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De Londres a Boston, la nueva hoja de ruta de ITP Aero

Un consorcio liderado por el gigante estadounidense del capital riesgo Bain Capital compra a Rolls-Royce el fabricante vasco de motores y componentes aeronáuticos

Mikel Ormazabal
Un trabajador examina uno de los motores fabricados por ITP Aero.
Un trabajador examina uno de los motores fabricados por ITP Aero.

ITP Aero se declara ahora “independiente”. La empresa española que fabrica motores y componentes aeronáuticos, novena en el escalafón mundial en su sector, deja de pertenecer a Rolls-Royce y pasa a manos de un consorcio empresarial liderado por el fondo de capital riesgo con sede en Boston (EE UU) Bain Capital, del que, por el momento, también forman parte el banco de inversiones de Javier Botín, JB Capital, y el grupo guipuzcoano SAPA que opera en el sector de la defensa. La venta se ha cerrado por 1.700 millones de euros y tiene la bendición de los Gobiernos central y vasco. Los dos Ejecutivos admiten haber intercedido en el tramo final de la operación para que ITP Aero, una empresa que consideran estratégica y de primer orden, no pierda en el futuro sus señas de identidad, refuerce su plan industrial, relance su negocio, mantenga el empleo y siga arraigada en el País Vasco.

El acuerdo marca un nuevo capítulo en los 32 años de historia del grupo, dice un portavoz de ITP Aero: “Los planes de Bain Capital pasan por invertir en el crecimiento de los productos y los clientes, y por reforzar su perfil de empresa líder global”. Más de la mitad de los aviones que operan en todo el mundo cuentan con productos diseñados y fabricados con tecnología propia que ITP ha ido innovando “para contribuir a una aviación cada vez más sostenible”.

La incertidumbre por su futuro se había adueñado de la aeronáutica con sede en Zamudio (Biz­kaia) desde que Rolls-Royce decidió desprenderse del 100% del capital. El gigante británico estuvo en 1989 en el origen de ITP junto al grupo de ingeniería vasco Sener, hasta que en 2016 compró por 720 millones el 53,1% que tenía esta compañía y se hizo con el control absoluto. En cuanto Rolls-Roy­ce puso a ITP Aero en el escaparate, varios fondos de capital riego mostraron interés por su adquisición. Estaba en juego la compra de una empresa que en 2020 registró unos ingresos de 735 millones, un 19% menos que un año antes.

De entre todas las ofertas, Cinven y Bain Capital llegaron al tramo final de la puja. La consejera de Medio Ambiente y Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, explica que era “obligado” garantizar el buen resultado de la compraventa porque ITP Aero “es fundamental para la industria vasca”. De ahí que, añade, “los dos Gobiernos teníamos que estar en la cocina e ir de la mano con Rolls para obligar al comprador a cumplir una serie de requisitos ineludibles: un proyecto industrial robusto, el mantenimiento de los empleos y la sede social en el País Vasco e incorporar al accionariado a socios industriales nacionales”.

El acuerdo entre Rolls-Royce y Bain Capital precisa aún de la autorización del Consejo de Ministros, un trámite obligado cuando un inversor extranjero toma más del 10% de una empresa considerada estratégica. El Ministerio de Industria ha actuado en el proceso de venta como “garante de los intereses nacionales” en la adquisición de “una compañía que es estratégica en el ámbito tecnológico, de la defensa y la seguridad nacional”. El 29% del negocio de IPT Aero está enfocado a defensa (el 71% restante es aviación civil). Ofrece soporte a las Fuerzas Armadas españolas y también a las aeronaves operadas por el Ministerio del Interior, un segmento estratégico para la seguridad nacional. ITP Aero participa en los principales consorcios europeos de motores aeronáuticos de defensa, como el motor EJ200 para el caza Eurofighter, el motor TP400 para el avión de transporte A400M o el motor MTR390-E del helicóptero Tigre. Asimismo, ITP Aero ha sido designado por el Ministerio de Defensa como líder nacional del pilar del motor del programa FCAS, sistema del futuro avión de combate europeo, y además coordinará la industria nacional, los centros tecnológicos nacionales y universidades en los trabajos de ese pilar.

ITP es uno de los mayores empleadores de Euskadi, con 4.300 trabajadores cualificados de los que casi 2.000 operan en las cinco plantas radicadas en el País Vasco (además de los empleos que genera entre sus proveedores). En los últimos seis años ha invertido más de 400 millones en proyectos de I+D+i, según datos de la compañía.

Bain Capital, que maneja activos valorados en 140.000 millones, toma el mando de ITP Aero con el compromiso de asumir el plan industrial que Rolls-Royce había puesto en marcha. Realizará nuevas inversiones para “reforzar su posición competitiva en nuevos productos” y mantendrá la apuesta por los planes industriales asociados a la seguridad nacional y defensa. La firma seguirá dirigida por el consejero director general actual, Carlos Alzola.

“Buena solución”

Se ha llegado a “una buena solución”, opina la consejera Tapia, porque “el acuerdo se ha coordinado entre los Gobiernos y las partes implicadas en la compraventa”. Para la compañía es “una buena noticia” y da su conformidad a las condiciones pactadas. Bain Capital ha accedido a incorporar a nuevos socios al consorcio, además de los citados JB Capital y SAPA (fabricante de armamento que dirige Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad), que entre ambos suman en torno al 6% de las acciones. Los inversores nacionales llegarán a representar el 30% del capital —Bain tiene de plazo hasta junio de 2022 para captar nuevos socios—, y el objetivo es que estos formen el núcleo duro del accionariado que garantizaría “la permanencia y el control de ITP Aero cuando en un plazo de cinco o seis años Bain Capital decida desinvertir y sacarla a Bolsa”, señala la consejera.

El Gabinete de Iñigo Urkullu está interesado en que el cambio de dueño de ITP culmine con buen resultado, y no se repitan los errores cometidos primero con Siemens Gamesa y después con la pérdida de control en Euskaltel. Por ello, está incluso dispuesto a tomar una participación y tener un representante en el futuro consejo: “Siempre hemos mostrado voluntad de adquirir una parte de ITP”, asegura Tapia, “y seguimos valorándolo”. Así está recogido en el acuerdo que ha alcanzado con Bain. El Ejecutivo autónomo podría hacerse con un 4% (unos 60 o 70 millones). Está en el aire si se añade Sidenor con una cuota accionarial similar y si se reincorpora Sener, que ha sido calificado por el Gobierno vasco como un “socio prioritario” de ITP en esta nueva etapa, aunque su presencia no haya cristalizado en esta primera fase. También podría unirse Indra, participada por la SEPI, lo que uniría al Gobierno central con el nuevo proyecto de ITP Aero.

La decisión de Rolls-Royce de deshacerse de ITP Aero deja a esta con “las manos libres” y un mayor campo de actuación. Hasta ahora, con el control total del capital por parte de la británica, los contratos con otras compañías aeronáuticas resultaban muy complicados, aseguran en la empresa vasca.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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