Inés Bermejo (HP): “Mi cabeza va a mil por hora como una lavadora”

Inés Bermejo dice que se enamoró de HP cuando entró. Empezó como becaria y un cuarto de siglo después fue nombrada directora general para España y Portugal, puesto que ha conseguido porque es muy curiosa y ha sido valiente para dar saltos internos, asegura. “Hace ya muchos años tuve claro que me gustaría liderar el negocio y me preparé para ello. He tenido ambición, pero también mucha preparación y mucha suerte”, admite. Esta madrileña de 49 años confiesa que le gusta cumplir años, que es una persona “muy disfrutona” y que celebra sus aniversarios por todo lo alto.

Pregunta. ¿Cómo ha celebrado el último?

Respuesta. A lo grande. Como una boda gitana. Siempre celebro mi cumpleaños en familia y con amigos haciendo algo especial porque nunca sabes hasta cuándo vas a poder celebrarlo. Y eso lo tengo muy presente. Este año nos hemos ido a Marrakech con un grupo de amigos cuatro días. Ha sido fantástico.

P. ¿Cuáles son sus aficiones?

R. Tengo muchas. La primera: me encanta leer, no es muy original. También me encanta bailar. Me ayuda a desconectar. Tengo una cabeza que va a mil por hora y me cuesta pararla. Bailando, como me tengo que concentrar en la coreografía, desconecto, reseteo y me lleno de energía.

P. ¿Qué baila?

R. Pues un poco de todo. Mucho baile latino, mucho reguetón; hago zumba también.

P. ¿Qué más hobbies tiene?

R. Me gusta mucho cocinar, me relaja mucho.

P. ¿Lo hace todas las semanas?

R. Sí, todas. El fin de semana cocino para la familia, pero además me gusta mucho organizar cenas. Soy una persona muy creativa, disfruto haciendo cenas de pinchos o como este sábado, una cena con amigos en la que cada pareja representaba una cocina del mundo y nosotros nos pusimos a hacer un postre griego, a inventárnoslo. Me gusta mucho, me hace desconectar. Hacer cosas con las manos me da mucha satisfacción.

P. ¿Cuál es su plato estrella?

R. Sin ánimo de no ser humilde: tengo unos cuantos… Se me dan muy bien las carrilleras al vino. Pero como pruebo muchas cocinas diferentes y muchas recetas, me las voy inventando. Me gusta mucho hacerlo.

P. ¿Cuál es su cocina preferida?

R. Como buena cocinera variada y a la que le gusta comer, me gustan muchas cocinas: la exótica, la peruana, la asiática… La cocina española, de todas las partes de España. Quizás la única cosa que no me guste tanto sea la casquería. Me gusta mucho conocer restaurantes diferentes. De todo tipo. Desde tascas a sitios que hay por descubrir, que nunca sabes lo que vas a encontrarte.

P. ¿Cuál ha descubierto hace poco digno de recomendar?

R. El último que he descubierto que me ha encantado se llama Haramboure. Es un sitio que te resetea, que te da calorcito, es muy agradable.

P. Ha dicho que su cabeza va a mil por hora, ¿tiene estrés?

R. Sí, va a mil por hora como una lavadora. Soy una persona con mucha energía. Hago las cosas con mucha intensidad y con mucha pasión. Más que estrés tengo mucha responsabilidad y mucho compromiso y lo que intento es gestionar bien mi energía. Soy muy consciente de cuando me pesa el cansancio y acudo a actividades que me ayuden a cargar mi energía. Soy de las que me voy de viaje, vuelvo a las 10 de la noche y me voy a tomar algo con mis amigos y me recargan las pilas. El balance entre mi vida profesional y mi vida personal me ha ayudado mucho en ambos terrenos.

