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Tubi, el rival friki de Netflix que triunfa en Estados Unidos

El inmenso catálogo del servicio gratuito de ‘streaming’ de la plataforma de Fox conquista a los televidentes con series antiguas, películas de todos los géneros y la potencia del grupo

Tubi rival Netflix Estados Unidos
Anuncio de la plataforma de 'streaming' Tubi, propiedad de Fox, en Times Square, en Nueva York.Richard Levine (Alamy/CORDON PRESS)
Miguel Jiménez

En el catálogo de Tubi, uno puede encontrar películas como The Dark Backward (1991), sobre un patético comediante que triunfa cuando se le desarrolla un tercer brazo en la espalda; Velocipastor (2018), en que un sacerdote hereda una misteriosa habilidad para convertirse en dinosaurio, y una prostituta le convence de que lo use para luchar contra los ninjas, o Shark side of the moon (2022), en la que tiburones mutantes invencibles enviados hace décadas a la Luna por la URSS atacan a astronautas estadounidenses. “Es tan mala que es buena”, escribía de esta última un usuario de Reddit que la recomendaba. Con contenidos así, algunos de los cuales se han hecho virales, no es extraño que Tubi sea considerada la plataforma de streaming más friki de Estados Unidos. En realidad, esas películas, y cientos del estilo, son solo una mínima parte del inmenso e indescriptible catálogo del rival de Netflix que más crece entre los estadounidenses con su oferta de contenido gratis.

Tubi ofrece más de 260.000 películas, episodios de series y programas de televisión, además de un 280 canales en directo de noticias, deportes y entretenimiento. Su aplicación se puede descargar en televisores, móviles, tabletas y ordenadores, pero sus contenidos también se pueden reproducir directamente. No solo es gratis, sino que ni hace falta registrarse. Durante el último ejercicio fiscal de Fox, el grupo al que pertenece, cerrado el pasado 30 de junio, los usuarios reprodujeron 9.700 millones de horas de contenido.

Se sitúa en audiencia tras Netflix, Amazon y Hulu, casi a la altura de Disney+, todas ellas de suscripción, y por delante de Max, Peacock y Paramount+ (también de pago) y de sus rivales gratuitos Roku y Pluto. Alcanzó los 81 millones de usuarios mensuales en el último trimestre. Acapara un 2% del consumo televisivo de Estados Unidos y un 5% del streaming de larga duración (sin redes sociales). Su audiencia creció un impresionante 57% el pasado ejercicio, según contó Lachlan Murdoch, presidente ejecutivo de Fox, a los analistas.

Fox no desglosa los ingresos de Tubi, pero los analistas calculan que ronda los 1.000 millones de dólares anuales. Eso sí, sigue generando pérdidas. “Hace tres años, Tubi era rentable, pero como sigue superando nuestras expectativas con 80 millones de usuarios activos mensuales, y un aumento de audiencia del 35% el último trimestre, no queremos frenar su crecimiento reduciendo la inversión demasiado pronto”, explicaba Steve Tomsic, director financiero de Fox, en una conferencia de MoffettNathanson.

Por supuesto, un éxito así no se logra solo con contenidos frikis. En Tubi hay buenas películas como Fargo, Rain Man, Platoon y Thelma y Luoise; éxitos recientes de calidad más discutible o clásicos de Hollywood como Un tranvía llamado deseo, Matar a un ruiseñor, Siete novias para siete hermanos o Annie. Sumergirse en sus contenidos tiene algo de viaje en el tiempo. Uno se topa con Colombo, Bonanza, El Santo, Vacaciones en el mar, Los ángeles de Charlie, Los Picapiedra, Con ocho basta, Los vigilantes de la playa, Los Hombres de Harrelson y Luz de luna, con la que saltó a la fama Bruce Willis. Hay series en blanco y negro y en muchas, de cuando la tele tenía otro formato, la imagen no ocupa toda la pantalla, pero también hay muchas recientes, incluidas descartes de otras plataformas.

Su secreto, sin embargo, es que no desprecia ningún nicho. Hay decenas de series de anime, un apartado de programas religiosos, otro de series del Oeste, telenovelas latinoamericanas, más series de vampiros de las que uno imaginaría que existiesen, series coreanas... Por ahí aparecen Verano azul, Curro Jiménez y Los gozos y las sombras entre otras españolas, o programas de televisión internacionales (están también Españoles por el mundo y OT El Reencuentro, por ejemplo). Que uno es aficionado a los thrillers de Nollywood (producciones nigerianas): los encuentra por decenas. Que te gusta Jane Austen: series originales de la BBC de Emma, Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad. O por qué no revisitar MrBean o Doctor Who.

Hay quien dice que Tubi ha permitido recuperar el placer de ver películas malas, otros señalan que es como subir a la red una inmensa colección de DVD de segunda mano. En realidad, el catálogo viene de diversas fuentes, contenidos baratos antiguos, descartes, acuerdos de derechos y producción propia de bajo presupuesto, incluidos los tiburones mutantes en la Luna (”un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la tiburonidad”, dice el tráiler sin rubor).

Un papel clave lo desempeñan los acuerdos de compartición de ingresos: en el 95% del catálogo, la plataforma y el dueño de los derechos comparten los ingresos publicitarios. Un acuerdo reciente así con Warner Brothers ha sumado películas de DC. Esos contenidos compartidos representan dos tercios de la audiencia, mientras que el otro tercio es original o bajo licencia, según explicó el director de operaciones, John Nallen, en una conferencia de Deutsche Bank.

Los estadounidenses son consumidores tradicionales de televisión por cable, con suscripciones que incluyen un gran paquete de canales con noticias, deporte, cine y series. Los altos precios de esos servicios y la comodidad del vídeo bajo demanda han ido llevando a muchos consumidores a darse de baja o a compatibilizarla con el streaming, con Netflix a la cabeza. Las subidas precios de Netflix, Disney+, Max y Peacock han ayudado al auge de las plataformas FAST (free ad-supported TV, televisión gratis financiada con anuncios), de las que Tubi es líder indiscutible.

Nallen explicó que el 60% de la audiencia es gente que se dio de baja de la televisión por cable o que nunca la tuvo (cord-cutters y cord-nevers), por lo que los anunciantes llegan a un segmento que no alcanzan a través de los medios tradicionales. La población joven, latina y afroamericana está sobrerrepresentada en su audiencia.

Tubi fue fundada por el estadounidense de origen iraní Farhad Massoudi en 2014. Fox la compró en 2020 por 440 millones de dólares y se ha convertido en la niña bonita del grupo. “Tubi es un negocio fantástico y estamos muy, muy contentos con él y con cómo va”, señalaba Lachlan Murdoch, en una conferencia de Morgan Stanley.

Los analistas valoran el éxito de la plataforma, pero algunos detectan que el crecimiento de los ingresos no acompaña al mismo ritmo al de la audiencia, en parte porque las plataformas de pago también recurren a la publicidad para abaratar las suscripciones. “Con Amazon inundando el mercado del inventario publicitario de streaming, Tubi sigue resistiendo, pero experimenta un impacto negativo en los ingresos debido a las menores tasas de inserciones”, indican desde Bernstein, subrayando que Tubi no ha sido capaz de monetizar plenamente su creciente audiencia.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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