El INE estudia mejorar su estadística de vacantes sin cubrir con datos de los portales de empleo
España registra una de las tasas más bajas de vacantes de Europa, pero algunos analistas y las patronales creen que el fenómeno no está bien radiografiado. Los sindicatos limitan el problema y lo asocian a ofertas laborales pírricas. Todos coinciden al requerir más información
El debate de las vacantes de empleo sin cubrir es uno de los más espinosos de la conversación laboral española. En otros asuntos hay discusión sobre las soluciones o sobre qué nos depara el futuro, pero al menos hay consenso en los hechos tangibles, en los números. No es el caso en las vacantes: algunos defienden que apenas hay puestos de trabajo sin cubrir, tomando como base las estadísticas oficiales; otros que esas estadísticas no están captando la dimensión del problema. A finales de noviembre se dio un debate interesantísimo al respecto en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, durante el Encuentro entre productores y usuarios de estadísticas del mercado laboral, organizado por CSIC, Fedea e INE. Esta última institución, que produce la estadística oficial de vacantes y que Eurostat toma como referencia, anunció un cambio: estudiará una mejora con los datos de los portales web de empleo.
“Estamos mirando ya hacia el futuro, con un proyecto para acercarnos a buscar las vacantes en los portales web y completar la información que ahora obtenemos a través de la encuesta”, explicó Rocío Fuente, jefa de área en el Instituto Nacional de Estadística. La encuesta que menciona es la Encuesta Trimestral de Costes Laborales (ETCL), que desde 2013 dedica una categoría a las vacantes de empleo sin cubrir. “Volvemos otra vez a este modelo de completar con registros administrativos el dato de encuestas. Ahora nos iríamos a datos privados que aparecen en portales web y también de organismos públicos como el SEPE (Servicio Publico de Empleo Estatal), que tiene su portal”, agregó Fuente. “Queremos acceder a estos portales de empleo, ya sea mediante webscrapping o a través de APIs —interfaz de programación de aplicaciones— u otros accesos que pueden ser acuerdos con las empresas”.
Desde el INE precisan que este proyecto mira a largo plazo: se pondrá en marcha en abril del año que viene “si todo va bien”. “La idea es ver los datos que ya recopila Eurostat, comprobar su calidad y completitud. Esto pensamos que nos llevará todo 2025. Posteriormente se comenzaría la recogida de de datos por nuestra parte, si hiciera falta. No esperamos publicar nada antes de 2027″, añade el instituto estadístico. Asimismo, el SEPE está trabajando en un mapa online con ofertas de empleo, según explicó Ana Laseca, jefa de área del Observatorio de las ocupaciones.
Antes de su anuncio, que reconoce un margen de mejora en los datos, el INE defendió la capacidad de la ETCL para radiografiar las vacantes. El último dato, del segundo trimestre, recoge 151.379 vacantes en España, el segundo registro más alto de la serie, solo por detrás de las 155.797 del tercer trimestre del año pasado. “El INE difunde los datos en su web y los transmite a Eurostat. No todos los países tienen la misma cobertura, algunos no cubren todas las secciones económicas, otros no incluyen de administraciones públicas...”, explicó Fuente. Con ello Eurostat emite una tasa que compara entre países. En España es bajísima, un 0,9% —con leves variaciones desde que hay registros, independientemente del ciclo económico—, empatado con Polonia y solo por encima de Bulgaria (0,8%) y Rumanía (0,7%). Esta lejísimos de la media continental (2,4%), que viene bajando en los últimos meses por el parón alemán y el de otros países de Europa central. La teoría dice que, a menos actividad, menos demanda de mano de obra y menos vacantes. Y, de nuevo en teoría, a más personas paradas, menos probable es que haya vacantes.
Ese es uno de los argumentos centrales de quienes defienden la estadística del INE, que España no puede sufrir un problema de vacantes a la vez que registra la mayor tasa de desempleo de la Unión Europea (11,2%, frente al promedio del 5,9%). Los contrarios a esta posición defienden que es perfectamente compatible si hay un desacoplamiento entre las habilidades ofertadas y las demandadas y si no hay movilidad laboral. Uno de los estudios centrales que sustentan esta posición es la Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad, del Banco de España. En el tercer trimestre el 42,8% de las empresas consultadas dicen que la disponibilidad de mano de obra condiciona negativamente su actividad, más del doble que hace solo tres años.
Este ascenso coincide con una caída del paro, pero no con un aumento de la tasa de vacantes, lo que no termina de cuadrar a otro de los participantes en el debate en el CSIC, el analista del Banco de España Aitor Lacuesta. “Los indicadores nos dan señales distintas”. Defiende la importancia de mejorar la medición de las vacantes, al igual que el investigador de BBVA Research, Rafa Domenech. Ambos subrayaron que radiografiar mejor el fenómeno ayudaría a entender los tensionamientos en el mercado laboral y también a conocer qué demandas formativas del mercado no están siendo satisfechas.
