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La complicada herencia de Rupert Murdoch

News Corp y la Fox operan en mercados en declive y su tamaño está lejos del de gigantes del sector, pero tienen activos muy valiosos y han sabido diversificar sus negocios

Rupert Murdoch
Rupert Murdoch y su hijo Lachlan Murdoch, en una conferencia tecnológica en Sun Valley (Idaho), en julio de 2018.David Paul Morris (Bloomberg)
Miguel Jiménez

Rupert Murdoch cederá en noviembre el testigo de su imperio de comunicación a su hijo Lachlan Murdoch. Lejos de los giros de guion de la serie Succession, inspirada en el magnate, ha sido un relevo ordenado, al menos por ahora. El último capítulo, sin embargo, no se escribirá hasta la muerte del patriarca, cuando las acciones con derecho a voto de News Corp y Fox Corp que controla a través de una sociedad con sede en Reno (Nevada) se transfieran a sus cuatro hijos mayores (Prudence, Elisabeth, Lachlan y James). Eso abrirá la puerta a alianzas y batallas por el control en busca de un nuevo equilibrio.

La sucesión, en todo caso, no es el problema más acuciante para un grupo compuesto por dos grandes compañías hermanas independientes entre sí: Fox Corp, que gestiona el negocio de televisión en EE UU, y News Corp, un conglomerado que incluye televisión de pago en Australia, periódicos, editoriales e intermediación inmobiliaria. La herencia empresarial también es complicada.

Los activos del imperio son de primera calidad, las compañías están bien capitalizadas y son rentables. Sin embargo, varios negocios están en declive o en transformación, la audiencia de sus canales lineales de televisión envejece, las ventas de periódicos caen y el tamaño del grupo palidece al lado de gigantes como Comcast, Netflix, Disney o Charter. Rupert Murdoch, de 92 años, intentó en 2022 fusionar News y Fox (que sumarían un valor en Bolsa de unos 25.000 millones de dólares), pero se encontró con el rechazo de los inversores.

News Corp ha sabido buscar nuevas fuentes de ingresos y tiene un 50% de ingresos digitales, pero en cuatro de sus cinco divisiones, la facturación cayó el último ejercicio, cerrado el 30 de junio. Se salvó de la quema Dow Jones, editora del Wall Street Journal y Barron’s, que suma ya 4,5 millones de suscriptores digitales (+12%) y ha entrado en nuevos negocios de servicios. Facturó 2.153 millones de dólares (+7%) y su resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 494 millones (+14%).

En la división que agrupa el resto de periódicos (incluidos los británicos The Times y The Sun, el estadounidense New York Post y los diarios australianos del grupo), los ingresos cayeron un 6%, hasta 2.266 millones. Esos periódicos son mucho menos rentables y su ebitda bajó un 28%, hasta 156 millones, pues las suscripciones y la publicidad digital no compensan el descenso del papel. Peor le fue al negocio editorial, con Harper Collins, que facturó 1.979 millones (-10%), y cuyo ebitda cayó un 45%, a 167 millones.

News Corp es dueña de Realtor.com, el segundo mayor portal inmobiliario estadounidense, y de REA, su equivalente australiano. Además, tiene televisión en streaming en Australia (con las marcas Kayo, de deportes, y Binge, de entretenimiento). Pero la facturación y el resultado también cayeron en ambas divisiones. En total, los ingresos de News Corp bajaron un 5%, a 9.879 millones de dólares, y el ebitda, un 15%, hasta 1.420 millones.

La pata más valiosa del imperio es Fox Corp, que resiste con una fortaleza envidiable pese a los cambios en los hábitos de consumo audiovisual. Empezó a cotizar en 2019, tras la venta de los activos de entretenimiento de 21th Century Fox a Disney. Los ingresos de Fox crecieron un 7%, hasta 14.913 millones de dólares, en el ejercicio cerrado el 30 de junio. El resultado mejoró un 3%, hasta 1.239 millones, incluso con el pago de 787,5 millones a Dominion para evitar un juicio por difamación.

