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La brecha entre el PIB per cápita de España y el de la OCDE se amplía

Los países del sur de Europa redujeron las desigualdades regionales internas en las últimas dos décadas, pero en un contexto de débil crecimiento general

La puerta del Sol, en Madrid.
La puerta del Sol, en Madrid.Lucas Vallecillos (agefotostock)
Laura Delle Femmine

En los últimos 20 años la economía mundial ha padecido incontables reveses, entre los cuales destacan la crisis financiera de 2008, la pandemia y el impacto de la guerra en Ucrania, que han trastocado el proceso de convergencia económica tanto externo, entre países, como interno, entre regiones. En términos generales, las distancias en la renta por habitante de los Estados miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) se han reducido en los últimos 20 años, mientras que las desigualdades internas han crecido, según el Regional Outlook 2023 elaborado por el organismo multilateral con sede en París. España, en cierto sentido, ha ido a contracorriente: la brecha que separa su PIB per cápita del de la media de los Estados de la OCDE era más grande en 2020 que dos décadas antes. En cambio, las desigualdades regionales internas han disminuido, como en el resto de países del sur de Europa, aunque en un contexto de débil desempeño económico.

El mordisco que la pandemia dio a la economía española fue de los más grandes entre las economías avanzadas, del 11,2% en 2020, debido al mayor peso que tienen sobre el PIB actividades como el turismo y la hostelería y a unos confinamientos estrictos. Este golpe explica, en parte, por qué la distancia con la media del bloque en renta por habitante se amplió comparado con el año 2000. Algo parecido ha ocurrido, y hasta de manera más intensa, en países como Italia y Grecia, cuyas economías también se hundieron en el año del covid. El informe elaborado por el club de países ricos no valora el impacto de la crisis sanitaria en el proceso de convergencia, debido a que no hay suficientes datos disponibles para establecer una tendencia.

La distancia en la renta por habitante de los 27 países analizados en el estudio y la media de la OCDE —que se corresponde al promedio de las brechas entre los Estados que forman parte del club, a partir de datos regionales— se achicó en 2020, sobre todo gracias al mayor crecimiento en las economías de menores ingresos, que han sido el motor de la convergencia. Sin embargo, “esto no se ha reflejado en avances similares en materia de desigualdades dentro de los países”, alerta el documento, cuyo titular es más que elocuente: La geografía de larga duración de las desigualdades. En más de la mitad de países analizados, las desigualdades internas han crecido —y donde han bajado siguen siendo muy amplias—.

Por un lado, están los países con las mayores rentas per cápita, en los cuales, sin embargo, la desigualdad interna ha engordado entre 2000 y 2020 —Reino Unido, Francia, Suecia y Estados Unidos, entre otros—, y aquellos cuyo PIB ha ido convergiendo hacia la media y a la vez han visto aumentar la brecha entre territorios ricos y pobres —por ejemplo, Europa del Este—. Por otro lado, se encuentran los Estados con rentas altas que a la vez han recortado las brechas regionales en las dos décadas que incluye el estudio, como Finlandia, Noruega, Alemania, Países Bajos y Nueva Zelanda, y aquellos como España y en general el Sur de Europa, con un crecimiento débil en el conjunto, pero donde las desigualdades internas han disminuido. “Estos diferentes caminos entre países muestran que el aumento de las desigualdades regionales no es inevitable y que, con el entorno político adecuado, es posible abordar la geografía de desigualdades de larga duración”, reflexiona el organismo.

Regiones metropolitanas

Uno de los aspectos que contribuye a agravar las desigualdades internas es la voracidad que en casi todos los países tienen las regiones metropolitanas gracias a “las economías de aglomeración”: concentran más empresas, infraestructuras, conocimiento y trabajadores cualificados, por lo que son más dinámicas y tienen más potencial de crecimiento. De hecho, las regiones metropolitanas de la OCDE agrupan el 70% de la población y tienen en promedio un 32% más de PIB per cápita que el resto. “La brecha entre las grandes regiones metropolitanas y las otras explica la mayor proporción de desigualdad de ingresos entre territorios en la mayoría de los países”, señala la institución. El éxito de estas áreas, además, supone a la vez desafíos, como el precio de la vivienda, que en muchas capitales y grandes urbes se ha vuelto inaccesible.

La otra cara de la moneda son los territorios “remotos”. A medida que las grandes ciudades crecen, otras áreas se van despoblando y envejeciendo, un fenómeno que afecta con particular dureza a España. La calidad de la educación, de las infraestructuras —del transporte, pero también tecnológicas— y de los servicios en general es más baja en muchas zonas rurales, donde además es más caro prestar estos servicios por no poder aprovechar las economías de escala. Eso impacta “directamente en el bienestar” de la población, y crea un círculo vicioso que merma la productividad y dificulta que estas regiones atraigan y retengan población e inversiones necesarias. “Los esfuerzos para aumentar la productividad en las regiones rezagadas serán fundamentales para abordar la geografía de larga data de desigualdades”, sentencia el estudio.

Cinco prioridades de acción

De cara al futuro, el organismo propone “una acción coordinada” entre cinco prioridades complementarias: garantizar el acceso a infraestructura y servicios públicos clave; impulsar la productividad y la competitividad; proporcionar las habilidades y oportunidades laborales adecuadas en los mercados laborales regionales; mejorar la calidad de los sistemas de gobernanza de los distintos niveles de gobierno; fortalecer la capacidad a nivel nacional y subnacional. Estas acciones se basan y complementan la Recomendación de la OCDE sobre Políticas de Desarrollo Regional de 2023, que servirá como brújula para ayudar a los gobiernos a implementar políticas regionales efectivas.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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