¿Qué es una vacante?
Otro problema a resolver, que aleja las posiciones de unos y otros, es que ni siquiera hay consenso sobre lo que es una vacante. El INE considera una vacante, tomando como referencia el reglamento europeo, “el puesto de trabajo creado recientemente, o no ocupado, o que está a punto de quedar libre, para el cual el empresario está tomando medidas activas al objeto de encontrar un candidato idóneo ajeno a la empresa”. Entre las medidas activas que dan la categoría de vacante, están “publicar la vacante en los medios de comunicación, notificar la vacante de empleo a los servicios público de empleo, recurrir a una agencia de colocación, ponerse en contacto, entrevistarse o realizar un proceso con posibles candidatos”. Así, es posible que un mismo empresario que dice no tener vacantes a la pregunta del INE porque no ha tomado esas medidas activas, luego podría contestar al Banco de España que percibe escasez de mano de obra.
La patronal insiste desde hace años en que la falta de mano de obra es uno de los problemas centrales de la economía española, mientras que los sindicatos, que conceden que hay tensión en algunos sectores, creen que esa supuesta escasez se debe a condiciones laborales pírricas, que no captan empleados interesados. UGT recuerda que muchas personas en paro “se encuentran en España en riesgo de pobreza, por lo que no pueden permitirse rechazar una oferta de empleo; las causas de la puntual falta de personas dispuestas a trabajar en alguna actividad son, en términos generales, ajenas a la voluntariedad de las mismas”. “El problema del mercado laboral en España no es el exceso de vacantes sino todo lo contrario: el infradesarrollo del tejido productivo para incorporar a los millones de personas desempleadas, demandantes de empleo o desanimadas que nos harían converger con los niveles europeos de actividad laboral”, reflexiona CC OO en un estudio al respecto, en el que desagrega las vacantes por sectores.
Destaca la Administración, donde las necesidades de empleo se hacen públicas, lo que facilita que tomen protagonismo en la estadística. Después van información y comunicaciones y la actividades científicas y técnicas. Muy por debajo están hostelería y construcción, cuyos empresarios están entre los que más protestan. La patronal de las pymes, Cepyme, difundió una encuesta en 2023 con resultados impactantes: un 71% de las pymes dicen tener problemas para cubrir vacantes. Según las estimaciones de BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), la imposibilidad de cubrir la más de 148.000 vacantes de 2023 tuvieron un impacto en términos de menor crecimiento del PIB de en torno a 8.150 millones de euros.
Más información
“A lo mejor no es un problema estadístico, sino del interés que hay por parte de las empresas o la capacidad que tienen de cubrir sus vacantes a través de la publicación o de la trasparencia”, comentó en el CSIC el director general de Política Económica del Ministerio de Economía, Víctor Ausín. Subrayó que el universo de las vacantes “ni está acotado ni es conocido; no es como el desempleo, que es muy fácil saber quién está empleado y quién no”. “Los propios empresarios a veces no saben si tienen o no vacantes. Muchos de ellos no las publican”, dijo Ausín. El INE precisó que el 90% de los empresarios que contestan la ETCL dicen no tener vacantes.
Ausín, como Domenech y Lacuesta, expresó “extrañeza” porque los cambios en los ciclos económicos apenas varíen la tasa de vacantes española. Lo expresó mediante la conocida como Curva de Beveridge, que establece una relación entre la evolución del desempleo y de las vacantes. “No se ve en España o Italia, pero sí tracciona bien en Alemania o Italia, hay correlación”. El alto cargo de Economía reconoce que en España las vacantes no ofrecen “información alineada” con la teoría económica, ante lo que él mismo se preguntó “¿qué está pasando?”. “Hay varias teorías. Algunas personas apelan a problemas estadísticos, otros a singularidades del mercado laboral español”, añadió.
Su presentación iba acompañada del siguiente gráfico, que mide las vacantes tomando en cuenta los principales portales de empleo y agencias de colocación. Registra 275.300 anuncios y 450.000 vacantes, pero es volumetría bruta, de manera que muchas vacantes están repetidas varias veces.
El objetivo al que aspiran todos los participantes en el debate es que esa cifra se pueda limpiar, que dé una cifra real que se pueda desagregar por habilidades requeridas, territorio en que se ofrecen o salarios ofertados. “Nos abriría un mundo completamente distinto, nuevas posibilidad de análisis, una localización geográfica más exacta, identificar los cuellos de botella, saber qué sectores tienen más problemas...”, reflexionó Ausín. Justo en esta última idea coincidieron todos los participantes, al requerir más información para entender mejor el problema.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.