El instituto Ifo rebaja su previsión de crecimiento: “La economía alemana está estancada”

La economía alemana no acaba de despegar. El instituto económico alemán Ifo rebajó su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para el año en curso hasta el 0,2% respecto al ejercicio anterior, lo que supone 0,2 puntos menos que en su pronóstico de invierno. La economía no logrará recuperarse ligeramente hasta el 2026, donde espera un crecimiento del 0,8%, en línea con la previsión anterior.

“La economía alemana está estancada. A pesar de que el poder adquisitivo está repuntando, el consumo sigue siendo moderado y las empresas también están invirtiendo con cautela”, afirmó Timo Wollmershäuser, director de previsiones económicas del ifo, en las proyecciones de primavera publicadas este lunes.

En su análisis económico, el Ifo destacó que existen claras diferencias entre los distintos sectores económicos. Mientras que la construcción de viviendas — donde las inversiones cayeron un 5% el año pasado por cuarto año consecutivo — y la industria se encuentran sumidas en una profunda recesión, la producción económica de los proveedores de servicios públicos ha experimentado una fuerte expansión. “En casi todos los sectores económicos, las empresas se quejan de la falta de pedidos”, detallaron los expertos.

Según el Ifo, la industria es una de las grandes perjudicadas debido a una demanda débil y a un aumento de la presión competitiva internacional. Asimismo, alertó de “riesgos considerables” derivados de la incertidumbre política tanto en Alemania — donde socialdemócratas y conservadores negocian actualmente un nuevo Gobierno de coalición tras las elecciones del pasado 23 de febrero —, como en Estados Unidos.

“La nueva administración estadounidense ha adoptado una política económica errática y proteccionista. Los aranceles a las importaciones de mercancías procedentes de México, Canadá y China ya anunciados, así como los aranceles compensatorios correspondientes, están teniendo ya sus primeras repercusiones negativas en la economía estadounidense y en la economía mundial”, indicaron los expertos del Ifo.

Además, apuntaron que si a este se añaden los aumentos de los aranceles a los productos europeos, la industria exportadora alemana podría verse gravemente afectada. “También existen incertidumbres en el ámbito de la política interior. Aunque se están debatiendo medidas para reforzar la infraestructura y la defensa, no está claro si se aplicarán ni cuándo”, agregaron.

En este contexto, Wollmershäuser subrayó la importancia de superar rápidamente esta fase de incertidumbre. “Una política económica sólida es esencial para generar confianza y estimular la inversión. Las empresas necesitan seguridad en la planificación, especialmente en vista de los retos actuales que plantea el cambio estructural en la industria”, explicó.

Estímulos

El pronóstico de primavera señala que no está claro qué rumbo concreto de política económica tomará el nuevo Gobierno alemán encabezado por el líder conservador, Friedrich Merz, aunque se “vislumbran alivios fiscales notables, sobre todo, en los ámbitos de infraestructuras y defensa, que podrían estimular la coyuntura alemana a corto plazo y aumentar el potencial de producción a largo plazo”.

La Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermanado, la Unión Cristianosocial (CSU), acordaron con el Partido Socialdemócrata (SPD) un plan financiero que incluye por un lado un fondo de inversiones masivas en infraestructuras — créditos especiales exentos del límite de deuda — y por otro, una reforma del límite al endeudamiento fijado en la Constitución alemana.

La semana pasada lograron que se sumaran también los Verdes a sus planes a cambio de incluir en el fondo especial de 500.000 millones de euros para infraestructuras para los próximos 12 años, otros 100.000 millones para la protección del medio ambiente. Era un paso decisivo para obtener la mayoría parlamentaria de dos tercios necesaria para la reforma constitucional para flexibilizar el freno al endeudamiento. La votación tendrá lugar este martes en el Parlamento alemán.

Con esta reforma se desvincularán del freno de deuda no solo los gastos de defensa, sino también los desembolsos en ciberseguridad, protección civil y servicios secretos. Estos gastos solo estarán sujetos al freno de deuda hasta un límite del 1% del PIB, es decir, unos 44.000 millones de euros. Todo lo que exceda de esta cifra podrá financiarse con créditos, sin límite máximo. Además, el paquete incluye también que los Estados federados alemanes tendrán más margen de maniobra para endeudarse: en conjunto podrán solicitar créditos por un importe del 0,35% del PIB.

Este plan acordado a contrarreloj para evitar la minoría de bloqueo que tendrá el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda en el futuro Bundestag alemán, que debe constituirse a más tardar el próximo 25 de marzo, tras las elecciones generales, supone un giro radical en la política de austeridad de Alemania, defendida ferozmente durante años, especialmente desde la derecha.