Cupo cerrado en Medicina: las universidades públicas ofertarán 706 plazas extra del grado

El Gobierno reservó 52 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado 2023 con el objetivo de mejorar la docencia del grado de Medicina y crear en torno a 750 plazas en primer curso en las 35 facultades públicas. Pero finalmente serán algunas menos, se abrirán 706 nuevos puestos porque las universidades, que han tramitado sus peticiones a través de los gobiernos autonómicos con la mediación del ministerio del ramo, no han agotado el cupo extra, según los datos a los que ha tenido acceso este diario. Y no es algo inusual, las facultades no llegan muchas veces a ofertar todo lo que podrían: la docencia de este grado es muy costosa, la mayor tras Veterinaria, y exige muchos medios. Para este curso 2022-2023, por ejemplo, se ofrecieron 5.904 plazas en primero de Medicina, aunque las universidades estaban autorizadas para impartir clase hasta a 6.106 estudiantes.

Ahora esas plazas crecerán en 706. De ellas, 558 son de nueva creación, un 8,6% más de las que había hasta ahora permitidas. El compromiso del Gobierno es invertir 15.000 euros en cada una de esas plazas al año ―el dinero puede destinarse a contratar personal―, y durante los seis años que dura la carrera, hasta que se gradúen tres promociones. Las otras 148 no son inéditas, sino que estaban previstas en las memorias de verificación del título (los informes técnicos que validan que se puede impartir la carrera), pero no se ofertaban; en esos casos, las universidades han tenido que agotarlas para poder solicitar la apertura de otras nuevas.

La Conferencia de Decanos de Medicina era reacia a recibir más alumnos. Su presidente, el decano de Málaga Pablo Lara, recuerda cómo el Ministerio de Sanidad propuso aumentar el número de alumnos en un 10% ya para el curso pasado, y se resistieron. Lo hicieron por el aumento que ya viene dándose en las inscripciones ―los estudiantes han crecido un 74% en diez años―, y por la falta de medios materiales y profesionales. Pero la nueva propuesta de los ministerios de Sanidad y Universidades, dotada con una partida millonaria, les ha llevado a lograr un pacto.

Andalucía, por ejemplo, va a percibir 11 millones de euros, aumentando en 155 sus plazas en primer curso. “Una financiación tan extraordinaria supone, sin duda, una oportunidad para que las facultades mejoren sus infraestructuras. Y hemos pedido que una parte importante de la financiación pudiese ser destinada a contratar profesorado”, cuenta Lara, satisfecho. “Nuestra valoración es positiva, porque no hemos tenido una financiación tan importante para ningún proyecto de las facultades en los últimos años”, estima, pero recuerda que es “una financiación puntual” y que debería continuarse para mejorar la docencia y la práctica.

El Informe de la Oferta y Necesidad de Especialistas Médicos 2021- 2035, que el Ministerio de Sanidad publicó en 2022, detalla que faltan doctores expertos en Medicina de Familia, Anestesiología, Geriatría, Psiquiatría y Radiodiagnóstico; y calcula un déficit de 9.000 médicos especialistas para 2027. Una carencia que prevén que se dé incluso con las cifras de los últimos años, en los que no ha parado de aumentar el número de graduados en Medicina por el impulso a las universidades privadas, que cobran hasta 20.000 euros por curso. En 15 años, se ha pasado de tener 28 facultades (26 públicas y dos privadas) a 46 facultades (35 públicas y 11 privadas), y el próximo año, si nada se tuerce, se inaugurará el primer curso en cuatro más.

La presión de las familias porque se oferten más plazas de Medicina es enorme y tanto los rectores como los gobiernos autonómicos son conscientes del interés extremo. En el curso 2022-2023, según datos ofrecidos por la Fundación Conocimiento y Desarrollo, hubo una proporción de 13,1 solicitantes por cada una de las plazas ofertadas. La esencial labor de los doctores durante la pandemia ha sido también determinante para que las preinscripciones con Medicina como primera opción se hayan incrementado un 73,1% desde el curso 2019/2020 (precovid).