Sus canales de deportes, noticias y finanzas se distribuyen empaquetados en ofertas multicanales (la televisión por cable, aunque también se difunda por satélite o internet) y con su propia red de emisoras asociadas y sus servicios en streaming. Los ingresos del cable cayeron un 1%, hasta 6.043 millones de dólares (de ellos, 4.175 pagados por los distribuidores y 1.403 millones en publicidad). El otro segmento, denominado a secas Televisión, facturó 8.710 millones (+13%) y triplicó el ebitda hasta 1.009 millones, tras un gran año publicitario gracias a la Super Bowl y el Mundial.

“Me han oído decirlo muchas veces: la estrategia de Fox es diferente de la de sus competidores. Es excepcionalmente buena. En ningún lugar es más evidente que en el entorno actual”, decía Lachlan Murdoch a los analistas en la presentación de los resultados anuales. La influencia y las polémicas llegan por Fox News, líder entre los canales de noticias, pero mucha de la audiencia y los ingresos vienen de Fox Sports. “La emisión de Fox de la LVII Super Bowl fue el programa de televisión más visto de todos los tiempos. Nuestro partido del Día de Acción de Gracias fue el partido de la temporada regular de la NFL más visto de todos los tiempos y el partido EE UU-Inglaterra fue el partido de EE UU en un Mundial más visto de todos los tiempos”, subrayaba Lachlan. Su canal financiero ha superado a la CNBC y la audiencia de 75 millones de usuarios de la web de Fox multiplica por 10 a la del siguiente medio conservador, The Washington Examiner.

Junto a eso, su servicio de streaming, Tubi, ha tenido un éxito “sorprendente”, según la analista de BofA Securities Jessica Reif Ehrlich, o “espectacular”, según Lachlan Murdoch, que la compró en 2020 por 440 millones de dólares. Ha crecido un 79% y ya es líder de los servicios de vídeo bajo demanda financiados con publicidad, complementando la oferta del grupo.

Pero las amenazas están ahí. En una conferencia organizada por BofA, Reif Ehrlich subrayaba los enormes cambios del sector, los descensos en suscriptores y cómo se “está pivotando hacia el directo al consumidor o el streaming”. “A medida que cambien los gustos de los consumidores, nos esforzaremos por poner nuestros contenidos y nuestras marcas a su disposición de la manera que más les convenga”, decía Lachlan Murdoch a los analistas.“No prevemos un momento en que se abandone un universo de televisión de pago y se pase rápidamente a un universo directo al consumidor, creemos que se entrará en una fase en la que ambos son importantes. (...) Estaremos bien posicionados en cualquier mecanismo de distribución”, añadía.

A la tendencia sectorial se une la fragmentación de las audiencias conservadoras ante una oferta creciente de podcasts, blogs, redes y alternativas televisivas como Newsmax. En 2020, la Fox abrazó el gran bulo de Donald Trump de que le habían robado las elecciones después de que parte de su audiencia buscase refugio en Newsmax. Fox se apuntó a las mentiras que su audiencia quería oír y ha recibido demandas por difamación, entre ellas la que cerró con el pago de 787,5 millones de dólares a Dominion y la de Smarmatic, que le reclama 2.700 millones. En una vista, el abogado demandante comparaba la semana pasada a Rupert y Lachlan Murdoch con “jefes de la mafia” que dejaban hacer a sus lugartenientes.

Esa dependencia de Trump es otro riesgo a poco más de un año de las elecciones presidenciales. Los medios de Murdoch apostaron por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, tras las elecciones de noviembre de 2022, pero su candidatura se ha desinflado. Entre Trump y la Fox hay una relación de amor-odio. En esa relación incide The Fall: The End of Fox News and the Murdoch Dynasty (La caída: El fin de Fox News y la dinastía Murdoch), publicado esta semana con el don de la oportunidad por Michael Wolff, biógrafo de Rupert Murdoch. El prólogo es un obituario del magnate con la edad de fallecimiento en blanco, pero la autopsia de Fox News parece algo precipitada.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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