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Los universitarios copan ocho de cada 10 nuevos puestos de trabajo ocupados por jóvenes

Los graduados de centros privados tienen un salario base un 12% más alto que los de las públicas, según un informe de la Fundación BBVA

Estudiantes en una clase de la Universidad de Valencia, en febrero de 2023.
Estudiantes en una clase de la Universidad de Valencia, en febrero de 2023.Mònica Torres
Denisse López

De la universidad a la empresa: la frase resume la dinámica actual del mercado laboral entre los jóvenes. No en vano, ocho de cada 10 nuevos puestos creados entre este colectivo de la población terminan recayendo en alguien que ha pasado por un centro de educación superior. El resultado de esta dinámica es que la tasa de crecimiento de la ocupación entre los universitarios prácticamente triplica la registrada en el empleo total de la población de entre 22 y 29 años de edad, según el informe sobre La inserción laboral de los universitarios: 2013-2023: evolución, diferencias por estudios y brechas de género, publicado este martes por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Aunque históricamente la inserción laboral de los universitarios ha sido mejor que la del conjunto de personas jóvenes, el documento refleja que esta ventaja comparativa se ha ensanchado en el último decenio (2013-2023), coincidiendo con una época en la que ha evolucionado el perfil productivo del país. En este periodo, mientras la ocupación de las personas con grado superior ha repuntado un 58%, el empleo total de jóvenes solo lo ha hecho un 20,4%. Esto significa que de los 437.000 trabajos netos nuevos destinados a la población de entre 22 y 29 años, 345.800 fueron para perfiles académicos. La diferencia es todavía mayor en el caso de los puestos altamente cualificados, que suponen nueve de cada 10 de esos empleos que quedaron en manos de los universitarios.

La cifra da cuenta de hasta qué punto la formación estudiantil juega un papel clave a la hora de encontrar trabajo, lo que “requiere un cambio de perspectiva de las debilidades que tradicionalmente se señalan sobre la inserción laboral de los titulados”, según precisa la nueva edición de U-Ranking. De hecho, los datos reflejan un fuerte descenso de la tasa de desempleo de ese colectivo, que ha caído desde el 29,2% de 2013 a un 12,5% en 2023. También ha reducido el porcentaje que está subempleado, es decir, que ocupan un puesto que no corresponde a lo que han estudiado —baja de un 30% al 22% en el mismo periodo—.

Las salidas laborales están bien acotadas, pues cinco sectores de actividad concentran tres cuartas partes de los empleos creados en este periodo: las actividades profesionales, científicas y técnicas (23%), sanitarios y servicios sociales (21%), información y comunicaciones (12%), la industria manufacturera (11%) y educación (9%). Juntas suman ocho de cada 10 empleos altamente cualificados que se ofrecieron en el decenio analizado. A grandes rasgos, el estudio identifica que los egresados en ciencias de la salud, en ingenierías y arquitectura encuentran trabajo más fácil y tienen salarios más altos, mientras que los de artes y humanidades son los que enfrentan mayores dificultades.

Esta facilidad de inserción laboral está directamente relacionada con el porcentaje de autónomos que hay en cada rama de formación. Aunque ha caído en todos los casos, Bellas Artes tiene la mayor cantidad de autoempleados (9,6%), solo superado por el personal sanitario (11,8%), donde la cifra es mayor por el impacto que tienen las profesiones que están fuera de la cartera de los servicios públicos como el farmacéutico, ópticos, odontólogos, fisioterapeutas o podólogos.

Más salario si estudia en privada

A día de hoy, apenas hay diferencias en las tasas de afiliación de quienes estudian en una universidad pública o privada. Sin embargo, sí que hay una gran brecha en cuanto a ingresos. En concreto, el salario base de los graduados que proceden de centros privados es un 12% mayor que el de los estudiantes de campus públicos: son 32.433 euros frente a 29.006 euros brutos anuales. Esta diferencia se achaca a “la captación de estudiantes provenientes de entornos socioeconómicos favorables, que ofrecen conexiones que facilitan la inserción”, según se lee en el informe. Su alto nivel de renta también les permite emprender su propio negocio con más facilidad, por lo que existe un mayor número de egresados de los centros privados que decide ser autónomo.

Otro de los factores diferenciales entre los jóvenes es tener un máster. Estos titulados han duplicado su peso sobre el total de egresados, al pasar de representar un 22% en 2013 a un 42% en 2022. Su ventaja sobre los que solo tienen un grado se observa, en particular, en el ajuste del puesto de trabajo y en los salarios. Su base salarial media es un 11% superior y hay un mayor número de ellos que cotiza en el grupo de titulados universitarios —en ocasiones, porque existen regulaciones profesionales que así lo exigen, como en el caso de los profesores, la abogacía o las ingenierías—.

Más allá del centro de estudios y el grado de especialización, existe una clara desventaja para las mujeres jóvenes: ellas representan más de la mitad de las personas graduadas y tienen una mayor presencia en el mercado laboral —son el 61% de los ocupados entre 22 y 29 años con estudios universitarios—, pero casi siempre cobran menos que sus compañeros hombres. En concreto, ellos ganan más en 74 de los 92 campos de estudios para los que se dispone de información sobre bases medias de cotización para ambos sexos. En la gran mayoría de los casos la diferencia es de más 1.000 euros anuales.

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Sobre la firma

Denisse López
Es redactora de la sección de Economía de EL PAÍS y CINCO DÍAS. Escribe habitualmente de macroeconomía y coyuntura. Se incorporó a esta casa en 2022, después de haber trabajado en distintos medios digitales en México. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México, y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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