P. ¿Cómo reparte el tiempo personal y el de trabajo?

R. Trabajo mucho, pero me aseguro siempre de que cuando llego a casa tengo un tiempo de calidad con mi familia, con mis hijos, que son pequeños. Me preocupo por sus deberes, por cómo les ha ido en clase, cómo están de ánimo. Y me preocupo por pasar tiempo con mi marido o con mis amigos. Pero no tengo ningún problema para después volver a trabajar, volver a conectarme. Muchas veces cuando tengo momentos de relajación en casa es cuando me surgen las mejores ideas. Cuando hago algo lo intento hacer al 210%.

P. ¿Y se puede estar todo el día y todos los días al 210%? Acabará agotada…

R. No, hay días en los que hay menos tiempo personal, hay días en los que hay alguna actividad importante de mis hijos o que tengo que ir al médico y esa parte es prioritaria. Yo creo que es muy importante gestionar las prioridades. Soy organizada, me gusta estructurarme y sobre todo tener muy claras cuáles son las prioridades.

P. ¿Cómo es su fin de semana ideal?

R. Es un fin de semana en el que hay un poco de todo. Con tiempo de calidad con mi familia. Y a veces eso supone que no esté lleno de planes, que se pueda improvisar. Que pueda pasar tiempo con los niños, paseando o haciendo alguna excursión; que haya tiempo con amigos porque yo siempre digo que los amigos son la familia que uno elige y me gusta estar muy cerca de ellos. Mucho de lo que soy es gracias a ellos. También me gusta tener tiempo con mi pareja y un poco de tiempo para mí, para bailar, para leer y para cocinar.

P. ¿Qué está leyendo?

R. Un libro que se llama Los incomprendidos, de Pedro Simón. Es un libro durísimo que me está gustando mucho. Habla sobre la importancia de la comunicación en la adolescencia, que me va a tocar dentro de poco. Te hace pensar mucho.

P. Lo que no necesita, con esa cabeza tan activa…

R. Bueno, es pensar de una manera diferente. A mí me ha ido siempre muy bien conectar conceptos. Pensar me ayuda a encontrar una forma diferente de hacer las cosas. Pero como todo el mundo que piensa mucho, también tengo que desconectar.

P. ¿Y desconecta?

R. Sí, bailando. Es mi mejor forma de desconectar. A mí me dices ‘No pienses en nada’ y no soy capaz de hacerlo. Eso que dicen los hombres de que pueden hacerlo me parece una virtud. Bailando es como mejor lo consigo. También me gusta meditar y me ayuda a desconectar.

P. ¿Cada cuánto lo hace?

R. Lo suelo hacer cada semana un rato, más bien los fines de semana. Entre semana me da menos tiempo y priorizo el ejercicio físico. Me gusta levantarme por la mañana y hacer 20 minutos de rutina de ejercicio en casa. Una tabla que he preparado yo misma y que me ayuda a despertarme y a comenzar el día con energía. La meditación tengo que hacerla cuando tengo más tiempo.

P. ¿Es de darse caprichos?

R. Sí, alguno me doy, claro que sí. El último ha sido un bolso. Leí un artículo el año pasado que me encantó, que decía que todo el mundo se pasa el año esperando el verano. Pensando qué va a hacer, cómo lo va a disfrutar. El artículo venía a decir que tenemos que hacer que todos los días sean un poco nuestro verano. Y me inspiró e intento darme pequeños caprichos, como poner una canción que me guste, ponerme una copa de un buen vino, caprichos gourmet… No tienen que ser de gastar dinero. Sí momentos que te das a ti mismo. Procuro hacerlo casi todos los días. Son pequeños premios que te das. En la vida vas aprendiendo a quererte, a aceptarte como eres, pero también a cuidarte. Es muy importante.

P. ¿Le gusta viajar?

R. Sí, hemos viajado por muchas partes. Cuando no teníamos niños íbamos más lejos y hacíamos uno o dos viajes largos al año. He viajado mucho por Asia. Me gusta mucho. China, Tailandia, Vietnam, Birmania, Camboya, Sri Lanka… también Latinoamérica, Europa… Ahora alterno viajes más cortos con algunos viajes especiales. El año pasado hicimos con unas parejas de amigos un viaje a Namibia que había hecho en 2006 y fue muy bonito.

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