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El FMI eleva sus perspectivas de crecimiento para la economía española hasta el 2,5%

El organismo destaca que el PIB se expandirá casi el triple que la zona euro a la vez que la inflación se reducirá más rápidamente

Turistas en una terraza de la localidad de Platja d'Aro, en la Costa Brava.
Turistas en una terraza de la localidad de Platja d'Aro, en la Costa Brava.David Borrat (EFE)
Lluís Pellicer

La batalla contra la inflación empieza a dar sus frutos, pero ha tenido un coste. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha confirmado este martes que las agresivas subidas de tipos de interés ejecutadas por los bancos centrales han hecho mella en el crecimiento. En especial, en las economías más desarrolladas, que este año avanzarán solo un 1,5%, casi la mitad que en 2022. El organismo que dirige Kristalina Georgieva, sin embargo, eleva las previsiones para España hasta el 2,5%, desde el 1,5% proyectado el pasado mes de abril, por “la mayor solidez de los servicios y el turismo”. Esa mejora supone que la española será la economía avanzada que más crecerá en 2023, con una tasa que casi triplica la de la zona euro. El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, ha destacado que también España destaca por estar reduciendo la inflación más rápidamente que el resto de la zona euro, de modo que el alza de precios se situará este año en el 3,2%.

La buena marcha de la economía española durante el primer semestre del año ha obligado al FMI a elevar sus previsiones económicas en un punto porcentual en apenas tres meses. La institución con sede en Washington se une así al consenso internacional sobre la economía española y rebasa con creces las previsiones del Gobierno de Pedro Sánchez, que augura una expansión económica del 2,1% para este ejercicio. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ya revisó el dato del Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre y concluyó que el avance había sido del 0,6%, una décima más de lo que se había estimado inicialmente, en un contexto en el que la zona euro ha flirteado con la recesión. Para el año que viene, el FMI deja intacta su previsión de crecimiento del 2%. El Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado que “en un entorno internacional de incertidumbre, el FMI mejora un punto la estimación de crecimiento del PIB de España, una de las mayores revisiones al alza”.

Gourinchas ha explicado que, tras la pandemia, se disparó la demanda de bienes y, posteriormente, la de servicios. España, como potencia turística, se está beneficiando de ese bum, que le está permitiendo recuperar el terreno perdido por el estallido de la pandemia respecto a sus socios de la zona euro. El caso de España, además, “no es muy común”, según el economista francés, puesto que el FMI no solo sube la proyección de crecimiento, sino que rebaja del 4,3% al 3,2% la inflación media de 2023. Eso sí, el fondo advierte de que esa aceleración económica irá perdiendo fuelle a medida que el turismo vaya alcanzando los niveles anteriores a la pandemia.

Las principales firmas de análisis han considerado que la incertidumbre que implican las negociaciones para un nuevo gobierno apenas afectarán a la economía. Gourinchas, en una entrevista a Efe, ha pedido paciencia. “En general, la inestabilidad nunca es buena para la economía, pero creo que tenemos que esperar y ver cómo acaba el proceso y hacia dónde quiere ir el pueblo español con los resultados de estas elecciones”, ha afirmado.

El FMI augura que los países de la moneda única avanzarán apenas un 0,9% en 2022 y un 1,5% en 2023. “Hay diferencias entre países”, ha advertido el economista jefe. Entre las principales economías de la zona euro, el organismo prevé una leve mejora para Italia (1,1% este año y 0,9% el que viene) y prácticamente se reafirma en sus proyecciones para Francia (0,8% y 1,3%, respectivamente). En cambio, ha empeorado sus previsiones para Alemania, que en el primer trimestre entró en recesión. La locomotora europea, según el FMI, este año se contraerá un 0,3% por “la debilidad de la producción manufacturera”, mientras que el año que viene remontará un 1,3%.

En general, las economías más desarrolladas vivirán un año de atonía, con el Reino Unido creciendo un 0,4% y Estados Unidos, un 1,8%. Sin embargo, también están demostrando una gran resiliencia. “El desplazamiento del consumo hacia los servicios, iniciado tras la pandemia, es casi total en las economías avanzadas, incluidas las economías de Europa meridional que dependen del turismo, y se aceleró en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo durante el primer trimestre”, apunta el informe.

Inestabilidad financiera

La mayoría de los grandes mercados, de hecho, siguen resistiendo a la carrera emprendida por los bancos centrales en 2022 para subir los tipos de interés para frenar una inflación galopante. El FMI apunta que la inflación mundial descenderá del 8,7% de 2022 al 6,8% en 2023 y al 5,2% en 2024. “La lucha contra la inflación continúa”, sostiene el documento elaborado por el organismo. Sin embargo, esa receta que en la zona ha llevado los tipos del 0% al 4%, tiene efectos secundarios. No solo está enfriando la economía, sino que ha provocado inestabilidad financiera.

El fondo propone una receta, como mínimo, compleja. Para empezar, pide a los bancos centrales seguir combatiendo a la inflación. Sin embargo, las crisis del Silicon Valley Bank y Credit Suisse han puesto de manifiesto que el sector financiero adolece de debilidades que pueden poner en riesgo su día a día. Por ello, alienta a los países a inyectar liquidez en caso de necesidad, a la par que empiezan con los ajustes para rehacer sus colchones fiscales, concentrando los mayores esfuerzos en los más vulnerables y en la lucha contra el cambio climático. “La prioridad sigue siendo lograr una desinflación sostenida garantizando a la vez la estabilidad financiera”, apunta el FMI en el informe.

La buena noticia, según el informe, es que, “hasta la fecha”, la “espiral salarios-precios” no parece haberse asentado. Es más: cree que los márgenes acumulados por las empresas en los últimos dos años les dan margen para incrementar los sueldos sin tener que subir precios. Y eso favorece que las expectativas a largo plazo de la inflación se mantengan estables y que a partir del año que viene la política monetaria pueda ir aflojando. El documento da por hecho que en 2024 los bancos centrales empezarán a dar marcha atrás e irán bajando los tipos de interés, lo que debería volver a reactivar la concesión de crédito, que se ha visto restringida sobre todo desde el segundo trimestre del año.

Hasta ahí lo bueno. Lo malo es que sigue la incertidumbre. Y en varios frentes: la guerra de Ucrania puede volver a agravar la inflación, y China sigue presentando el gran interrogante de su sector inmobiliario, que pueden acarrear “efectos de contagio transfronterizos”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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