62 decanos de facultades de Educación rechazan la supresión del máster de secundaria para dar clases en institutos
Los responsables académicos consideran la medida temporal una “agresión directa a la profesión docente”
La Conferencia Nacional de Decanas y Decanos de Educación, integrada por 62 responsables académicos de universidades públicas y privadas, ha manifestado este viernes su “profundo rechazo y perplejidad” ante la decisión del Ministerio de Educación de suprimir temporalmente el requisito del máster de Secundaria para dar clases en instituto mientras dure la epidemia. Una medida adoptada a petición de las comunidades, que argumentan que no encuentran profesores suficientes o temen no hallarlos a lo largo del curso debido a los desdoble de grupos y las bajas médicas.
Los decanos recuerdan que la exigencia del máster para ser habilitado como docente figura en la ley educativa, y califican el anuncio de “agresión directa a la profesión docente”, a las universidades, y a los miles de titulados “que en la última década no han tenido oportunidades de empleo o han sido empleados en condiciones precarias como consecuencia de la falta de oferta pública de empleo y la tasa de reposición cero impuesta en el sector" de la enseñanza.
El máster, que hasta el paréntesis que va a abrirse ahora ha resultado imprescindible para impartir clases de ESO, Bachillerato y FP en institutos, así como en escuelas de música y artes escénicas, artes plásticas y diseño y oficiales de idiomas, fue implantado hace una década. Desde entonces, según los decanos, se han titulado más de 200.000 personas.
Habiendo tantos titulados, los responsables universitarios no creen que haya escasez, sino que las comunidades autónomas han mostrado “falta de previsión o incapacidad de contratación y gestión de las listas de sustitución”.
Competencias pedagógicas
La medida, prosiguen, “apuntala la creencia errónea de que para ser docente basta con conocer la disciplina”, cuando la epidemia “ha demostrado que hay un conjunto de saberes y competencias imprescindibles y urgentes de naturaleza pedagógica y didáctica que son irrenunciables”.
A pesar del malestar, los decanos afirman que el proceso “de interlocución" para crear "un nuevo modelo” de formación docente en el que llevan tres años trabajando con el ministerio y las comunidades “no se puede ni se debe frustrar”.
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