Así, la pública no puede absorber toda la demanda y es la privada la que acaba ganando alumnos. La mayor apuesta por Medicina en manos de las privadas se da en Madrid, donde cuatro facultades públicas matricularon el curso pasado a 5.000 estudiantes en sus seis años de carrera, frente a los 3.700 en cuatro centros privados. Y el año que viene será uno más. La Universidad Camilo José Cela incluirá el preciado grado ―atrae a alumnado brillante y los mayores fondos para investigación― en su catálogo el curso que viene con 80 plazas (la idea es llegar a 200). Por el momento, la brecha con las públicas no se achica como estaba previsto que lo hiciera. Frente a esas 80 plazas solo en la Camilo José Cela, las 50 nuevas que se abrirán repartidas entre Alcalá, Rey Juan Carlos y Autónoma. Los rectores de la pública han lamentado estos últimos años el respaldo del Gobierno regional a la privada, que se ha traducido en problemas para hacer prácticas en hospitales públicos.

Por autonomías, los números son dispares. La Comunidad Valenciana, que en tiempos de gobierno del PP se inclinó por ampliar las plazas en la privada, vive momentos de gran tensión porque la Universidad Miguel Hernández de Elche ha presentado un recurso para frenar en los tribunales que la vecina Universidad de Alicante abra el próximo curso su propio grado de Medicina. Pese a este clima, las cuatro facultades públicas incrementarán su cupo de nueva creación de forma moderada (28 plazas más las 86 de Alicante), a diferencia de Castilla y León, objeto de debate cada selectividad ―lamentan que las plazas sean ocupadas por estudiantes de otras comunidades―, que ha solicitado todas las plazas que podía. En Salamanca y Valladolid agotan el tope del 15% de nuevas plazas que puso el Gobierno sin modificar la memoria de verificación del título. Y las universidades de Extremadura y Santiago también han consumido ese 15% extra de creación de plazas.

En Baleares habrá nueve más, la Universidad del País Vasco tendrá 37 extra, y Murcia ampliará 20. La Universidad Pública de Navarra dudó sobre pedir nuevas plazas porque el grado es de reciente creación y planean inaugurar en 2025 un nuevo edificio, pero finalmente dispondrán de 10 más. A veces, el espacio frena abrir más grupos de Medicina, así como la falta de medios para hacer las prácticas y la enorme escasez de facultativos acreditados para ser profesores titulares o catedráticos; un déficit preocupante que a corto plazo se recrudecerá ―se jubilan la mitad en cinco años sin relevo―, y que el Ministerio de Universidades y la agencia estatal Aneca tratan de solucionar con un baremo especial para los profesores sanitarios, que no tenga tanto en cuenta los méritos docentes y científicos, sino el ejercicio de su profesión y la transferencia de conocimientos.

En Andalucía, la Universidad Loyola (Sevilla), inaugura el curso que viene el grado de Medicina. Almería empezó este año, y junto a las universidades de Córdoba, Sevilla, Granada, Cádiz, Jaén y Málaga sumarán a su oferta otras 155 plazas, frente a las 15 de Oviedo o las 16 de Castilla-La Mancha. Llama especialmente la atención el caso de la Universidad de Sevilla, que ha pasado de no agotar las 320 plazas autorizadas, a albergar en las aulas de primero este próximo septiembre a 64 alumnos más.

En Cataluña, se añade al catálogo de Medicina 126 plazas más en las seis universidades públicas. Mientras que en Canarias también se abre un nuevo grado de Medicina en la privada, la Universidad Fernando de Pessoa, y en ese escenario la Universidad de la Laguna no sacará ni una plaza más. El rectorado argumenta que no se ha aumentado el cupo por falta de financiación de nuevo profesorado.

Según un estudio de los decanos, España dispone de 14,5 graduados en Medicina por 100.000 habitantes, por encima del promedio de la OCDE (13,1), Italia (13,3), Reino Unido (12,9), Alemania (12,0) y Francia (9,5). Tras ese aumento en los alumnos de primero, Sanidad se va a ver forzado a aumentar las plazas de MIR (Médico Interno Residente), porque de nada sirve el grado si no cursan luego la especialidad. Esta convocatoria MIR ha sido la más generosa de la historia: 8.550 plazas.

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