El dilema del refuerzo escolar fuera de las aulas
El apoyo educativo mediante clases particulares es útil siempre que el equipo docente lo recomiende y atendiendo a las necesidades concretas de cada estudiante
El refuerzo escolar fuera de los centros educativos mediante clases particulares o academias de estudio puede ser una herramienta valiosa para aquellos alumnos que necesiten mejorar el aprendizaje en determinadas asignaturas, e incluso para adquirir técnicas de estudio que los ayuden a organizarse y fomenten su autonomía. Sin embargo, es necesario escuchar primero las evaluaciones de docentes y orientadores, y consensuar con ellos el programa de apoyo para el alumno si, finalmente, es necesario.
María de las Olas Rodríguez, presidenta de la Asociación Profesional de Orientación Educativa de Castilla y León (APOECyL), advierte, no obstante, que el sistema educativo está diseñado para que los alumnos aprendan en clase con un seguimiento especializado por parte de los docentes, “por lo que, en general, no debería ser necesario el refuerzo escolar fuera del aula”. “Si finalmente el alumno precisa de un apoyo aún más específico en alguna materia, será el tutor o el profesor de esa asignatura en cuestión quien lo valore y se lo notifique a la familia”, añade.
Tania Ostolaza, maestra de educación primaria en el CEIP Asunción Rincón de Madrid, siempre recomienda no precipitarse en la elección. “Hay padres que muestran mucha predisposición ya desde el inicio del curso para apuntar a sus hijos a clases particulares porque creen que van a ir mal en alguna asignatura”, cuenta. Y prosigue: “En la mayoría de los casos no es necesario porque dentro del aula hay margen para trabajar ese apoyo con los alumnos”.
Incluso si se requiere de un apoyo extra en materias troncales como Lengua o Matemáticas, el sistema educativo ofrece un programa de refuerzo o compensación educativa dentro de la jornada escolar. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, en este plan participan miembros de la Asociación Madrileña de Profesorado Técnico de Servicios a la Comunidad (AMPTSC).
La buena dirección es clave
Como explica Yolanda Antón, miembro de la asociación, “va dirigido a alumnos que tienen un desfase curricular de dos o más cursos debido a una situación de desventaja social o al desconocimiento de la lengua vehicular”. Lo que se pretende es “prevenir y compensar las desigualdades de acceso, permanencia y promoción del alumnado en el sistema educativo”. De la misma forma, son los propios orientadores socioeducativos de PTSC los que se reúnen con las familias, los tutores y el profesorado especialista para incluir al alumno en este programa.
Según el estudio Educación en la sombra en España, publicado por ESADE, en torno al 23% de los hogares españoles recurre a clases particulares. Sin embargo, la pandemia ha podido incrementar esas cifras, como señala otro informe de la web de empleo Jobatus: la solicitud de profesores particulares para educación primaria creció un 236% y de educación secundaria un 314%.
La presidenta de APOECyL señala que las clases particulares deben establecerse si son estrictamente necesarias y con una correcta planificación. “Si no, pueden llegar a ser contraproducentes, generar dependencia en los alumnos, que se acostumbren a tener constantemente una supervisión adulta”, añade.
Para Lola Pardo, jefa de estudios adjunta del IES Joaquín Turina (Madrid), nunca se debe recurrir a este tipo de servicios fuera del aula para mantener ocupados a los alumnos. “Hay un problema serio de conciliación en la actualidad y muchas familias apuntan a sus hijos a academias de estudio porque no pueden estar con ellos por las tardes o para que simplemente hagan los deberes”, explica Pardo. Como añade Ostolaza, “no solo a clases particulares de refuerzo, también se recurre a todo tipo de actividades extraescolares con este propósito”. “Lo que se traduce en falta de tiempo para descansar o para otras tareas y, a su vez, en un menor rendimiento escolar”, advierte.
La elección del tipo de refuerzo educativo fuera del aula depende de cada caso. Tania Ostolaza también imparte clases particulares de inglés y de asignaturas en las que este idioma es lengua vehicular en centros bilingües. “Si se ha determinado que el alumno tiene unas necesidades específicas, lo recomendable es un profesor particular con el que pueda recibir una atención personalizada”, explica. Ostolaza argumenta que las academias pueden ser útiles en algunos casos, “pero hay que tener en cuenta las metodologías propias”, especialmente en aquellas dedicadas al inglés. “¿Como una actividad extraescolar más para que jueguen y aprendan inglés? Sí, pero no suele ser buena opción si necesita trabajar aspectos determinados del curso”, añade.
La modalidad en línea de este tipo de servicios de refuerzo también ha crecido con la crisis sanitaria. Para Rodríguez, es un formato que funciona bien especialmente en secundaria y bachillerato, “aunque los más pequeños también pueden adaptarse siempre que se limite su duración”. Y destaca que las clases particulares en línea pueden solventar el problema de movilidad para muchas familias, especialmente en el ámbito rural.
Sin embargo, “también hay que ser consciente de las desigualdades educativas que pueden generar los servicios de refuerzo escolar privado”, añade la presidenta de APOECyL. Por su parte, Yolanda Antón explica: “Las familias con mejor nivel sociocultural son las que más interés muestran en que sus hijos reciban estos apoyos extraordinarios fuera del horario escolar”. “Y son únicamente las familias con buenos recursos económicos las que se lo pueden permitir. De esta forma se acrecienta la brecha entre estas familias y las que no lo pueden pagar o no lo valoran necesario, y se incrementa así la polarización educativa”, concluye.
Cómo fomentar la autonomía del alumnado
Tal y como explica Lola Pardo, también es importante enseñar a los alumnos a organizarse y adquirir hábitos de estudio y ganar autonomía para la realización de sus tareas escolares. El Plan Refuerza de los centros educativos públicos, como el IES Joaquín Turina, buscan precisamente eso. “Se realiza por las tardes, dos días a la semana durante dos horas, los profesores asisten a aquellos alumnos que participan y les proporcionan esas herramientas para conseguirlo”, aclara.
Tania Ostolaza también imparte clases particulares en las que enseña técnicas de estudio, aunque matiza que debería trabajarse esa autonomía dentro de las aulas. Como maestra del CEIP Asunción Rincón, prepara a sus alumnos de 5º y 6º de primaria para la siguiente etapa educativa. “Si no se les enseña a organizarse, a realizar tareas por sí mismos y a ser resolutivos, lo más probable es que incluso alumnos que no necesitaban a priori ningún refuerzo educativo acaben pasándolo mal con el cambio a educación secundaria, en la que el nivel de exigencia es mucho mayor”, añade.
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