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La OCDE eleva las previsiones de crecimiento de la economía global y de España para este año

El PIB mundial se ha comportado mejor de lo esperado y avanzará un 3,2% en 2025 pese al escenario incierto; el próximo ejercicio seguirá enfriándose

Puerto de Algeciras
Laura Delle Femmine

Los peores augurios económicos para este curso se han alejado y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo refleja en sus nuevas proyecciones. El organismo ha elevado en tres décimas el crecimiento del PIB global para este año, hasta el 3,2%, en un ejercicio de revisiones al alza generalizado, pese a la persistencia de “importantes riesgos” relacionados con la guerra comercial, las presiones inflacionarias y la sostenibilidad fiscal. En este nuevo escenario, España repetirá como la gran economía avanzada con el mejor desempeño del mundo, con una expansión estimada del 2,6%, dos décimas más con respecto al anterior pronóstico. Todo ello no significa que el impulso se mantendrá: la actividad, que ya se está desacelerando en comparación con el año pasado, seguirá enfriándose en 2026, tanto internamente como a escala global.

“La economía mundial ha mantenido su resiliencia, pero aún no se ha dejado sentir el impacto total del aumento de los aranceles y de la incertidumbre en materia de políticas. Se espera una moderación del crecimiento económico mundial, al tiempo que sigue habiendo unos riesgos considerables y se mantienen las preocupaciones en torno a la sostenibilidad fiscal y la estabilidad financiera,” ha afirmado este martes Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.

La tormenta comercial desatada por Washington ha tenido un impacto más contenido de lo que se temía, al menos de momento. Las compras anticipadas de muchas empresas han permitido esquivar el golpe tarifario en la primera mitad del año —aunque el tipo medio efectivo de los aranceles ya ha alcanzado el 19,5%, el más alto en casi un siglo— y elevar la intensidad de la producción industrial. Con estos mimbres, la economía se ha comportado mejor de lo esperado y ha llevado a la OCDE a revisar al alza sus previsiones, en contraste con la rebaja que había proyectado en junio. Entonces, EE UU estaba cerrando acuerdos bilaterales con distintos países y bloques comerciales, entre ellos la UE, y la incertidumbre era aún más elevada.

Ahora, la OCDE devuelve la economía a la casilla de salida en la que se encontraba antes de que explotara la guerra comercial, que marca una senda de crecimiento moderado, pero constante. En su informe de perspectivas publicado este martes y titulado Finding the right balance in uncertain times (Encontrar el equilibrio adecuado en tiempos de incertidumbre, en castellano), sube sus previsiones de crecimiento tanto para el mundo como para la zona euro, para la cual estima un avance del 1,2% este año, dos décimas más que los pronósticos previos. El mismo margen de mejora con respecto a las previsiones anteriores lo calcula para EE UU (un 1,8%) y China (4,9%). Italia y Francia se quedan con el mismo pronóstico (0,6%), mientras que Alemania, que atraviesa una crisis de modelo productivo y que el año pasado entró en terreno negativo, es la única economía avanzada que sufre un deterioro en las previsiones: su PIB solo crecerá un 0,3% este curso.

El Gobierno español, que acaba de revisar al alza sus estimaciones de crecimiento para este año, hasta el 2,7%, al igual que otros organismos, como el Banco de España (2,6%), celebra las previsiones de la OCDE. “España volverá a liderar el crecimiento entre las economías avanzadas en 2025, a pesar del contexto de incertidumbre geopolítica y comercial”, valora el Ministerio de Economía, que recuerda que las proyecciones del organismo no tienen en cuenta la última revisión de contabilidad nacional realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha elevado el avance del PIB de 2024 hasta el 3,5%.

“El crecimiento del PIB seguirá impulsado por un notable dinamismo del consumo y la inversión. A su vez, la previsión es que el crecimiento del empleo siga siendo compatible con incrementos de la productividad”, ha comentado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. “Tiene que ir bien la economía española para que podamos ser capaces de reforzar el Estado del bienestar y que el crecimiento llegue al día a día de los ciudadanos”.

Desaceleración

Pese a la mejora proyectada para el año, el documento está repleto de advertencias. El panorama sigue incierto y no se pueden descartar los peores escenarios, lo que ha convertido las previsiones económicas en un ejercicio de alto riesgo. “Un nuevo aumento de los aranceles bilaterales, un resurgimiento de las presiones inflacionarias, una mayor preocupación por los riesgos fiscales o una revalorización sustancial de los riesgos en los mercados financieros podrían reducir el crecimiento económico respecto a las previsiones actuales”, alerta la organización con sede en París.

Lo que está claro es que la actividad se enfriará en 2026, “a medida que cesen las compras anticipadas y los mayores aranceles y la elevada incertidumbre política frenen la inversión y el comercio”. La economía global avanzará un 2,9%, la misma tasa estimada en las previsiones anteriores; EE UU crecerá un 1,5%, un 1% la zona euro y un 4,4% en China. Dentro de los grandes del bloque comunitario, la delantera la seguirá llevando España (2%). Alemania y Francia mejorarán su desempeño comparado con este año —su PIB se expandirá un 1,1% y un 0,9%, respectivamente—, mientras que Italia se quedará estancada y sumará otro raquítico 0,6%.

“Esta desaceleración se produce a medida que se agotan las existencias de mercancías acumuladas en previsión del aumento de los aranceles y al tiempo que la aplicación de dichos aranceles, junto con la persistente incertidumbre en materia de políticas, lastran al comercio y la inversión”, detalla el organismo.

La nota positiva con vistas al próximo año llega de los precios. La ola inflacionaria que se levantó al salir de la pandemia y se convirtió en un tsunami tras la invasión rusa de Ucrania parece haber amainado. Se prevé que la inflación disminuya en la mayoría de las economías del G-20, a medida que el crecimiento económico se modere y disminuyan las presiones en el mercado laboral, del 3,4% en 2025 al 2,9% en 2026. En la zona euro bajará al 2,1% este ejercicio y al 1,9% el próximo —en línea con el objetivo que marca la autoridad monetaria europea—: en España pasará del 2,6% al 2% en el mismo periodo, casi seis puntos por debajo de los máximos alcanzados en 2022. En EE UU, epicentro de las presiones arancelarias, se prevé que los precios crezcan un 2,7% este año y repunten hasta el 3% el próximo.

“Para reforzar las perspectivas de crecimiento económico, es fundamental garantizar una resolución duradera de las tensiones comerciales. Recomendamos que los gobiernos colaboren de forma productiva para conseguir que los acuerdos comerciales internacionales sean más justos y funcionen mejor, de manera que se preserven los beneficios económicos de los mercados abiertos y del comercio mundial basado en normas”, ha zanjado Cormann.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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