El Gobierno asegura que el IPC de los alimentos ha tocado techo y pide al sector que refleje la bajada de precios
Planas reclama al sector primario, la industria y la distribución que se traslade el previsible descenso de los costes y descarta más rebajas fiscales de momento
La cesta de la compra ha sufrido una subida de precios sin precedentes en las últimas décadas, pero el Gobierno vislumbra un cambio de tendencia. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha afirmado este lunes que hay “razones para pensar que el IPC de los alimentos ha tocado techo, empezando por la evolución de los mercados internacionales”, y ha descartado de momento más medidas fiscales como la reducción del IVA puesta en marcha en enero para algunos alimentos básicos. Tras reunirse con agricultores, ganaderos, productores y distribuidores, Planas ha pedido al conjunto de componentes de la cadena alimentaria que se comprometan a “poner de su parte un esfuerzo” para que la previsible “evolución positiva de los costes tenga un reflejo en los precios pagados por las familias”.
Todos los asistentes a la reunión, que se ha prolongado dos horas y media en la sede del ministerio en Madrid, han coincidido en que las subidas se deben a una combinación explosiva de aumentos en los costes energéticos, de producción y de las materias primas, además de factores climáticos y de reducción de cabañas y cultivos. Pero el ministro ha afirmado que “hay razones objetivas para que los alimentos bajen de precio y se produzca un cambio de tendencia”. “Hay una decidida voluntad del Gobierno de hacer cuanto esté en nuestra mano”, ha dicho en una rueda de prensa posterior. “Estaremos vigilantes”, ha advertido.
Se trata de la primera reunión del Observatorio de la Cadena Alimentaria desde que se iniciaron las subidas de los precios de los alimentos en octubre de 2021. En esta mesa, adscrita a Agricultura, están representados desde 2015 todos los eslabones de la cadena y su función principal es controlar que se cumplen la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe vender por debajo de costes, y que los precios se van trasladando de forma transparente del origen al consumidor final.
Planas ha dicho hasta ahora que la cadena alimentaria se ha comportado “de forma correcta” durante la crisis de precios. Desde la arena política se han vertido acusaciones contra algunos integrantes del sector. Las declaraciones más polémicas han sido las de la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que hace unas semanas afirmó que los supermercados están sacando partido de la escalada de precios y llamó al presidente de Mercadona, Juan Roig, “capitalista sin escrúpulos”. Este mismo lunes, el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, ha criticado que el ministro se reúna con el sector porque ha asegurado que “no se puede pedir por favor a los especuladores del capitalismo salvaje que se lucren menos”.
En este sentido, Agricultura ha defendido la legitimidad de las empresas a la hora de buscar márgenes de rentabilidad en una economía de mercado europea. Pero también ha hecho “una petición a la cadena para que la evolución de los costes se traslade en la negociación que tiene lugar en los eslabones de la cadena”. “Les hemos pedido que, si esos costes van bajando, que se traslade y la respuesta ha sido positiva de forma unánime. Todos quieren hacer un esfuerzo en la medida de sus posibilidades. Vamos a estar muy vigilantes. Espero y deseo que se cumpla esta voluntad de este traslado efectivo. He recibido una respuesta positiva y espero que se refleje”, ha insistido el ministro, que ha advertido de que repercutir los costes tardará tiempo, porque es “una cadena compleja”.
Sobre las peticiones para ampliar las bajadas del IVA a la carne y el pescado, Planas ha dicho que va a estar muy pendiente de “cualquier posibilidad”, pero que de momento la rebaja ya aprobada ha surtido efecto, con un freno del IPC de los alimentos del 15,7% de diciembre al 15,4% de enero. El ministro opina que hay que esperar a ver cómo evolucionan los precios y que hay que tener en cuenta el impacto presupuestario de ese tipo de medidas. Las ventas agroalimentarias suponen 6.000 millones de euros al año. Un informe reciente de Aecoc, la patronal del gran consumo, calcula que la subida del precio de los alimentos se habría situado en enero entre el 11,7% y el 13,7%, en lugar del 15,4% que publicó el INE, si se aplicaran esas rebajas del IVA.
El fuerte incremento de los precios de los alimentos más básicos en la cesta de la compra, las posibles salidas para corregir esta situación y, sobre todo, la búsqueda de responsables desde el campo a la distribución, constituye uno de los debates políticos sobre el que las posiciones y las soluciones se hallan enfrentadas entre los socios de coalición del Gobierno. Aunque los grandes indicadores macroeconómicos apuntan a un pequeño freno, y auguran un posible cambio de tendencia en las próximas semanas, lo cierto es que los precios se han instalado en niveles históricamente altos y desde el Ejecutivo se advierte de que las bajadas, aunque pueden estar próximas, serán muy lentas.
“¿Cuándo van a bajar? Es muy difícil decirlo porque, aunque existe cierto consenso en que la inflación ha tocado techo, la cadena alimentaria no es como los productos energéticos, el traslado de los costes es más difícil. Lo importante es que el sendero sea de disminución”, ha dicho Planas.
