigencias del sistema”. La presidenta de la CRUE, Eva Alcón, hace la misma reflexión. “Pediría al nuevo Gobierno, sea del color que sea, que una universidades, ciencia e innovación en un solo ministerio, que es la mejor forma de atender a las tres”, reclamaba antes de las elecciones en este diario.

Alberto Núñez Feijóo, líder el PP, habló en campaña de suprimir “cinco o seis ministerios” y avanzó: “Los ministerios de Universidades, de Cultura y de Educación, bien merecen una consolidación”. Estas tres áreas estaban juntas con los populares (José Ignacio Wert e Íñigo Mendez de Vigo) y la política educativa comía prácticamente todo el tiempo de estos ministros.

Universidades era por entonces una secretaría de Estado y la CRUE presionó a los socialistas en 2018 para que crearan el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que nació con el astronauta Pedro Duque en el sillón. Alcón también descartó la vuelta a Educación en la entrevista: ”No nos olvidemos de que el 70% de la investigación se realiza en las universidades. ¿Cómo no vamos a estar con ciencia?”. El 42% de las patentes sale de los campus y Alcón recuerda en sus discursos que “la producción científica española representa el 3,3% de la mundial, cuando el peso del PIB español se sitúa en torno al 1,5%. Bien podríamos decir que duplicamos los objetivos que nos corresponderían”.

En 2023 los rectores y la COSCE no se han movilizado públicamente como en diciembre 2019, porque el rumor de la fusión llevaba meses sobre la mesa. Con independencia de que volviesen a juntarse, en las quinielas de ministrables no ha estado nunca Subirats, porque hace tiempo comentó a su entorno que no tenía ningún interés personal en continuar. Consideraba que había cumplido su misión: lograr en marzo de este año la aprobación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). En agosto de 2020 se había ratificado la Ley de Ciencia. El pasado viernes, Subirats se despidió en un tuit.

“Al haberse programado las leyes desde ministerios distintos, no es que colisionen, pero hay intersecciones entre ellas que no se abordan de forma muy coherente”, ahonda Wahnón. “Son puntos de vista enfocados de distinta forma. La LOSU no toma en cuenta la investigación dentro de las universidades, está más enfocada a la docencia, a las carreras académicas... Mientras que la Ley de Ciencia aborda la carrera científica”, añade.

La única persona de la cúpula que se ha mantenido desde 2018 es el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, que ha sobrevivido al cambio de tres ministros de dos partidos distintos. Castells, que iba por libre, recibió ciertas presiones de Podemos para que otra persona ocupase el cargo tras la marcha de Duque a Ciencia en enero de 2020, pero los rectores intercedieron para que se quedara este exvicerrector de la Complutense que conoce la universidad a la perfección.

Ciencia y Universidades han compartido espacio ―hasta la misma planta― dentro de las dependencias del todopoderoso Ministerio de Economía. Su fusión, por tanto, no supone un ahorro económico, motivo muchas veces alegado para juntar departamentos. El monto que manejan es muy desigual. Las becas al estudio, también las universitarias, las gestiona Educación (6.408 millones de presupuesto), de forma que la partida de Universidades se reduce a 442 millones (incluyendo los fondos europeos), frente a los 3.991 de Ciencia (parte de Bruselas), que es quien lanza las convocatorias competitivas por fondos públicos de investigación. La escasa docena de funcionarios con los que cuenta Universidades para tramitar las homologaciones de títulos extranjeros da idea de su precariedad.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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