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La tensión comercial con EE UU deteriora las previsiones de crecimiento en Alemania

El instituto Ifo reduce una décima, hasta el 0,2%, la evolución del PIB para este año y rebaja también las perspectivas de 2026

Una imagen general de la línea de producción de la fábrica de Mercedes-Benz en Rastatt (suroeste de Alemania), en junio de 2025.
Almudena de Cabo

La economía alemana no consigue dejar atrás su fase de debilidad y estancamiento económico debido, especialmente, a la guerra comercial con Estados Unidos y a que las medidas económicas del Gobierno alemán tardarán más de lo previsto en surtir efecto. El Producto Interno Bruto (PIB) alemán crecerá solo un 0,2% en el año en curso, en comparación al año anterior, y un 1,3% en 2026, según las últimas previsiones de crecimiento del instituto económico alemán Ifo. Eso significa que solo unos meses del anterior pronóstico, realizado a las puertas del verano, los expertos han rebajado en 0,1 y 0,2 puntos, respectivamente, las expectativas de crecimiento. En 2027, el PIB progresará un 1,6%.

Las previsiones de otoño del poderoso centro de análisis alemán llegan tras un verano de malas noticias económicas para Alemania. El PIB del país se contrajo más de lo previsto en el segundo trimestre, con un retroceso del 0,3% respecto al trimestre anterior, frente al -0,1% estimado inicialmente. A la vez, el desempleo superó en agosto los tres millones de personas. Es una barrera que no se había rebasado desde 2015.

“La economía alemana sigue en crisis”, ha afirmado Timo Wollmershäuser, director de coyuntura económica del Ifo, durante la rueda de prensa de presentación de las previsiones. “La capacidad económica total está infrautilizada. Las empresas de todos los sectores económicos informan de una demanda débil y un empeoramiento de su posición competitiva internacional. Además, las exportaciones se ven afectadas por los aranceles de importación de EE UU”, ha añadido.

Si bien el organismo se había mostrado esperanzado en verano por las medidas de política económica anunciadas por el Gobierno liderado por el conservador Friedrich Merz tras asumir su cargo a principios de mayo, ahora creen que esas medidas tardarán más de lo previsto en hacer efecto. A ello, los expertos suman el impacto negativo que los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, están teniendo sobre la economía alemana, sustentada principalmente en las exportaciones.

“Los aranceles estadounidenses siguen afectando notablemente”, ha explicado Wollmershäuser. “No se esperan efectos inmediatos en las previsiones como consecuencia del acuerdo alcanzado en la disputa arancelaria entre EE UU y la UE, ya que los tipos arancelarios efectivos son en gran medida los mismos que en verano. Solo la incertidumbre asociada a la disputa arancelaria hasta la fecha debería disminuir gradualmente, lo que respaldará la economía”, ha desarrollado.

El Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas busca reactivar la economía con ayuda de un paquete que incluye una serie de incentivos para fomentar la inversión. Entre otros, se contemplan una reducción gradual del impuesto de sociedades o una reducción del impuesto sobre la electricidad para la industria manufacturera. Sin embargo, los investigadores del Ifo no esperan que esto constituya un plan de choque. Creen que empezarán a surtir efecto a partir del próximo año, siempre y cuando se apliquen “de forma coherente y convincente”.

El presidente del Ifo, Clemens Fuest, ha recordado que el paquete de inversiones que anunció meses atrás el Gobierno por valor de 500.000 millones conlleva “una importancia considerable para la economía”. Pero la pregunta que hay que hacerse, ha agregado, es si ese dinero se destinará realmente a inversiones. “En la situación actual, hay que decir claramente que, en parte, se destina al consumo”, ha indicado. “Si realizamos un consumo financiado con deuda, esto puede provocar un efecto efímero en la coyuntura económica, pero no conducirá a un fortalecimiento sostenible”.

En su opinión, el gran problema que atraviesa Alemania no se debe a la falta de inversión pública, sino a la falta de inversión privada. “El reto consiste precisamente en mejorar las condiciones para los inversores privados, de modo que vuelvan a invertir en Alemania. Y para ello necesitamos reformas”, ha declarado. El presidente del instituto de análisis piensa que el Gobierno ya ha dado los primeros pasos en la dirección correcta, con la perspectiva de una reducción de los tipos impositivos, pero recomienda reformas en el mercado laboral y en los costes laborales. En particular, ha pedido evitar que en los próximos años las cotizaciones a la seguridad social sigan aumentando debido al cambio demográfico, “ya que entonces no valdrá la pena trabajar”.

“Endeudarse es fácil. Para ello no se necesitan conocimientos especiales de política financiera o económica. En realidad, cualquiera puede hacerlo. Pero llevar a cabo reformas es difícil. Es una tarea exigente. Y el Gobierno debe demostrar ahora que no solo es capaz de hacer la parte fácil, sino también la exigente”, ha concluido Fuest.

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Sobre la firma

Almudena de Cabo
Ha desempeñado la mayor parte de su carrera como corresponsal en Alemania, país al que llegó en 2007 y donde ha trabajado para medios como la Agencia Alemana de Prensa (DPA), TVE o El Correo. Vivió varios años en Londres, donde trabajó para BBC Mundo antes de regresar a Berlín en 2024. Desde entonces escribe sobre Alemania en EL PAÍS.
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