Ignacio García Magarzo, director general de Asedas (representa a Mercadona, Lidl y Dia, entre otras cadenas de supermercados), ha asegurado tras la reunión que el sector hará todo lo posible por “trasladar a los consumidores” las evoluciones de precio para volver a la “situación de normalidad de los últimos 20 años”, un periodo en el que estos se han mantenido bastante estables. “No hay integrantes de la cadena que se estén beneficiando de la subida de precios”, ha remarcado. “Somos conscientes desde el principio que estamos ante un problema de costes, no de márgenes”.
El sector agrario se ha mostrado más escéptico. El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha insistido en que es una “situación de costes de producción”, con subidas de dos dígitos de fertilizantes, semillas, energía y lubricantes. “Vamos a poner toda la buena voluntad que ustedes quieran, pero siendo un problema de costes, sin arreglar los costes, poco se puede hacer”, ha dicho en referencia a la petición del Gobierno de que se trasladen las bajadas de precios cuando las haya. Y ha advertido: “La cadena ha funcionado perfectamente. Hay que buscar soluciones, no culpables. Hay costes que han venido para quedarse”.
También COAG y UPA se han mostrado cautos y no ven tan claras las previsibles bajadas de lo que paga el consumidor en las tiendas y supermercados. “Es dudoso que las bajadas de los costes se vayan a trasladar a la misma velocidad que las subidas”, han advertido desde UPA.
La cesta de la compra acumula, según la OCU, un sobrecoste medio por familia de 860 euros en el último año. Las mayores subidas interanuales de los alimentos en el IPC afectaron en enero al azúcar (52,1%), la mantequilla (38,2%), la leche entera (33,4%), el aceite de girasol (32,1%), el aceite de oliva (30,5%), los productos de panadería (28,2%), las harinas (28,1%), los huevos (27,2%), los yogures (26,7%), el queso (20,5%) o el arroz (19,6%).
Planas ha recordado que las subidas se están produciendo en toda la UE. “España tiene precios mejores; la media en la UE se situó en el 17,8% en diciembre, y 23 de los 27 países sufren incrementos mayores que nosotros”, ha dicho.
Subidas en origen
El campo ha sido el principal protagonista de la subida del precio de los alimentos. El incremento fue de media un 39% en 2022, según los datos oficiales de la actividad agraria. Pero ese fuerte aumento de los precios de venta en origen no ha supuesto una mejora en la rentabilidad de la actividad agraria en su conjunto. El valor de las producciones agrarias aumentó hasta los 63.000 millones de euros, más de 36.000 por las producciones agrícolas a pesar de la sequía, con un incremento del 4%; y más de 25.000 millones en las ganaderas, con un incremento del 24%. Frente a estas cifras se halla la parte negativa: el aumento del 30% en los gastos en medios de producción hasta superar los 35.000 millones, especialmente por piensos, en más del 40%; la energía, un 200%, y los fertilizantes, hasta un 300%. Todo ello supuso una caída de la renta en un 5,5% hasta 27.860 millones.
En materia de producciones hubo cultivos importantes afectados por razones climáticas, falta de agua y sequía que provocaron una reducción de cosecha en la pasada campaña y sobre los que sobrevuelan interrogantes para la próxima. En este sentido, destaca el olivar y el aceite de oliva, cuyos precios registraron un incremento medio superior al 60%, pasando de una media de 3,4 euros el kilo a 5,5 euros. También consecuencia de la sequía y por la evolución de los mercados exteriores, crecieron los precios del arroz y, muy especialmente, los cereales en su conjunto, pasando de medias hace un año de 0,16 euros kilo a superar los 0,30 euros.
Huevos y leche
Subieron, por los incrementos de costes, los huevos hasta un 100% y en el caso de la leche, más del 70% pasando de 0,34 a superar los 0,60 euros el litro en diciembre, con una media de 0,59 euros como consecuencia de una reducción de la cabaña ganadera de unos 70.000 animales por los precios soportados en los años precedentes. De cara a la primavera, donde hay siempre un mayor rendimiento de los animales y por la entrada en producción de los miles de novillas adquiridas por los ganaderos a precio de oro para reponer los miles de vacas sacrificadas por falta de rentabilidad, se espera que los precios se estabilicen.
Subidas en la industria
Mientras, la industria ha ralentizado las subidas con un incremento de sus precios de venta sobre el año anterior en una media ligeramente por encima del 20%, según datos del sector, a pesar de haber sufrido igualmente la subida de los costes y muy especialmente del gas y la energía, además del nuevo impuesto del plástico, que entró en vigor en enero.
Igualmente, también se han ralentizado los márgenes en los supermercados. Según los datos elaborados por el grupo Retail Data sobre los 35 grupos más grandes de la distribución en España, las empresas obtuvieron el año pasado un beneficio neto conjunto de 1.898 millones de euros, un 2,67% sobre su volumen de ventas, y donde solo una docena superan un margen de beneficio del 3%.
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