Enmienda al desguace fiscal en la UE

Las conclusiones de Giovanni Pitruzzella, abogado general del TJUE en el caso Apple, suponen una enmienda radical a la ilógica tolerancia europea que permite masivas evasiones fiscales de las multinacionales estadounidenses y una esperanza ante el desguace tributario que padece la UE. La existencia de paraísos fiscales dentro de la Unión, como son los casos de Irlanda y Luxemburgo, constituye uno de los mayores obstáculos para la integración europea. El jurista italiano apoya completamente los argumentos de la Comisión Europea en su recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que tiene la última palabra, contra la sentencia de los jueces de primera instancia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) de 2020. Esta resolución anuló la decisión de la Comisión Europea de 2016 que reclamaba a Apple el pago de 14.300 millones de euros por impuestos impagados por la multinacional en Irlanda entre 2007 y 2014.

Pitruzzella estima que la sentencia del Tribunal General incurre en numerosos errores y que “debe anularse en su totalidad”. Las conclusiones de los abogados generales no son vinculantes, pero son seguidas en un elevado porcentaje por el TJUE. La decisión de la Comisión Europea de 2016 desmontaba la privilegiada estructura fiscal de Apple en Europa que le permitió pagar solo el 1% y el 0,005% por ciento de sus beneficios obtenidos en 2013 y 2014, respectivamente. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, calificó entonces de ilegales los beneficios fiscales concedidos por Irlanda a Apple. La Comisión puso al descubierto el mecanismo utilizado por la multinacional que consistía en atribuir la mayor parte de los beneficios a través de dos filiales a su oficina central, que solo existía sobre el papel y que no tributaban en ningún país. La decisión fue anulada por el TGUE.

Las conclusiones del abogado general coinciden con los hallazgos del informe Global Tax Evasion Report 2024, elaborado por el Observatorio Fiscal de la UE, que califica a Irlanda y Países Bajos por su baja tributación. Ambos países ofrecen extraordinarias ventajas a las multinacionales estadounidenses y al mismo tiempo son los principales beneficiarios del traslado de beneficios de las mismas generados en otros países al recibir más de 140.000 millones de euros anuales cada país. En 2019 recibieron el 15% del total de beneficios desviados mundialmente.

El caso de Irlanda es especialmente bochornoso porque debido a este sistema el 90% de sus ingresos por el impuesto de sociedades procede de las compañías multinacionales. En 2022, recaudó el equivalente a 4.500 euros por habitante por el impuesto de sociedades, casi cinco veces más Alemania y Francia, que tienen tipos impositivos de este tributo mucho más elevados. Es necesario acabar con este tipo de montajes que destruyen completamente la credibilidad de la Unión Europea en materia fiscal. El asunto es particularmente sensible en el momento en que la Unión debate las reglas fiscales que trata de hacer cumplir a todos los países.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal