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Alemania entra en recesión técnica tras la revisión a la baja de su crecimiento en el primer trimestre

El PIB alemán se contrajo un 0,3% entre enero y marzo. Las fuertes subidas de precios lastraron el consumo de los hogares, que cayó un 1,2%

Alemania
El canciller alemán, Olaf Scholz.Kay Nietfeld (DPA / Europa Press)
Elena G. Sevillano

La economía de Alemania entró en recesión en el primer trimestre de 2023 al sufrir una contracción del 0,3% su producto interior bruto (PIB) y sumarse así una segunda caída consecutiva después del -0,5% del último trimestre del año. La Oficina Federal de Estadística (Destatis) ha revisado a la baja la estimación anterior, que preveía un estancamiento y por lo tanto evitar la recesión técnica, es decir, la acumulación de dos trimestres seguidos de crecimiento negativo. La economía alemana ha registrado el peor comportamiento entre las grandes economías de la eurozona, ya que España e Italia crecieron un 0,5% y Francia lo hizo un 0,2%, mientras que el promedio de la zona euro fue del 0,1%. Por otro lado, el PIB de Estados Unidos en el primer trimestre creció un 0,3%.

A fines de abril, Destatis todavía confiaba en ese estancamiento en el primer trimestre, sobre todo por el buen comportamiento de la industria, que había mejorado la producción a principios de año. Marzo, sin embargo, se convirtió en un mes problemático para muchas empresas. En su análisis, Destatis destaca el lastre para la economía alemana de las fuertes subidas de precios, que se reflejó especialmente en el gasto en consumo final de los hogares, que cayó un 1,2% en el primer trimestre de 2023. “Después de que el crecimiento del PIB entrara en territorio negativo a finales de 2022, la economía alemana ahora ha registrado dos trimestres negativos consecutivos”, ha confirmado Ruth Brand, presidenta de Destatis, en un comunicado.

El dato del primer trimestre no augura buenas perspectivas para el resto del año. Una recesión en el sentido tradicional, es decir, una contracción de la economía en su conjunto en 2023, se ha vuelto más probable. De momento, el Gobierno federal pronostica en su proyección económica más reciente para 2023 un ligero crecimiento del 0,2%, pero contando con un estancamiento en el primer trimestre, no con una caída. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, asume que es probable que el crecimiento económico oscile alrededor de la línea cero.

La primera economía europea no sufría esta situación desde la pandemia, que provocó la contracción del PIB en los dos primeros trimestres de 2020. Antes de eso Alemania había acumulado una racha de 10 años de crecimiento sostenido. De hecho, los peores escenarios que se plantearon cuando empezó la invasión rusa de Ucrania no se han materializado. El país, que cerró 2022 con un incremento del PIB del 1,8% respecto al año anterior, ha aguantado mucho mejor de lo esperado consecuencias del conflicto como la crisis energética. En parte gracias a un invierno templado, pero también mediante paquetes milmillonarios de ayudas a su industria.

Los economistas apuntan a la inflación como el factor decisivo para la caída del consumo y de la producción industrial. La tasa sigue muy elevada, en el 7,2% en abril. “Las subidas masivas de los precios de la energía han pasado factura en el semestre invernal. Desgraciadamente, no se vislumbra una mejora fundamental, porque tras el descenso de ayer del clima empresarial del Ifo [el indicador que mide la confianza de los empresarios alemanes ha caída por primera vez tras seis meses de subidas consecutivas], ahora todos los indicadores adelantados importantes del sector manufacturero están cayendo”, apunta el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.

El Bundesbank, en cambio, da esperanzas de que la economía mejore en primavera. “Es probable que en el segundo trimestre la producción económica vuelva a aumentar ligeramente”, asegura el nuevo informe mensual de la institución. La relajación de los cuellos de botella de la oferta, la elevada cartera de pedidos y los menores precios de la energía favorecen la continuación de la recuperación de la industria, añade el informe de mayo, que apunta a que el consumo privado se estancará, pero no caerá: “A pesar de la persistencia de una inflación elevada, los ingresos netos reales de los hogares no deberían seguir cayendo debido a los fuertes aumentos salariales”.

La primera caída del índice Ifo tras seis meses de repunte confirma las preocupaciones sobre el crecimiento de la economía alemana. “En general, el optimismo de principios de año parece haber dado paso a un mayor sentido de la realidad. La caída del poder adquisitivo, el adelgazamiento de las carteras de pedidos de la industria, así como el impacto del endurecimiento más agresivo de la política monetaria en décadas, y la esperada ralentización de la economía estadounidense abogan a favor de una débil actividad económica”, asegura Carsten Brzeski, economista jefe de ING. Además de estos factores cíclicos, añade, “la guerra en curso en Ucrania, los cambios demográficos y la actual transición energética pesarán estructuralmente sobre la economía alemana en los próximos años”. El crecimiento a largo plazo “seguirá siendo moderado en el mejor de los casos”.

La mayor reticencia de los hogares a comprar se tradujo claramente en un menor gasto en alimentos y bebidas, ropa y calzado en el primer trimestre de 2023 respecto del anterior. Además, los alemanes compraron menos coches nuevos, lo que probablemente se deba, en parte, a la eliminación de las subvenciones para adquirir híbridos enchufables y la reducción de las subvenciones para vehículos eléctricos a principios de este año.

El gasto de consumo final del Gobierno también disminuyó considerablemente entre enero y marzo, con una contracción del 4,9% respecto al trimestre anterior. En cambio, Destatis destaca que la inversión aumentó desde el cuarto trimestre de 2022, con un aumento de la formación bruta de capital fijo en la construcción (+3,9%), en parte debido al buen clima durante el primer trimestre de 2023, mientras que la formación bruta de capital fijo en maquinaria y equipo también fue notablemente mayor a principios de año (+3,2%).

Asimismo, también se registraron contribuciones positivas del comercio exterior, ya que, en comparación con el cuarto trimestre de 2022, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron un 0,4%. Por el contrario, las importaciones cayeron un 0,9%, debido, en parte, a la reducción de las importaciones de combustibles minerales, como petróleo crudo y productos de petróleo, y productos químicos.

El mercado laboral se mantiene

El mercado laboral, en cambio, lleva un ritmo creciente. Destatis indica que en los tres primeros meses de 2023 aproximadamente 45,6 millones de personas estaban ocupadas en Alemania, lo que significa un aumento de 446.000 trabajadores (+1%) respecto al año anterior.

En promedio, el número de horas trabajadas por ocupado fue similar al del primer trimestre de 2022 (-0,1%), mientras que el volumen de trabajo de la economía en general aumentó un 0,9% en el mismo período. La productividad laboral global (PIB corregido de precios por hora trabajada por las personas ocupadas) descendió un 1% respecto al mismo trimestre del año anterior y la productividad laboral por persona ocupada fue un 1,1% más baja en términos interanuales.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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